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El paso del tiempo
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LA FIRMA INVITADA

El paso del tiempo

Actualizado 29/11/2022 13:23
Redacción

El periodista Chema Díez aporta su visión sobre Unionistas en el habitual espacio de este medio con colaboradores

“Duración de las cosas sujetas a mudanza”; “época durante la cual vive alguien o sucede algo”. Éstas son solo dos de las acepciones del vocablo ‘tiempo’ que recoge el diccionario de la RAE, y que explican a la perfección por qué suceden o no las cosas que nos pasan en cualquier ámbito de la vida.

Y, en el fútbol, el tiempo es mucho más cruel que en otras facetas por su castigo excesivo en las derrotas y su alabanza irracional en las victorias; pasa factura demasiado rápido y otras veces, ocurre todo lo contrario. Por ello, saber marcharse a tiempo de un sitio puede marcar para bien el devenir de los acontecimientos futuros.

Unionistas CF transita ahora por este momento de su corta vida, en el que cualquier tiempo pasado fue mejor en todos los aspectos, no solo hay que castigar el deportivo; también sufren el institucional, el social y el económico, de eso no hay ninguna duda.

Lo fácil y lo más común entre los profesionales de este deporte, los aficionados, los periodistas, los ‘sabedores’ o ilustrados del fútbol es apuntar hacia el banquillo y señalar a Raúl Casañ por el irregular camino que está llevando el equipo en esta nueva temporada, quizá la más difícil de su historia por muchos condicionantes. Y su cuota de responsabilidad tiene, claro, como los jugadores.

Hasta ahora, casi todo lo que había vivido Unionistas eran alegrías, celebraciones y buenos momentos gracias a su buen hacer deportivo e institucional, aunque este último hace mucho tiempo que ya no es lo que era. Ver siempre las mismas caras, la misma gestión y el mismo mando en un club de fútbol como es Unionistas, creo que no es nada positivo.

Hace falta un cambio de aires, que llegará pronto con las elecciones a presidencia, pero es necesario un cambio de verdad, gente nueva y con otras ideas diferentes a las que ha habido hasta ahora, con sus aciertos y sus errores. Pero el cambio real es más urgente que nunca.

Llevo once años de mi vida (por suerte) viendo fútbol de la antigua Segunda B, de la antigua Tercera, además de las tres categorías que se ha inventado el señor Rubiales, y aunque posiblemente no sea ningún experto, algo puedo aportar o, al menos, sí dar mi opinión sobre muchas de las cosas que afectan a este deporte.

Unionistas es un club de los socios; estos eligen a su presidente y junta directiva, que a la vez seleccionan a los grupos de trabajo y contratan a un director deportivo para confeccionar una plantilla y elegir un ‘capitán’ de la nave. Pero hacia esa zona, parece que se mira muy pocas veces; y en un club como éste, la responsabilidad de lo que ocurre dentro y fuera del terreno de juego es de TODOS… aunque el entrenador sea el eslabón más débil.

Para mí, digan lo que digan, esta plantilla tiene menos calidad, empuje y espíritu ganador que la de pasadas temporadas o al menos aún no ha demostrado que pueda ser igual, ni mucho menos. Y no solo por las derrotas, que muchas veces son engañosas; faltan calidad, actitud, garra y ese afán de no dar nunca un balón por perdido, un partido por muerto… cosas que sí había en años anteriores.

Recuerdo con incredulidad cómo se destituyó de un modo injusto a Dani Mori a falta aún de varias jornadas por disputarse, cuando Unionistas estaba luchando por la promoción de ascenso y después de muchas jornadas entre los cuatro primeros, para contratar a un entrenador que no cumplió el ‘nuevo objetivo’ de Unionistas, y que ni siquiera renovó su contrato por los motivos que ahora no vienen al caso.

Esta temporada, el único fin de Unionistas debe ser permanecer un año más en Primera RFEF y creo que lo va a lograr porque hay rivales con mucho menor nivel que los salmantinos y porque la afición (en mayor o menor cantidad) siempre va a estar ahí apoyando sin importar dónde juegue el equipo. Es su seña de identidad.

Está claro que, en el fútbol, el tiempo es agradecido muy pocas veces, porque se miran los números con una lupa muy gorda demasiadas veces; pero, lo que también tengo claro es que lo que de verdad importa es saber qué hacer con ese tiempo. Y ahora no se está utilizando demasiado bien; que cada uno saque sus conclusiones.