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Alma Mater, el abrazo de Juan Carlos López Pinto y Carmen Borrego
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Una antología poética que une la escritura y la pintura

Alma Mater, el abrazo de Juan Carlos López Pinto y Carmen Borrego

Actualizado 27/12/2022 08:35
Charo Alonso

La Cofradía de la Vera Cruz celebra el 400 aniversario de la Inmaculada de Gregorio Fernández con una publicación solidaria

Trenzan el abrazo en páginas de poemas y sentidas, amorosas imágenes y me cobijo al abrigo de su talento, de su entrega y de su arte. El poeta, periodista y activista Juan Carlos López Pinto y la fotógrafa, diseñadora gráfica y artista Carmen Borrego convierten el amor solidario, el arte, sentimiento y reconocimiento, en un libro exquisito. Y a ellos me encomiendo: a Juan Carlos, cuyo empuje, apoyo y ánimo nos convirtió a Carmen y a mí en parte de “su” periódico, este que ahora cobija el proyecto “Alma Mater” con el que la Cofradía de la Santa Vera Cruz honra el cuarto centenario de la llegada de la excepcional imagen de la Inmaculada del maestro Gregorio Fernández. Y lo hace con Tomás González Blázquez, en nombre de la misma, eligiendo a Juan Carlos López Pinto para la escritura de una obra conmemorativa con fines solidarios para abrigar tiempos a la intemperie. Un libro auspiciado, entre otros, por el Ayuntamiento de Salamanca cuya teniente alcalde, Ana Suárez Otero, ha empeñado su esfuerzo y su sensibilidad para que este ejercicio de encuentro de numerosos autores salmantinos sirva de ayuda y reconocimiento a Cáritas Diocesana, que con Carmen Calzada a la cabeza, se ha volcado en el abrazo.

Charo Alonso: Cuando te propusieron este proyecto, ¿cómo lo afrontaste?

Juan Carlos López Pinto: Aunque sorprenda, tengo una discapacidad, una hemiplejia que paraliza mi hemicuerpo izquierdo debido al ictus hemorrágico severo que sufrí hace cinco años. Esta situación me interpela en cada gesto, acto y propósito vital que desarrollo. Cuando se me invitó a hacer este libro pensé enseguida en la labor impagable que hace Cáritas, con la que llevo colaborando toda mi vida profesional periodística de más de treinta años. Contando con este, son tres libros publicados durante estos cinco años, libros dedicados a apoyar a entidades y causas a favor de personas vulnerables o con enfermedades crónicas. Por eso, cuando se me propuso este reto quise saldar deudas con Cáritas, homenajear a mi Cofradía, la histórica Vera Cruz y emprender un proyecto conjunto con Carmen Borrego. Todos los astros estaban a favor, bien posicionados.

Ch.A.: ¿Cómo supiste que tendría que ser ella quien hiciera las ilustraciones?

J.C.L.P.: Lo tenía muy claro. Los trabajos de Carmen engloban todo lo que tiene que tener la belleza en el arte: son hermosos, rotundos y lanzan, como en este caso, un mensaje que nos apela. Las acuarelas que aparecen en ALMA MATER tienen trasfondo, hablan por sí solas, remueven a quien las disfruta. Son la mejor compañía a mis poemas. Y no solo eso, quiero embarcarme con ella en un proyecto más personal, autobiográfico. De momento, ya ha abierto en su ordenador una carpeta para escritos e imágenes del libro que llevará por título “Yo nací un día azul”, evidentemente relacionado con “Esa Segunda Oportunidad” que me dio la vida tras el ictus.

Ch.A.: Un libro que te une a muchos autores bajo la advocación de esta Virgen que supone un abrazo colectivo. ¿Qué esperas de él?

J.C.L.P.: Mucho, porque es una joya, es un descubrimiento y me ha tocado la fibra sensible en algunos tramos de su gestación. El libro es también un homenaje a personas y entidades que abrazan, acompañan y acogen a los más vulnerables. Así es la madre. Haber participado en ello ha sido un honor.

Ch.A.: Mérito tuyo es unir a todos en este proyecto…

J.C.L.P.: Yo no tengo mérito ninguno, mérito ellos, mi madre, mi padre. Mérito el de mi mujer, Blanca, y mis dos hijos, Celia y Andrés, que me ayudan para hacer más llevadero mi día a día.

