Para cada cual, lo peor y lo mejor pueden ser cosas distintas, cada uno debe encontrar las suyas. Desde aquí les invito a la reflexión, de forma individual, sobre lo ocurrido en el 2022 y el cómo eso, lo que encuentre, les afecta, de una u otra forma. Y, sin perjuicio de su particular caso o circunstancia, amigo lector, que será lo más importante para usted, permítame tratar alguno de los hitos más importantes o significativos para el interés general, sin pretender hacer balance o resumen alguno del año que ahora acaba.
En la mente de todos están dos penosas realidades: la continuidad de la pandemia por coronavirus y el inicio de la guerra en Ucrania por la invasión de Rusia. Puede que la historia recuerde al 2022 como el año de esta guerra, pero hay otras muchas guerras abiertas y más de un centenar de conflictos violentos. No sabemos si el conjunto de todos ellos sea lo que le ha llevado al Papa Francisco a decir, durante el mensaje de Navidad y antes de la bendición Urbi et Orbi, que “estamos en la tercera guerra mundial”.
Con su decisión de invadir Ucrania en la noche del 23 al 24 de febrero, para reconstruir el imperio y el poderío del Kremlin, Putin cambió el curso de la Historia y el destino de muchos ciudadanos del espacio postsoviético y metió al mundo en una crisis que no sabemos hasta dónde llegará. A día de hoy, 31 de diciembre del 2022, se habla de la poco creíble propuesta de iniciar conversaciones de paz, porque, por otro lado, el mandatario ruso promete dar al Ejército todo lo que necesite, sin límites de presupuesto, para apoyar la ofensiva en Ucrania.
En cuanto a la covid, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte al mundo que debe preocuparse por la situación de la pandemia en China, donde el creciente número de contagios colapsa hospitales y agotan las existencias en las farmacias, tras la relajación de las restricciones de la política “covid cero” en aquel país, debido a las protestas sociales. En Europa, podemos considerar al 2022 como el año de la pospandemia, debido a que la covid tiende a comportarse, cada vez más, como otros virus endémicos tipo gripe, pero no podemos fiarnos. Habrá que seguir atentos, tomando las debidas precauciones.
Pero el 2022 puede que no haya sido tan malo como se vaticinaba en los primeros meses. Nos ha deparado algunos espacios y logros para el optimismo y la satisfacción. Quizás el mayor logro científico sea el conseguido por un laboratorio federal en California, Estados Unidos, en relación con la energía inagotable que proporciona la fusión nuclear. Por primera vez, la ganancia neta de energía de una reacción es el 50% más de la dedicada a generar el proceso. Es un avance histórico, uno de los logros científicos más importantes de las últimas décadas. Según el Gobierno de aquel país, es una fuente de energía potencialmente inagotable, limpia, sin emisiones de carbono y barata. Es como replicar la energía de las estrellas. Hay que precisar, no obstante, que estamos hablando de un experimento, un descubrimiento, la meta aún está lejos. Podrían pasar décadas hasta que se desarrolle para uso comercial y que los beneficios lleguen al ciudadano.
Los humanos podemos vivir en las más profundas contradicciones. Así, mientras que no somos capaces de parar las guerras que se dan a lo largo y ancho del globo terráqueo, sí somos capaces de dominar el espacio con estrategias de seguridad para el conjunto de la Tierra. En septiembre y por primera vez en la historia, un ensayo organizado por la NASA, desvió un asteroide, lo que supuso un paso importante en la defensa activa planetaria. De seguir por ese camino, la humanidad podría escapar de un posible exterminio tras una amenaza planetaria, cosa que no pudieron hacer los dinosaurios.
Otro logro del 2022 son los avances en la lucha contra el cáncer. El grupo de investigadores de la lucha científica contra el cáncer, liderado por el biólogo Eduard Batlle en el Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona, anunció en noviembre el descubrimiento de las células malignas que se desprenden del cáncer de colon, viajando por el torrente sanguíneo y colonizando otros órganos. La metástasis provoca el 90% de las muertes por cáncer, por lo que el hallazgo es trascendental para el tratamiento del cáncer e incrementar, significativamente, la supervivencia de los pacientes con esa patología.
