Ante la baja de un astado, al desencierro de última hora de la mañana sólo bajaron dos toros
Concluido el encierro matinal, hubo unos 40 minutos de espera en la Plaza Mayor (entretenidos por ejemplo haciendo la ola, o degustando dulces del acto programado por la Peña Puerta del Desencierro –se acercaron a repartirlos a la arena de la Plaza a los que estaban junto a la calle Madrid-), hasta que por fin llegó el momento de la capea, que contó con un total de 3 de los astados de la ganadería de El Pilar que acaban de subir en el encierro.
El primer toro dio poco juego a los recortadores y bastante a los maletillas, mientras que en el segundo pudieron hacer algo más los primeros. En estos dos toros fue protagonista Saúl ‘El Torero Bético’, quién como reza su nombre se midió a ellos ataviado con la camiseta del Betis (curiosamente al menos hubo otras 4 equipaciones de este equipo en la mañana del Lunes entre los tablaos y la plaza), en la primera de las ocasiones con un capote y en la segunda con una muleta.
Este hombre llegó incluso a ‘desmonterarse’ ante el astado con el sombrero que llevaba, saludando posteriormente a todas las personas congregadas en los tablaos (incluso se agachó a coger un poco de arena del coso para besarla).
El tercer toro de la capea fue el más relevante, saliendo con mucha fuerza de los toriles, y permitiendo el lucimiento de unos cuantos recortadores (uno de ellos incluso lo saltó). Este toro dio un par de sustillos, a un maletilla (la muleta se enredó en la cornamenta), y al recortador más destacado en el coso, Moha, que se vio un pelín apurado en un momento dado, pero lo solventó.
Como era ‘pronto’, se volvió a sacar el primer toro, con el que apenas hicieron ya nada recortadores y maletillas, entrando él solo en los toriles (al igual que el anterior). A continuación, fue turno para el desencierro, en el cual, ante la baja de un astado por una lesión de última hora, sólo tomaron parte 2 toros (para que así haya 3 para la capea y el desencierro de la tarde).
Este desencierro duró 14 minutos en total, aunque pasados cinco minutos ya estaban en el último tramo los dos astados, que por cierto, a la hora de arrancar esta carrera se dieron la vuelta desde el antiguo Cine Madrid a la Plaza Mayor, volviéndola a pisar, al igual que dos bueyes. En ninguno de estos dos eventos, seguidos por varios miles de personas, consta que haya habido heridos de relevancia.