Adrián y Sergio se enfrentaron el sábado en el marco del derby entre Albense y Unionistas de Salamanca FS
Dos de los deportistas mirobrigenses que se encuentran jugando en la actualidad en equipos de fuera de Ciudad Rodrigo, los hermanos Adrián y Sergio Moreiro Barco, vivieron el pasado sábado uno de los partidos más especiales de sus ya dilatadas carreras –sino el que más- ya que por 1ª vez se enfrentaron entre ellos, tras toda una vida jugando al fútbol sala, la mayor parte de la misma formando parte de la cantera del III Columnas.
El duelo entre ambos se produjo en el marco del gran derby de 2ª División B que se disputó en un Pabellón Municipal de Alba de Tormes llenó a reventar entre el Albense en el que milita por 2ª temporada consecutiva Sergio Moreiro Barco, y Unionistas de Salamanca FS, en el que juega Adrián Moreiro Barco por 4ª temporada seguida, la primera en esta categoría (las tres anteriores fueron en 3ª División). Como es lógico, el cariz especial del partido marcó toda la semana previa.
Según señala Sergio, que ejercía como anfitrión, “desde que acabamos el partido de Lugo, desde ese mismo sábado, ya estaba pensando en el partido siguiente”, que ya de por sí era “importante por ser el derby, pero más por enfrentarme a mi hermano, que nunca había tenido la oportunidad de hacerlo, y encima en esta categoría, que es más bonito todavía”, por lo que lo afrontó “con mucha ilusión y ganas”. En la misma línea, Adrián indica que “tenía muchas ganas de jugarlo; desde que empezó la semana me mentalicé sobre cómo podía ser el partido”.
Al respecto, subraya que obviamente iba a ser un partido “muy especial” para los dos hermanos, “pero también para mis padres y el resto de mi familia” (su abuela y su tío se desplazaron desde Ciudad Rodrigo a Alba de Tormes para verlos en acción). Así, antes de jugar, Adrián tenía la sensación de que este partido era como “el clímax de todos los años que llevamos esforzándonos; de mis padres haciendo sacrificios como cuando nos llevaban en pretemporada a Salamanca estos últimos años; lo veía como un ‘resumen’ en un enfrentamiento de todo lo que llevamos vivido hasta ahora en fútbol sala desde que empezamos desde chicos”.
La semana previa vino acompañada de cierto ‘pique’ sano entre ambos. Como indica Sergio, “la gente que me conoce sabe que soy muy vacilón, y le decía que si estaban ‘cagaos’ por ir a Alba, pero no fue mucho porque me daba muchas largas, no quería seguirme el pique”, algo que corrobora Adrián: “algún comentario sí que hubo por whatsapp, pero intentaba no entrar al trapo porque sé que me iba a seguir picando”, pensando mejor en “trabajar y luego en el campo ya se verá”.
El duelo sobre la pista
Según ‘confiesa’ Adrián, iba con la idea de “intentar marcarle un poco en la pista los rangos de hermano mayor, intentar intimidarle, aunque a lo mejor no lo habría conseguido”, pero “no se nos dio la situación”, ya que coincidieron poco sobre la pista, debido principalmente a la lesión que sufrió Sergio cuando se llevaban 18 minutos de encuentro. Tal y como él mismo relata, se tiró por detrás a intentar cortar una contra con la mala suerte de que se le quedó enganchado el pie en la pista mientras el cuerpo seguía deslizando, con lo cual se le extendió el ligamento interno de la rodilla, sufriendo un esguince “bastante grave” (también resultó tocado el menisco).
Esta circunstancia hizo que apenas coincidiesen 1-2 minutos en pista, pero “me gustó”, en palabras de Adrián: “tuve que cubrir a mi hermano un par de veces, y me gustó eso de estar pegado ahí el uno con el otro”. Asimismo, recuerda otro momento cuando en un saque de córner que iba a botar Sergio, le tocó a él defenderlo, y se generó un “cara a cara, mirándonos y sabiendo la situación que se estaba dando”, sin olvidar por supuesto la competición: “le miré y le hice gestos para que me lanzara el balón a mí, para sacarle un poco del sitio”.
Junto a esos breves encuentros, no tuvieron más interacciones que los saludos del principio y el final, pero “me gustó la sensación de coincidir en la cancha por primera vez, y el hecho de que fuera en 2ªB, con el pabellón lleno, fue muy bonito”, salvo por la lesión de Sergio, que en principio quiere regresar en dos semanas: “voy a ir todos los días a la clínica para curarme lo antes posible”.
