En 2020 oupó la presidencia de una Sala del Supremo
César Tolosa, elegido por los miembros del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) por unanimidad para ocupar uno de los sillones del Tribunal Constitucional, lleva desde 2014 en el Tribunal Supremo y actualmente, desde 2020, es el presidente de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del alto tribunal.
Tolosa, propuesta de inicio del ala conservadora, nació en 1957 en Santa María la Real de Nieva (Segovia) e ingresó en la carrera judicial en 1982. Tuvo su primer destino en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Molina de Aragón (Guadalajara), y en 1984 ascendió a magistrado y fue destinado al Juzgado de Instrucción número 5 de Palma de Mallorca.
Según recoge su currículum, publicado en la web del Poder Judicial, ese mismo año ingresó en el Cuerpo de Magistrados de Trabajo y ejerció en la Magistratura número 1 de Santander hasta 1990. Posteriormente fue magistrado de la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria y, desde 1993, presidente de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de ese mismo órgano judicial.
En 2004 fue elegido presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria, cargo en el que permaneció hasta su nombramiento para el Tribunal Supremo.
Autor de numerosas publicaciones científicas, es profesor de la Universidad de Cantabria desde 2009 y ha sido director y ponente en numerosos cursos del Consejo General del Poder Judicial, así como de otras instituciones.
Entre otras actividades, es miembro de la Comisión Científica del Congreso Nacional de Derecho Sanitario; ha participado en el Fórum de Magistrados del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (Luxemburgo, 2016) y en la reunión del Consiglio di Stato de Italia-Tribunal Supremo de España Sala Tercera (2017). Está en posesión de la Cruz de primera Clase de San Raimundo de Peñafort y de las Medallas al mérito Policial y de la Guardia Civil.
La salida de Tolosa de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo afecta el funcionamiento de esta Sala, que cuenta ya con un déficit de 10 magistrados; es decir, que en la actualidad está integrada por 23 magistrados en lugar de los 33 que debería tener --32 más el presidente--. De cara al próximo año, la situación en esta Sala podría empeorar, ya que el 27 de marzo se jubilará también Inés Huerta.