Durante estos días se están llevando a cabo trabajos de encabestrado por los organizadores del evento
La responsabilidad que tiene la estructura del encierro a caballo del domingo de Carnaval, hace que el organizador Juan Luis Montero “Perita”, gerente del Centro Ecuestre Casasola, junto a un gran equipo de profesionales, estén realizando durante los días previos al gran evento taurino, trabajos de encabestrado con los cornúpetas que vendrán arropados desde el campo hasta la Plaza Mayor por este grupo de caballistas al que se sumarán muchos más ese mismo día.
El hermanamiento de los toros con los bueyes, consiste en mover a estos en un circuito por el campo para que los animales hagan una piña y vayan lo más juntos posible, para así dar un gran espectáculo a los miles de aficionados que se acercarán a la vieja Miróbriga el día 19 de febrero, además de coger los toros buena forma física para hacer el recorrido de algo más de tres mil metros desde la finca hasta la Plaza.
Según Juan Luis Montero, "los toros se están encabestrando muy bien, la parada de bueyes es nueva y diferente a la del año pasado".
“Son toros muy bravos, por lo tanto, hay que medirlos mucho porque no respetan a los caballos de momento” algo normal los primeros días de trabajo, apunta el organizador.
“Durante los próximos días, los toros irán admitiendo a los caballos, cosa que ya han hecho con los bueyes y la cosa irá mucho más fluida para que el domingo de Carnaval lleguen los seis toros a la plaza y los aficionados llegados de todas partes del mundo puedan ver un espectáculo como se merece Ciudad Rodrigo”.
Cabe destacar que el encierro a caballo siempre ha traído de cabeza tanto al Ayuntamiento como a los organizadores, ya que se trata de una difícil hazaña, sobre todo cuando los astados se acercan al casco urbano y comienzan a escuchar el bullicio del público y ver su gran colorido.
La tendencia de los animales es darse la vuelta y escapar, siendo reconducidos en ese momento por los caballistas, momento muy peligroso y de alta tensión, al ponerse los bravos en posición de defensa y embestir a todo lo que se mueva, especialmente a los caballistas.
Ahí es cuando empieza la fiesta, las sensaciones, los gritos…. la emoción del Carnaval, que sólo lo sienten los que forman parte de este evento, bien como participantes o público.
Video: Emilio Estudio