La presidenta, Amparo Álvarez, repasa las pequeñas novedades en el recorrido y los pasos de la procesión más larga de la Semana Santa salmantina
La parroquia de Jesús Obrero y el barrio de Pizarrales son los pilares fundamentales de la Hermandad del Silencio; su desfile procesional, en la tarde del Sábado Santo, es el que más trayecto recorre de la Semana Santa salmantina.
Esta Semana Santa “se presenta mejor que la pasada, aunque hay todavía algo de miedo al Covid, lo tardaremos en olvidar todos”, señala Amparo Álvarez González, la presidenta de la Hermandad del Silencio, que recuerda que en 2022 “nuestra hermandad fue la primera en ponerse en contacto con la Junta de Cofradías y solicitar ayuda a las demás hermandades, cofradías y congregaciones para poder sacar a nuestros titulares; siempre estaremos agradecidos por su colaboración. Este año, gracias a Dios, están mejor y podremos procesionar con nuestros hermanos”.
Amparo Álvarez vive estos días anteriores a la Semana Santa “con la misma ilusión que cuando me inscribí en la hermandad en el año 1986. Eso sí, estos dos años como presidenta, con muchos más nervios que por aquel entonces, y luchando junto con mi junta de gobierno para que todo salga bien, que es nuestro principal deseo”.
Su procesión tiene este año novedades en el recorrido. “Nuestra intención era mantener el mismo itinerario de todos los años, pero hace unos días nos han comunicado que la plaza de San Juan Bautista y la calle Santa Teresa están en obras y que no estarían terminadas para el Sábado Santo; por este motivo, nos hemos visto obligados en el último momento a cambiar el recorrido, aunque no afectará mucho al desfile procesional, teniendo que desfilar por la calle Peña Primera en lugar de las antes mencionadas”.
La Hermandad del Silencio cuenta con 377 hermanos; este año se han unido 30 más. Se fundó el 18 de mayo de 1985, siendo el 22 de agosto cuando se aprobaron las estatutos; el 2 de enero de 1986 quedó reconocida por Mauro Rubio Repolles, obispo de Salamanca, siendo su sede canónica la parroquia de Jesús Obrero. Procesionó por primera vez el 29 de marzo de 1986.
Tras su fundación se empezó a buscar una imagen a la que poder dar culto; se supo de la existencia en la parroquia de Jesús Obrero de un crucificado que había llegado hasta allí desde el colegio de las Josefinas Trinitarias debido a la remodelación de su capilla; las imagen fue cedida a la hermandad, que fijó su sede canónica en la parroquia. Al carecer la imagen de nombre se le llamó Cristo de la Vela. Después se incluyó un paso alegórico portado por niños, La Palabra de Dios, y posteriormente, la imagen de la Virgen del Silencio.
Además del cambio en el recorrido, este año, explica Amparo Álvarez “estrenamos las andas del Santísimo Cristo de la Vela; las anteriores que tenía eran de hierro fundido y las hemos hecho de aluminio”. Además se ha modificado el paso de La Palabra, “pues anteriormente solo tenía un varal y le hemos añadido otro para que así los niños puedan ir mejor”. También, añade, han restaurado las molduras del paso de Nuestra Señora del Silencio; su restaurador ha sido Víctor de los Dolores.
La presidenta de la Hermandad del Silencio quiere dar las gracias al Grupo Joven de la Hermandad por participar en todas las actividades, “tanto de las propias de la hermandad como de otras actividades a las somos invitados: gracias chicos y como os digo siempre vosotros sois el futuro de la hermandad”.