El periodista Chema Díez da su opinión sobre el conjunto salmantino en la sección de este medio con colaboradores
Unionistas se mueve bien en las dificultades; no es un equipo que lleve mal jugar con la presión por lograr un objetivo, aunque finalmente no lo termine consiguiendo.
El partido ante la UD Sanse es un ejemplo más de la capacidad que tiene el equipo para sacar la cabeza cuando parece que ya se ha hundido del todo; y mira que este año le han puesto zancadillas… incluso desde dentro del propio club.
Pero ahora es momento para la unión, la concordia, el ‘todos a una’ y jugar cada partido como si fuese una auténtica final; vamos, la realidad misma de un equipo que pese a lograr el triunfo en el último partido, se mantiene en puestos de descenso a Segunda RFEF.
Por ello, estoy plenamente convencido de que la salvación de la quema por parte de Unionistas se logrará en el Reina Sofía, su casa, su hogar… lugar en el que se mueve como pez en el agua a la hora de sacar resultados positivos. Y todo esto sin haber hecho unos números de escándalo al otro lado del Tormes.
No en vano, de los 30 puntos que ha sumado Unionistas en los 26 partidos disputados hasta este momento, 21 (sobre 42) de ellos los ha conseguido ante su fiel afición, y solo nueve fuera de tierras salmantinas. Las cifras lejos del Reina Sofía son completamente desoladoras.
Ante esta situación, y rizando más el rizo del tópico futbolístico, los objetivos de una temporada se ganan o pierden en casa, no cabe duda de ello y la luchadora y fiel afición de Unionistas así lo sabe.
La Balona, Deportivo, Castilla, Racing de Ferrol y CyD Leonesa son los cinco rivales ante los que Unionistas debe lograr 15 puntos para cerrar una salvación que en esta temporada se va a vender muy, muy cara..
Centrarse en que cada día el Reina Sofía sea un ‘infierno’ para el rival y el jugador número doce para el equipo será la clave para que en la temporada 2023-2024, el nombre de Unionistas CF vuelva a figurar entre los elegidos para jugar en Primera RFEF o la competición que al señor Rubiales le venga en gana. Que ésa es otra…