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Davos y nosotros
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Davos y nosotros

Actualizado 20/01/2023 09:31
Ángel González Quesada

Se celebró esta semana en Davos, Suiza, la reunión del Word Economic Forum 2023, WEF2023, el evento anual con que el capitalismo se felicita, se divierte y al tiempo trata de mejorar sus ganancias a nivel mundial, y en el que no se habla de otra cosa que de dinero, rentabilidad y beneficio, en actos protegidos, blindados y amurallados por enormes dotaciones de fuerzas policiales, de seguridad, vigilancia, militares y de coacción de protestas exteriores. Este tipo de protección y aislamiento ya debe informarnos de que, en Davos, los asistentes no concitan precisamente la simpatía del común de la gente.

Quizás asombrados de su propio descaro, porque en una etapa especialmente difícil y dolorosa para el mundo, los dividendos y ganancias de los adinerados se multiplican al tiempo que se empobrece la población mundial, los paneles de debate del Foro de Davos 2023, y hasta el mismo lema de su reunión de este año (‘Cooperación en un mundo fragmentado’), han virado, muy epidérmicamente, hacia lo social, aunque ese giro no haya propiciado ni un ápice de renuncia a los obscenos beneficios que propicia para el capital todo conflicto y todo temor.

Han sido el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, junto con el Secretario General de la ONU, el portugués Antonio Guterres y muy pocos líderes mundiales más, quienes han intentado quebrar las innobles dinámicas de beneficios, reducción de costes, especulación y empobrecimiento general de la gente, que guían y sirven de norte a los integrantes del Forum (megaempresas, corporaciones internacionales, bancos y agencias especulativas), poniendo el dedo en la llaga de la desigualdad que crean y las consecuentes obscenas ganancias que propician guerras, pandemias, escasez, pobreza creciente y cambio climático, para los especuladores mundiales de la vida.

Ni que decir tiene que la respuesta obtenida a las propuestas de tipo igualitario, distributivo, de justicia social y, en resumen, propuestas de tipo moral planteadas en Davos por Sánchez y otros, han sido de indiferencia, desatención y hasta desprecio, tanto por parte de los participantes como por toda la prensa occidental (salvando diminutas excepciones), que, encabezada por los gacetilleros españoles, cómo no, ha seguido en su zalamera adulación ya antigua de los dictados de la especulación capitalista que, hay que saberlo, procura a esa prensa correveidile jugosas subvenciones públicas, beneficiosas campañas publicitarias y otras y variadas formas de comprar sus editoriales.

En España, tan acostumbrados a que cualquier medida destinada a la igualdad, a la redistribución de la riqueza o reconocimiento de derechos sea contestada con la inquina, el insulto, la manipulación y la obstaculización, tanto por parte de una reacción ideológica medieval como de una estructura económica de obscena y procaz usura y un ‘periodismo’ adocenado hasta el servilismo, no nos toma por sorpresa que el WEF23 siga, fiel a su naturaleza de foro de la ratería y crisol de la arbitrariedad, despreciando y evitando cualquier asomo de variación, cambio o siquiera acercamiento a la justicia social, y que los temas que podrían beneficiar, siquiera en pequeña medida a, precisamente, quienes les generan sus beneficios (clientes, ahorradores, consumidores, pacientes, viajeros, adquisidores de tecnología o usuarios de todo tipo, es decir, la gente), sean ignorados y hasta desprestigiados por los dueños de la Tierra y sus corifeos mediáticos.

Las Crisis Energéticas y Alimentarias Actuales en el contexto de un Nuevo Sistema de Energía, Clima y Naturaleza; La economía actual de alta inflación, bajo crecimiento y alta deuda en el contexto de un nuevo sistema de inversión, comercio e infraestructura; Los obstáculos actuales de la industria en el contexto de un nuevo sistema para aprovechar las tecnologías de vanguardia para la innovación y la resiliencia del sector privado; Las vulnerabilidades sociales actuales en el contexto de un nuevo sistema de trabajo, habilidades y cuidados; Los riesgos geopolíticos actuales en el contexto de un nuevo sistema de diálogo y cooperación en un mundo multipolar... Son algunos de los temas que en este enero en Davos, con la significativa ausencia, que no rechazo, de los más importantes líderes políticos del mundo, se han tratado con la displicencia aristocrática hacia lo social y la avaricia insomne por lo económico, que son los rasgos distintivos de un capitalismo homicida al que la palabrería de sus enunciados ni hace pestañear (véanse las conclusiones).

A pesar de los perros de la guerra, del descaro del dinero y sus voraces bocas de la avaricia y sus fauces de usura, hubo palabras en Davos que hablaron de nosotros. Contra la aceptación del mundo basura que persiguen reuniones como estas, las propuestas lanzadas en el WEF23 por Pedro Sánchez, António Guterres y otros, contienen un desacostumbrado rasgo moral, una antigua y ya casi olvidada lección de humanidad y son una enorme ventana abierta desde el tembloroso discurso del conformismo que, aun solo por la respiración que propician y el oxígeno de su lealtad con la gente, han abierto ya resquicio a la esperanza.

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