Prevenir mientras descuidas

Por los grupos de whatsapp, ya sean los de la familia, el de los amigos del colegio, el de los de la facultad, el del trabajo, el de los hermanos de paso, los de los padres de las clases de los niños, y así un excesivo etcétera, se entera uno de cosas interesantes entre chorrada y chorrada, que reírse también es saludable. Así supe, el lunes pasado, que en la semana que viene está prevista una actividad organizada por la Real Academia de Medicina de Salamanca y el IBSAL (Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca), con la colaboración del Hospital Universitario, el Colegio de Médicos, el Ayuntamiento y la Universidad y el patrocinio de una empresa que, entiendo, aportará el aparataje. El título de la propuesta no puede ser más directo y sugerente: “15 minutos que pueden salvarte la vida”. ¿Cómo no valorarlo como una opción atractiva? Además del tiempo, apenas un cuarto de hora que bien se puede reservar, se señala que será gratis y que no conllevará molestias.

Y es verdad, los próximos miércoles y jueves, a caballo entre dos meses y a lo largo de cuatro tramos horarios, en la Plaza de los Bandos, imagino que en alguna carpa o vehículo, se procurará la detección de aneurisma de aorta realizando una ecografía abdominal. Los destinatarios son varones mayores de 65 años residentes en Salamanca. La aspirante a candidata socialista a la alcaldía apostillaría que se trata de un nuevo alarde de Medicina “machista”, como ya ha sostenido otras veces, pero de poco sirve esforzarse en convencer con ciencia en estos casos donde el prejuicio ideológico impera. Yo sí me atrevería a sugerir, por aquello de aumentar el rendimiento diagnóstico de las diez horas de ecografía, que las pruebas se centrasen en fumadores y pacientes con factores de riesgo cardiovascular.

Me vino a la mente otra iniciativa, ya bastante extendida en la vecina provincia de Zamora. Su diputación provincial, junto a una entidad bancaria, un periódico local y un hospital privado patrocinan “Pulso Vital”, que aspira a concienciar de la prevención del ictus mediante la detección precoz de la fibrilación auricular. El método es sencillo: colocar los índices y corazones de ambas manos sobre el lugar señalado en unos tótems digitales, fijos o itinerantes. Si se comprueba la existencia de una arritmia el usuario será avisado y se le ofrece acudir a la consulta de cardiología del centro sanitario que supervisa esta campaña, y que alumbrará un estudio epidemiológico amplio a partir de los datos recabados. También puede ser que requiera la valoración (presencial, fonendo sobre piel, como Dios manda) de su médico de cabecera, y a lo mejor un electrocardiograma con doce derivaciones en su centro de salud, antes de resolver el caso con unas palabras tranquilizadoras.

La detección precoz es una forma de prevención secundaria fundamental en un sistema de salud sólido, no se trata de negar lo que se ha comprobado. La idea acogida por tantos ayuntamientos zamoranos engarza bien con la recomendación, de calidad de evidencia moderada, de hacer un cribado oportunista tomando el pulso en la consulta de Atención Primaria a los mayores de 65 años y realizando un electrocardiograma si fuera irregular. La práctica tiene un grado de recomendación débil a favor en la última actualización del PAPPS (Programa de actividades preventivas y de promoción de la salud). Del mismo modo, aunque con una complejidad mucho mayor, puesto que la detección de un pulso irregular debería ser una capacidad en la que la población estuviera instruida, lo que se hará en Los Bandos mediante ultrasonidos también aportará algún fruto, y sensibilizará sobre otro problema de salud menos frecuente pero abordable e igualmente digno de ser cuidado.

Sin embargo, resulta paradójico que las instituciones arropen y financien fogonazos de prevención mientras el hogar donde se previene por excelencia, la consulta de Atención Primaria, se va apagando lentamente. Sus brasas calientan menos a nuestro presidente autonómico que una foto en portada sujetando una pastillita de un nuevo fármaco rutilante, o presentando un calendario de vacunaciones con más casillas que partidos tiene el del Mundial de Qatar, y con tantos conflictos de interés detrás como los que dicha sede otorgaron. Aparentan creer mucho en la prevención, pero no atajan el deterioro innegable del nivel asistencial donde prevenir es parte fundamental del trabajo aunque sea más complicado resumirlo en una foto llamativa o en un título grandilocuente. Admito resignado que la Medicina Familiar y Comunitaria es tarea callada y cotidiana, es decir, lo opuesto a la política de nuestros días, la que parece que se esfuerza en prevenir mientras descuida a los que nos hemos formado para hacerlo.