El periodista Noel Campo da su opinión sobre el proyecto por la unidad en el fútbol salmantino en la sección de este medio con colaboradores
El manifiesto que propone la creación de un proyecto nuevo de unidad en Salamanca en torno al fútbol es, en mi opinión, una propuesta inmadura y poco realista. Una idea que llega 10 años tarde y, por lo tanto, es trasnochada. A pesar de que su objetivo pueda ser noble, no creo que tenga en cuenta los hechos y circunstancias actuales que rodean la situación del fútbol en la ciudad. Miren que es difícil conseguir que los aficionados al deporte rey en Salamanca se pongan de acuerdo en algo, pero esta propuesta, hasta la fecha, ha conseguido que la gran mayoría de seguidores de los dos principales equipos de la ciudad se pongan de acuerdo en rechazarla. Y tienen toda la razón. Unos y otros.
En primer lugar, la idea de crear un proyecto nuevo que aglutine a personas que han sido historia de la Unión Deportiva Salamanca y que tenga como objetivo generar el mismo clima que el club provocaba entre sus seguidores es, por desgracia, una utopía. Un nuevo proyecto puede sonar bien en teoría, pero en la práctica es difícil de llevar a cabo y más sin el capital inversor del Salamanca UDS o con un gran trabajo desde 0 con aficionados involucrados sin ánimo de lucro como ha hecho Unionistas. Contar con exjugadores que la gran mayoría están lejos de nuestra capital y que no tienen ningún vínculo con la misma, tampoco me parece acertado. Al nuevo proyecto no se le conocen inversores locales o foráneos. De los exjugadores, alguno me consta que lleva sin pisar Salamanca más de una década y dudo, que llegado el momento, estuviera dispuesto a poner dinero de su bolsillo para sacar adelante esta vía. Ojalá me equivoque y los promotores y las denominadas “leyendas” avalen con sus recursos la propuesta si es necesario.
En segundo lugar, la idea de solicitar a Manuel Lovato que se siente en una mesa de negociación para hablar solo de una posible venta del recinto histórico y que quede ligado a Salamanca es poco realista. El propietario del estadio y del equipo que allí juega tiene todo el derecho de decidir qué hacer con el Helmántico y con su equipo y no es justo ni razonable esperar que lo vendan por una cantidad menor a la de adquisición o de la que se podría obtener en el mercado. Además, la inversión en la compra se quedaría pequeña con las mejoras que necesita. Mi opinión es que el futuro de la tercera catedral pasa por una fuerte inversión privada que permita realizar una reforma integral con el objetivo de convertirlo en un referente rentable para el deporte, las compras y el ocio. Rescatar la idea del anillo comercial con hotel, tiendas y un gran supermercado, entre otras propuestas, sería la mejor opción para el futuro del Helmántico. Su situación es estratégica junto a dos importantes nudos de comunicación y es de fácil acceso y aparcamiento. Además de estar bien conectado con el centro de la ciudad en apenas 5 minutos. La reforma crearía puestos de trabajo y nuevas alternativas para el tiempo libre.
En tercer lugar, la propuesta de negociar la adquisición de los símbolos de la Unión Deportiva Salamanca para cedérselos al Ayuntamiento tampoco ha tenido aceptación. La compra requeriría un desembolso de dinero público y no es razonable esperar que las instituciones de la ciudad hagan una inversión de este tipo en una compra que no tendría retorno y encima, según los promotores, sería para dejarse de usar. Los aficionados del Salamanca UDS quieren que esos símbolos sigan vivos. No desean meterlos en la caja de un archivo. Encima, hay que recordar que sobre este asunto hay a día de hoy un importante litigio judicial. Aún habrá que esperar algún tiempo para saber cuál es la decisión final de la justicia sobre a quién le corresponde el uso de los mismos.
Por último, la propuesta de reclamar al Ayuntamiento que se implique en la defensa y protección del patrimonio deportivo de la ciudad es loable, pero la realidad es que se debería tener otras prioridades en cuanto a inversiones en instalaciones deportivas. La creación de más campos de futbol base, nuevos pabellones, seguir mejorando y transformando las actuales piscinas municipales o la ampliación del recinto deportivo de la Aldehuela, son un pequeño ejemplo de inversiones prioritarias para la ciudad.
Cualquier nuevo proyecto futbolístico en la ciudad siempre será bienvenido, pero no bajo esta propuesta. La idea se debe madurar mucho. Están a tiempo de buscar otras fórmulas, de lo contrario el proyecto, más pronto que tarde, terminará en vía muerta.