De gran éxito podemos calificar la XXVIII Cumbre Iberoamericana celebrada los pasados días 24 y 25 de marzo en Santo Domingo (República Dominicana). Así lo ven la mayoría de los medios de comunicación de los 22 países participantes, tras el seguimiento y análisis de la misma. A pesar de significativas ausencias como las del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (aunque él no es muy dado a asistir a reuniones internacionales) y el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.
En la Cumbre se han alcanzado acuerdos consensuados en la mayoría de los temas previstos y tratados, pero, como suele ocurrir en todas las Cumbres, el éxito no es total y alguno de los asuntos hay que salvarlos con acuerdos de mínimos. Con todo, ha sido una Cumbre de avances en la consolidación y el progreso de la Comunidad Iberoamericana.
En el terreno de las relaciones internacionales, una Cumbre es una reunión de dirigentes de máximo nivel, representando a sus respectivos países u organismos internacionales, para tratar asuntos de especial importancia para la población y de interés territorial. Pero, la mayoría de las veces, los resultados de las cumbres son más bien pobres, debido a intereses encontrados, falta de responsabilidad y de solidaridad. Esta Cumbre ha mejorado la ratio de acuerdos alcanzados.
La I Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno celebrada en 1991 consagró en su Declaración final, el reconocimiento de un espacio común iberoamericano para la concertación política y la cooperación de los Estados soberanos de América y Europa de lengua española y portuguesa. Hasta el 2014, la Conferencia Iberoamericana, más conocida como Cumbre, se celebró anualmente. A partir de esa fecha es bianual. Se trata de una reunión al más alto nivel político. Está coordinada por la Secretaría Pro Témpore (constituida en el país anfitrión de la Cumbre) de acuerdo con la Secretaría General Iberoamericana. Son miembros de la Cumbre Iberoamericana 19 países de América Latina de lenguas castellana y portuguesa, más Andorra, Portugal y España.
Forman parte de la estructura y funcionamiento de la Cumbre Iberoamericana, la Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores como segundo órgano, en orden de importancia, para la toma de decisiones entre Cumbres. La reunión de este órgano sigue celebrándose anualmente, para dar seguimiento a los acuerdos y mandatos emitidos por los Jefes de Estado y de Gobierno en la Cumbre.
Como órganos de tercer nivel de la Cumbre están las reuniones de Coordinadores Nacionales y de Responsables de Cooperación. Se convocan varias veces al año, para la gestión e implementación de los acuerdos. Por otra parte, existen las Reuniones Ministeriales en las que se convoca, cada dos años, a los ministros y altos responsables iberoamericanos, para tratar temas sectoriales específicos de cada área. Además, bajo el paraguas de la Cumbre, se llevan a cabo diversos foros y encuentros de la sociedad civil, de parlamentarios, empresarios, gobiernos locales y otras organizaciones.
Toda esta actividad de reuniones, encuentros y foros, además de gestionar los acuerdos correspondientes de la última Cumbre, sirven también para priorizar los temas a tratar por los mandatarios iberoamericanos en la siguiente Cumbre. Existe, pues, toda una estructura administrativa y de recursos para la actividad continuada de la Cumbre.
La Cumbre Iberoamericana también cuenta con otros Estados, como Observadores Asociados y Observadores Consultivos, que suelen ser organizaciones internacionales. La presencia de estos observadores favorece una vinculación más estrecha con otros miembros de la comunidad internacional, abriendo así Iberoamérica a otros espacios y ámbitos de interés mutuo.
El lema de la XXVIII Cumbre Iberoamericana no podía ser más elocuente: “Juntos por una Iberoamérica justa y sostenible”. Bajo cuyo paraguas se pretendía abordar cuatro temas y fijar las posiciones de Iberoamérica en busca de soluciones para alguno de los grandes retos a los que se enfrenta la región y la humanidad en su conjunto: la Carta Medioambiental Iberoamericana, la Carta de Principios y Derechos Digitales Iberoamericana, Estrategia para alcanzar la seguridad alimentaria y, el Comunicado Especial sobre Arquitectura Financiera Internacional.