Ch.A.: Ay Juan Carlos, siempre humilde, vamos a lo práctico ¿Cómo se cocina bien este libro?

J.C.L.P.: Con mucho amor, con el talento de Carmen, que ya lleva maquetada una gran biblioteca. Es magistral, contundente, brillante, rotunda. Y con una buena imprenta como Kadmos, fábrica catedral de hacer buenos libros de la mano de Lorena, de Miguel Ángel y de todos sus profesionales. Y con todos aquellos que han financiado y que habéis participado en el proyecto.

Ch.A.: Poeta reconocido, este es tu tercer libro solidario. ¿Se puede cambiar el mundo a través del arte?

J.C.L.P.: Sí, ¡evidentemente! En estos instantes estoy escribiendo una obra de teatrillo para ASPACE, que se titula ‘La loca historia de la Navidad’, en la que soy el narrador y un loco matemático de Oriente Medio. Los tengo revolucionados, en ella meto a compañeros en torno a mi personaje, Aspacito, que se confunde con el nacimiento de Jesús, no hace 2000 años, no, sino hace 20, porque cumplimos el 20 aniversario de ASPACE. Con esta obra de teatro haremos también la inauguración de nuestro Belén, que está realizando Blanca, mi mujer. Estoy embarcado en ello y en el proyecto autobiográfico que evidentemente es una forma de hacer periodismo. Periodismo personal, a favor y dedicado a las personas con daño cerebral.

Ch.A.: Das voz a quien no la tiene, eres un abanderado de causas sociales… ¿Alguien te ha dicho que no?

J.C.L.P.: Me he vuelto un activista y trabajo en ello. Y la verdad es que nadie me dice que no. Mi trayectoria profesional me ha ayudado mucho porque yo siempre tenía un lema: Me voy a casa satisfecho cuando he podido ayudar desde el periodismo, desde los medios que he dirigido, a un colectivo o a personas. Y además, los periodistas tenemos un deber moral porque contamos con una herramienta de mucha fuerza, un medio de comunicación, y merece la pena convertirlo también en palanca para ayudar, para promover, para dar voz a asociaciones, a colectivos humildes o invisibles.

Ch.A.: Te has convertido en un referente ético y moral. ¿Eso pesa?

J.C.L.P.: ¡Eso es mucho decir! Es una responsabilidad enorme, un riesgo… Un compañero del ABC, el gran Santi Riesco, que tiene una sección titulada “Los santos de la puerta de al lado”, me entrevistó y me preguntó que si me consideraba un santo… Digo, no, para santa mi mujer, o las personas que me ayudan. Eso sí, aspiro a ayudar de esta forma, con las herramientas que puedo, con las cosas que sé hacer. Ser un referente ético y moral vamos a dejárselo para personas más importantes, mucho más importantes.

Ch.A.: Creo que no extrañas el periodismo porque nunca lo has dejado y ahora lo practicas de otra manera.

J.C.L.P.: Charo, me conoces muy bien. En la pregunta llevas la respuesta. Efectivamente, el periodismo es una vocación. Es como el sacerdote que tiene vocación, lo es hasta que se muere. Pues yo igual. Estoy casi las 24 horas con la radio. Leo la prensa local, nacional y además, me encanta el periodismo. Estoy con Gabriel García Márquez, que decía que es la profesión más bonita del mundo porque te da posibilidades de conocer, de aprender, de ser más sabio. Porque una de las grandes ventajas de ser periodista es conocer a personas que saben más que nosotros, que aunque hayan leído menos, o no hayan estudiado, saben más que nosotros. Tenemos que escribir a la medida de ellos… Me decía el gran Olegario González de Cardedal, nuestro teólogo de cabecera y profesor, que teníamos que ponernos al nivel de las personas más cultas y al nivel las personas que son menos cultas. Y eso es un ejercicio de humildad muy difícil para los periodistas.

Ch.A.: Fuiste y eres un ejemplo de liderazgo en la libertad y la diversidad de SALAMANCArtv AL DÍA, que sigue tu esencia. Y cambiando de tercio, Carmen, ¿cómo visualizas las ilustraciones, a partir del texto o a partir de una idea?