Se ha hecho realidad la reconversión industrial que se inició en la década de los ochenta y que acabó con la siderurgia en Levante. La fuerza industrial vuelve a Sagunto (Valencia) tras la decisión de Volkswagen de instalar allí una fábrica puntera de celdas de baterías para coches eléctricos. Será la planta de referencia para este tipo de productos en el sur de Europa. Su construcción contará con una inversión de 4.500 millones de euros, que generarán 8.900 puestos de trabajo directos y 10.200 indirectos, así como 4.200 para su futuro funcionamiento.
El impulso feminista ha sido otro de los hitos del 2022 para el optimismo. Ha escalado espacios y se ha dado con intensidad en varios puntos del mundo. Ahí está la triunfante revolución de las mujeres en Irán, los avances feministas en Latinoamérica con la elección de Xiomara Castro como primera presidenta de Honduras, la vicepresidencia de Colombia ocupada por Francia Márquez o el primer gobierno claramente feminista en Chile. Amén del también empoderamiento de la mujer ocupando altos puestos como el de Ayesha Malik en la Corte Suprema de Pakistán o el de Ketanji Brown Jackson convertida en la primera mujer negra que accede al Tribunal Supremo de Estados Unidos. El programa Artemis contempla enviar una nave a la luna que, de tener éxito, aterrizará en aquel satélite, tripulada por una mujer, en el 2025. El fútbol femenino sigue cosechando éxitos y progresando en su camino hacia la igualdad con el fútbol masculino. En España, la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, más conocida como ley del solo sí es sí, ha traído el cambio de paradigma en el concepto de la violencia sexual, poniendo en el centro de la cuestión el consentimiento y no la resistencia a la agresión como hasta ahora.
El 28 de agosto de 2021 denunciábamos en esta misma columna la muerte en la laguna del Mar Menor. La cruda realidad, otras muchas voces en el mismo sentido y especialmente la iniciativa de la profesora de Filosofía del Derecho de la Universidad de Murcia, Teresa Vicente, para la consecución de 600.000 firmas presentadas en el Congreso para la tramitación de una ley de iniciativa popular, han convertido al Mar Menor en el primer ecosistema de Europa con personalidad jurídica. Un estatus que confiere a la laguna derechos propios, como si de una persona o una empresa se tratara y, consecuentemente, la posibilidad de su defensa, actuando el demandante en nombre del ecosistema. Confiemos en que esta consideración salve la laguna de agua salada más grande de Europa y uno de los sistemas acuáticos más valiosos de España.
El 2022 ha sido un año sensacional para el séptimo arte español. El Oso de Oro conseguido por Carla Simón a la mejor película, con Alcarrás, en la Berlinale alemana, uno de los cuatro grandes festivales mundiales de cine, no ha sido sino el colofón de una temporada espectacular en la producción y estrenos de calidad, salidos de la cinematografía española.
Los libros se mantienen, contra todo pronóstico. Según el Gremio de Editores, los años 2021 y 2022 han sido los años que más libros se han vendido en lo que va de siglo, junto con el 2011. Se produjeron 79.373 títulos, 55.197 de ellos en papel. El salto al entorno digital aún no se ha producido, estos apenas suponen el 5% de las ventas. Pero lo más importante es que crecen los lectores jóvenes.
Por fin tendremos un cargador único para teléfonos móviles, cámaras, tabletas…, gracias a una normativa aprobada por el Parlamento Europeo que obliga a que todos los aparatos traigan incorporada una conexión USB tipo C. Ello permitirá que vayamos más ligeros y despreocupados, pudiendo recargar en cualquier lugar y ser más amigables con el medio ambiente al producir menos desechos contaminantes.
Inteligencia Artificial ha sido la palabra del año 2022 (en este caso dos) elegida por la Fundación del Español Urgente (FundéuRAE). Esta expresión compleja no es un concepto nuevo, se incorporó al Diccionario de la Lengua Española (DEL) en 1992. Pero ha sonado fuertemente este año en los medios de comunicación, en las conversaciones y en gran cantidad de aplicaciones tecnológicas. Tiene largo recorrido y será una palabra del futuro aún más que del presente.
Que tengamos un próspero 2023, también en el progreso humano, como personas.
¡Feliz salida y entrada de año!
Escuchemos un Relajante ambiente navideño:
https://www.youtube.com/watch?v=bFI1XvR-Q8M
© Francisco Aguadero Fernández, 31 de diciembre de 2022
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