Con la Carta Medioambiental Iberoamericana, se pretendía afianzar la visión compartida de los Estados miembros frente a los grandes desafíos del cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad. Estableciendo alineamientos y directivas para orientar políticas públicas y generar normativas en estas materias tan sensibles para la vida en el planeta. La Cumbre de Santo Domingo deja como legado esta “Carta Medioambiental Iberoamericana”.
La Carta de Principios y Derechos Digitales Iberoamericana pone a las personas en el centro de la transformación digital, dando por sentado que esta ha de ser inclusiva. Promueve principios que los Estados deben tener en consideración en sus legislaciones nacionales, a la hora de poner en marcha políticas públicas, atendiendo las brechas digitales existentes y evitando la generación de otras nuevas. El legado de la Cumbre en este tema es la aprobación, al más alto nivel, de “La Carta Iberoamericana de Principios y Derechos en Entornos Digitales”.
La Estrategia para alcanzar la seguridad alimentaria no es menos ambiciosa. Entre las medidas más significativas propone: aumentar el comercio intrarregional, el desarrollo de cadenas de suministro con más capacidad de adaptación para hacer frente a agentes perturbadores o situaciones adversas, expandir el acceso a la financiación para transformar los sistemas agroalimentarios, desarrollar la infraestructura digital rural, fortalecer y consolidar la agricultura familiar. La Cumbre ha aprobado “La Ruta Crítica para alcanzar una Seguridad Alimentaria Incluyente y Sostenible en Iberoamérica”.
En materia económica, se buscaba nueva Arquitectura Financiera Internacional. Se pretendía sistematizar una propuesta que permita avanzar hacia un sistema financiero internacional más justo, inclusivo y flexible, que facilite a los países iberoamericanos afrontar mejor la recuperación tras la pandemia del coronavirus, la adaptación climática, la lucha contra la desigualdad y la transición energética necesaria. El asunto es complicado y, a última hora, la Cumbre hubo de renunciar a la negociación de una nueva arquitectura financiera para la región y limitarse a aprobar un Comunicado Especial que aboga por una reforma estructural de las condiciones de financiamiento internacional, para facilitar el acceso de los países de renta media y baja a recursos financieros que posibiliten el desarrollo sostenible.
Además, se aprobó el Programa de Acción de la XXVIII Cumbre Iberoamericana y el III Plan de Acción Cuatrienal de la Cooperación Iberoamericana (PACCI) para el período 2023-2026. También se aprobaron 16 comunicados especiales con propuestas específicas en los ámbitos: social, económico, de energías renovables y para la recuperación del sector turístico, entre otros aspectos.
A decir del Secretario General Iberoamericano, Andrés Allamand, el planteamiento estratégico para el cuatrienio es “afianzar la Comunidad Iberoamericana”, con una agenda centrada en las personas y en hacer realidad los derechos de los ciudadanos. Cuestión esta última nada fácil en una Comunidad con altos niveles de desigualdad.
Los acuerdos de Santo Domingo avalan la continuidad de este organismo de coordinación de la región, clave para la integración de la misma y para su interlocución con otros actores internacionales como la Unión Europea (UE). Al respecto, el presidente español, Pedro Sánchez y el Rey, Felipe VI, confirmaron que la presidencia de turno de España en la UE, que empezará próximamente, impulsará un conjunto de inversiones de carácter estratégico en la zona, según negociaciones ya iniciadas en la Cumbre de Santo Domingo con la presencia del Alto Representante de la UE, Josep Borrell y que se concretará en la cumbre de la UE con la CELAC (Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe), prevista para el 17 y 18 de julio en Bruselas (Bélgica).
Ecuador será el anfitrión de la XXIX Cumbre Iberoamericana de Jefes (as) de Estado y de Gobierno en el 2024, a realizarse en Quito, bajo el lema “Innovación, inclusión y sostenibilidad en Iberoamérica”. Ya estamos camino de ella.
Escuchemos a Chichi Peralta en "Caminando por Quisqueya" Cumbre Iberoamericana:
https://www.youtube.com/watch?v=OdvSsbrSxmA
© Francisco Aguadero Fernández, 31 de marzo de 2023
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