Ayla Camila lleva viviendo siete años en la capital charra y la burocracia le ha impedido que sus récords queden homologados
La historia de Ayla Camila tiene absolutamente de todo. Se trata de una joven que lleva viviendo en Salamanca siete años -tiene 17- con su madre, brasileña, y su padre adoptivo, charro, y que que es una promesa dentro de la halterofilia en España. Sin embargo, el hecho de no tener la nacionalidad es un gran impedimento a la hora de que le cuenten todos los récords que ha logrado en su carrera, puesto que compite al margen de los torneos.
Así, el percance de no dar con su progenitor hace que todo sea mucho más difícil para ella a pesar de los esfuerzos de la Federación por ayudarla en todo lo posible, según ha contado Relevo. Tanto es así que Ayla Camila ha llegado a plantearse dejar su pasión por los golpes recibidos, puesto que nadie le ofrece ningún tipo de solución a sus intentos por arreglar su situación.
De este modo, tal y como ha contado al citado medio su padre adoptivo, Juan P. Barroso, "de tener la nacionalidad española, acumularía en sus vitrinas una decena de medallas nacionales en categorías sub 15, sub 17 y júnior, además de varias plusmarcas en arrancada, dos tiempos y total olímpico. Es una campeona sin nacionalidad. Le falta explotar y que se lo crea".
En definitiva, toda la familia se halla a la espera de un ansiado sí, ya que "hemos pedido a principios del 2022 la nacionalización por carta de naturaleza. Desde ese momento hay que esperar un año (está a punto de cumplirse) y, si no te contestan, se considera silencio administrativo, como si la hubiesen rechazado", ha confesado.