C.B.: Inspira el texto propuesto, leo y comienzo a imaginar por dónde puedo empezar. Hablar directamente con el autor del proyecto, contactar con su idea me pone en marcha. Y busco objetos o imágenes que puedan ser la referencia, ese enlace con el texto. Unas veces son a partir de fotografías mías, otras veces escarbo en internet. Y cuando me pongo a dibujar, a pintar, tengo que encontrarles el gusto “a mi manera”.

J.C.L.P.: Yo, por añadir algo a lo que dice Carmen, creo que las imágenes y el texto van en la línea de la filosofía del proyecto. Son un abrazo, un abrazo perfecto. Y eso se nota. Las ilustraciones beben de la realidad, como los textos. Porque hemos querido hacer un libro muy pegado también a situaciones que viven las madres, las mujeres. Y eso se refleja tanto en la palabra como la imagen.

C.B.: Este proyecto es tan inspirador… No solo por los poemas de Juan Carlos, también por los escritos de los autores que participan y que nos llevan al compromiso, a la solidaridad, a la religiosidad, y también a sentimientos como la tristeza, la alegría, la ternura... He tratado de que las imágenes acompañen, abracen. Tengo muchísima ilusión con este libro, tenía muchas ganas de trabajar con mi ‘Jefe Pinto’, que le llamo así desde siempre, con todo mi cariño. Y hay mucho cariño puesto en su trabajo, por eso me siento afortunada y le agradezco muchísimo que haya confiado en mí este proyecto.

Ch.A.: Háblanos de la técnica...

C.B.: Son, creo que las he contado bien, veintiocho acuarelas en total, casi todas realizadas a partir del verano pasado… Estoy trabajando la acuarela desde hace relativamente poco, siempre me pareció una técnica muy difícil y yo no tenía tiempo para dedicarle… Ahora me pongo a pintar en cuanto tengo un ratito y es realmente relajante para mí, me resulta terapéutico.

Ch.A.: Juan Carlos, en un mundo como este, ¿es valiente declararse cristiano? Porque este es un libro abiertamente espiritual.

J.C.L.P.: Pues mira, cuando me preguntan por mi curriculum, pongo siempre que estudié Teología con los dominicos y completé la carrera de cinco años en Madrid, y para mí son los estudios más hermosos que he realizado, evidentemente junto a los de periodismo en la Pontificia. En la época de Teología colaboraba con Cáritas como voluntario junto a mi mujer, en la casa de enfermos de Sida. Fue una de las más grandes lecciones que me ha dado la vida, allí murió un buen amigo, Carlos Arturo García, y toda esa realidad me impactó mucho y cuando le pregunté al cura de la casa que si allí se decía misa, me contestó “Juan Carlos, cada día es una misa desde que amanece hasta que anochece”. Evidentemente, a partir de ahí, todo lo que tiene que ver con los valores cristianos, me interpela.

C.B.: Creo que hay que normalizar que cada persona, creyente o no, lo manifieste si quiere. Que cada uno sea lo que quiera…

J.C.L.P.: Hay gente que entiende que la religiosidad está vinculada a cosa antigua, la dictadura generó un poso aún muy firme y ser cristiano todavía se vincula a ello y en algunos sectores, ideológicamente, te pueden encasillar, y para nada, si hay algo revolucionario en este mundo es la Biblia y Jesús. Siempre, siempre, cuando gestamos la televisión, cuando nació nuestro periódico Salamanca al Día, la solidaridad, el traer a personas que trabajan con los más vulnerables, está en nuestro ADN y seguimos en ello. El cristiano busca referentes y medios referentes y el nuestro tiene que serlo para todos. Desde el periodismo podemos hacer voluntariado.

Y en ello está, en el itinerario del abrazo, un hombre hecho de la materia de la heroicidad diaria, de la libre valentía de quien sufre y sabe del valor del regazo que cobija, madre protectora, a las criaturas de una tierra que vivimos con prisa. Esa tierra entera que recorren Juan Carlos y Carmen a lo largo de páginas sentidas, labor anudada, mano abierta, arte que es afán amoroso, libro que retrata amor y entrega.