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Entrada libre para disfrutar en la Catedral Nueva el Miserere de Doyagüe
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Entrada libre para disfrutar en la Catedral Nueva el Miserere de Doyagüe

Actualizado 17/03/2023 10:05
Redacción

En este concierto anual se interpretarán obras escritas para la Semana Santa que se conservan en el archivo de la Catedral de Salamanca

La Catedral Nueva de Salamanca, con entrada libre, será el escenario, este domingo 19 de marzo, a las 19.00 horas del tradicional concierto de cuaresma en Salamanca que organizan la Junta de Semana Santa en colaboración con la Catedral de Salamanca, el Ayuntamiento de Salamanca, a través de la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes, y la Diócesis de Salamanca. Se trata del Miserere de Doyagüe en el que se interpretarán obras escritas para la Semana Santa que se conservan en el archivo de la Catedral.

Sinopsis

En esta edición, toda la música que se podrá escuchar se debe al compositor salmantino Manuel José Doyagüe (1755 – 1842) que fue maestro de capilla de la Catedral desde 1789 hasta su fallecimiento, 53 años después. El programa musical recrea a través de la música la liturgia del Oficio de Tinieblas del Miércoles Santo, de un modo similar a como se interpretaba en la Catedral en los S. XVIII, S. XIX y principios del S. XX.

Una de las características de esta cita musical es que en cada concierto se recupera para el público actual composiciones del archivo de la Catedral que permanecen inéditas. De este modo se podrá asistir al estreno absoluto en tiempos modernos de la Lamentación tercera del Miércoles Santo para Alto y Piano obligado. Por este motivo el elenco cuenta con el contratenor José Hernández Pastor, de amplia y reconocida trayectoria en el campo de la música histórica en nuestro país.

La musicóloga Dra. Josefa Montero García ha realizado el estudio y transcripción de estas obras que podrán escucharse el próximo domingo 19 de marzo.

Programa

  • LAMENTACIÓN PRIMERA DEL MIÉRCOLES SANTO
  • A 8 CON PIANO OBLIGADO
  • LAMENTACIÓN SEGUNDA DEL MIÉRCOLES
  • A SOLO DE TIPLE
  • LAMENTACIÓN TERCERA DEL MIÉRCOLES
  • A SOLO DE ALTO CON PIANO OBLIGADO
  • Christus factus est - Antífona
  • Miserere grande en mi bemol - Salmo penitencial
  • TERRA TREMUIT- Ofertorio de Pascua de Resurrección

Intérpretes

  • María del Monte Pindado, soprano
  • José Hernández Pastor, alto
  • Jesús Calvo Cilla, tenor
  • Antonio Santos García, barítono
  • Esaú Pérez Pérez, salmista
  • Manuel Calvo Núñez, piano
  • Sergio Fuentes Rafful, concertino
  • Coro Ciudad de Salamanca
  • Capilla Clásica XXI
  • Raúl J. Ortiz Hierro, director

Referencia histórica (Josefa Montero García)

Las fuentes documentales del siglo XIX y primeras décadas del XX y los testimonios de nuestros antepasados nos muestran que durante la Semana Santa salmantina se interpretaba en nuestra catedral un mítico Miserere de Doyagüe, que había merecido los más altos elogios, originado leyendas románticas e incluso había llegado ocupar un lugar preferente en las estanterías del mismísimo Rossini. Sin embargo, con la normativa papal de 1903 se inició la pérdida de esta tradición, mientras las partituras se agrupaban mudas en los estantes del archivo catedralicio.

Afortunadamente, hace ahora diez años, por iniciativa de la Junta de Semana Santa, músicos y musicólogos nos unimos en la recuperación e interpretación de aquella música y desde entonces se ha ofrecido al público un buen número de piezas de Doyagüe y otros maestros de la catedral, con un programa distinto cada año, que gira siempre en torno a uno de los misereres de este compositor. Así, además de rescatar una tradición, el público contemporáneo puede descubrir este interesante patrimonio de nuestro principal templo, que fue su “banda sonora” durante el Triduo Sacro.

El salmantino Manuel José Doyagüe (1755-1842) obtuvo el magisterio de capilla de la Catedral de Salamanca en 1789 y lo ocupó hasta su fallecimiento. Estaba obligado a componer y dirigir la música de la liturgia y dedicó una parte de su obra a la Semana Santa, con piezas que traslucen arrepentimiento y perdón, como las que hoy escucharemos. Aunque Doyagüe apenas salió de su ciudad natal, sus obras se escucharon en los principales templos hasta hace aproximadamente un siglo y llegaron incluso a Hispanoamérica y Filipinas. En Salamanca, estuvieron presentes en las principales ceremonias, a las que acudían las autoridades y el pueblo.

Con la excepción de la pieza final, la música de esta noche se encuadra en el Oficio de Tinieblas, que tenía lugar durante los maitines y laudes del Triduo Sacro, que se celebraban la tarde anterior. En un candelabro llamado “tenebrario” se colocaban quince velas, que representaban a los apóstoles, excepto Judas Iscariote, a las tres Marías y a la Virgen. Las tres lecturas habituales se sustituían por el canto de las lamentaciones con texto de Jeremías, que sonaban mientras se iban apagando las velas para terminar casi en total oscuridad con el canto del miserere. El programa de hoy, íntegramente debido a Doyagüe, recrea las Tinieblas del Miércoles Santo, con sus tres lamentaciones, la primera para ocho voces, la segunda a solo de tiple (soprano) y la tercera a solo de alto con piano obligado, que constituye un estreno en tiempos modernos.

Los versos de todas las lamentaciones comienzan con una letra del alephato hebreo, sobre la cual se canta un melisma –larga vocalización- excepto el verso final Ierusalem, convertere ad Dominum Deum tuum. Especialmente las lamentaciones a solo, presentan un carácter casi operístico y exigen un completo dominio del intérprete. La presencia del piano se debe a que durante estos días no se utilizaba el órgano en la liturgia y las destacadas intervenciones del clarinete sugieren que Doyagüe contaba en su capilla con un clarinetista de gran habilidad.

El Miserere, que suena precedido de su antífona Christus factus est, es un salmo penitencial de arrepentimiento que inspiró especialmente a Doyagüe y en pleno Romanticismo originó varias leyendas sobre la vida sentimental del compositor, todas las cuales terminaban en la creación de una mítica obra, que muy bien podría ser el Miserere grande de esta noche, llamado así más por su relevancia que por su extensión. Finalmente, la puerta a la Resurrección se abre para terminar el concierto con el ofertorio Terra tremuit, cuyas notas repetidas en la cuerda reflejan claramente el temblor de la tierra.

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