Así, el sabor global fue un poco agridulce, “porque en ese sentido no salió bien”, como señala su padre, Simón, que ha entrenado a ambos en la cantera del III Columnas, club del que también fue jugador (“cuando se fundó el III Columnas, hace 40 años, ya estaba en el primer equipo”). Al menos, en el ámbito deportivo, la tarde acabó ‘bien’, ya que no se decantó “ni para uno ni para otro”, ya que el derby finalizó con empate a 4 (Albense puso el 4-3 a minuto y medio para el final, y Unionistas el 4-4 cuando quedaban 32 segundos).
Simón Moreiro resalta que “cuando ves a tus hijos ahí con toda la ilusión, a mí me gusta, pero a Reme [su madre] más: están disfrutando, y nosotros el doble”. En este aspecto, este año tienen la suerte de que los partidos de ambos no están coincidiendo el mismo fin de semana en casa (“el calendario está a pedir de boca”), y por ende pueden ir a verlos, “un fin de semana a cada uno”.
El desarrollo de las temporadas
En lo que respecta al conjunto de las temporadas, los equipos de Adrián y Sergio están en punto dispar, aunque no estén demasiado lejos en la tabla uno de otro. En lo que respecta al Albense, Sergio apunta que “tengo muchas esperanzas en el equipo, también por la forma de jugar, que la hemos cambiado de forma radical, y podemos estar entre los cuatro primeros y disputar el playoff de ascenso a 2ª”.
Por su parte, en Unionistas de Salamanca, aunque “empezamos la liga con mucha ilusión”, están viviendo un momento “un poco duro, porque ha habido partidos que se nos han ido en los últimos momentos”. Adrián recuerda que la temporada anterior, cuando estaban en 3ª, “estábamos acostumbrados a ganar absolutamente todo”, y este año, por ejemplo, acumulan 3 derrotas y 1 empate en las últimas 4 jornadas, con la “rabia” de que “no consideramos que los demás equipos sean superiores a nosotros, pero las situaciones de los partidos nos están llevando a perderlos”.
En todo caso, se muestra confiado en que “los resultados van a llegar” porque “estamos compitiendo bien; los entrenamientos están siendo espectaculares, y nos falta transmitirlo en la cancha”, por ejemplo “compitiendo los 40 minutos, y salir al 100% concentrados”, porque “en 3ª podías tener fallos, que a lo mejor no te iban a matar, pero en 2ªB, el mínimo fallo, el otro equipo no te lo perdona”, siendo además el problema que no están aprovechando los fallos rivales. Asimismo, apunta que los equipos gallegos contra los que se miden como novedad este año son “muy intensos; técnicamente dan un plus respecto a lo que suelen ser los equipos de Castilla y León”.
Mencionando que “sabía que el nivel iba a cambiar mucho, pero creía que nos iba a costar menos”, Adrián Moreiro se queda con que “sabemos que somos capaces de mucho más, porque el grupo es muy bueno, tanto a nivel profesional como humano; nos llevamos todos muy bien, y no tenemos el miedo que nos pueda ir mal: sabemos que en el momento que volvamos a hilar un par de victorias seguidas, todo va a ir para arriba”.
Como apunta Adrián, para él, al igual que para muchos de sus compañeros, es su 1ª temporada en 2ªB, mientras que para Sergio ya es la 2ª. Al respecto, éste jugador menciona que el año pasado lo afrontó “como un chaval que quería aprender de fútbol sala sobre todo, y ser mejor”, y este año, aunque “sigo siendo un niño que quiere seguir mejorando día a día”, lo afronta “con mucha responsabilidad; el año pasado, mediada la temporada, ya pude tener los galones que se pueden tener como jugador valorado en 2ªB”, por lo que tiene un plus de “responsabilidad de dar lo mejor que tengo y ayudar todo lo que pueda al equipo”.
Quedan todavía para ambos 2/3 de la temporada por delante para cumplir sus objetivos (se han disputado 10 de las 30 jornadas de las que consta la competición), teniendo como nueva fecha especial en el calendario el partido de vuelta entre Unionistas de Salamanca FS y Albense, que se disputará el último fin de semana de marzo.