El martes vamos a los cementerios a poner flores y limpiar las sepulturas. Recordamos especialmente a nuestros muertos o a nuestros Santos depende cómo se mire.
Halloween es sin duda una frivolidad. Pero no pasa nada por el consumo y la diversión.
En mi caso soy un novio de la muerte desde que tuve el aneurisma en el diecisiete. La pienso y la repienso, la tengo presente. No me resta actividad, ni me apena.
Según me cuenta mi mujer y los amigos que me llevaron al hospital me iba muy tranquilo con ella. Como un sueño, como de viaje por los recuerdos. Doy gracias a la vida por los cinco años vividos posteriormente con los éxitos de mis hijas y los fracasos acompañados.
Tranquilo iba a la muerte, no tanto al sufrimiento y al dolor. La asfixia, quedarse sin aire, sin fuerzas para andar. Volver a luchar cada bocanada de aire y cada incorporación en la cama o cada paso.
Que tiene esta sociedad que nuestros ancianos se quieren morir y muchos de nuestros jóvenes intentan suicidarse y algunos lo consiguen.
Yo perdí a mi padre con 67 años, hace quince . La muerte más inoportuna en mi familia. Pero sin duda lo que más se llora y lo peor que te puede pasar es la muerte de un hijo.
Los duelos que he acompañado por un hijo son desgarradores. Se pone a prueba la Fe.
De las filosofías y religiones creo que la más esperanzadora es la cristiana y católica.
En España hay gran tradición de visitar los cementarios el día uno. Los floristas hacen la mejor caja del año. En el centro de Formación Profesional Lorenzo Milani hemos hecho muchos centros y ramos con los alumnos de segundo de jardinería.
Con los niños de Santiago Uno y los de Puente ladrillo, etc si que ha habido disfraces, calabazas y sustos.
No debemos frivolizar con quienes han perdido a seres queridos. Méjico en estos días diferencia día de niños y adultos. Son días de colores donde creen que las almas visitan a los familiares. Lo vimos en dibujos animados en Coco. Tiene ascendencias precolombinas.
Éramos más sobrios que los americanos. Ahora vamos de cabeza al consumo y a la imitación de lo americano por mucho que objetivamente se equivoquen y no sean ejemplo para el resto del mundo.
Parece positivo creer en la Resurreción como mensaje esperanzador y consuelo.
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