La Iglesia de San Cristóbal volverá a contar con un retablo en su presbiterio más de seis décadas después

Los fieles que están acudiendo desde hace unos días a la Iglesia de San Cristóbal de Ciudad Rodrigo se están encontrando con un destacado cambio en la zona del altar, que es solo un anticipo de lo que está por venir, ya que el histórico templo mirobrigense va a volver a contar con un retablo en su presbiterio más de seis décadas después.

De momento lo que ha ocurrido es que ha sido llevado el expositor (idéntico a los del Seminario y Villar de la Yegua) que desde finales de los años 50 del siglo XX preside el presbiterio, teniendo encajado en su parte inferior el Sagrario, que de momento permanece en el templo, sobre una estructura de piedra que va a desaparecer para dar paso al nuevo retablo, que va a ocupar la totalidad del frente de ese presbiterio.

Según explicó en la tarde del lunes a Ciudad Rodrigo Al Día el propio párroco, Rafael Caño (acompañado de Domingo Peinado), el nuevo retablo, donde predomina el dorado, es de estilo neoclásico, contando con cuatro columnas de estilo corintio, similares a las que tiene el expositor que ha sido trasladado en los últimos días (para encajarlo en la parte central del nuevo retablo). En torno a ese expositor se van a situar tres imágenes.

A la izquierda, se va a colocar la figura de San Cristóbal que actualmente se encuentra en el retablo que hay en la pared derecha del templo, por encima de la imagen de San Sebastián. A la derecha, estará situada la imagen de la Virgen María, en una posición similar a la que ocupa en la actualidad. Y en la parte superior, se situará la imagen del Cristo que hasta ahora estaba a la izquierda del expositor.

La ubicación de la imagen del Cristo en esa parte superior no es novedosa, ya que estuvo ahí aproximadamente desde finales de los años 50 hasta el año 1977 cuando, dentro de un proceso de pintado del templo, se colocó en la posición en que lo han conocido todos los fieles que han pasado por allí desde entonces. Lo que ocurrió a finales de los años 50 es que la Iglesia de San Cristóbal sufrió una gran transformación, creándose los cruceros y ampliándose hacia atrás el presbiterio.

Hasta entonces, ese presbiterio estaba presidido por el retablo que alberga a día de hoy a San Sebastián, aunque en aquel momento albergaba la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, estando situada a la izquierda la imagen de San Antonio, y a la derecha, la de San José. A partir de ahí, había unos estrechos laterales (en uno de los cuales se encontraba el retablo que alberga a la Virgen del Rosario, que ya la acogía entonces), en una estructura parecida a la que sigue teniendo hoy en día la Iglesia de San Andrés, que cuenta a los laterales del presbiterio con unas zonas estrechas donde se encuentran el Cristo de San Andrés y la Virgen de la Peña.

Retomando la descripción del nuevo altar, debajo de la imagen de San Cristóbal va a figurar una jaculatoria, y debajo de la Virgen María, el anagrama de Ave María. Entre medias, debajo del Sagrario, habrá un pelícano, que es un símbolo eucarístico clásico (ya que el pelícano se pincha a él mismo para dar sangre a las crías, como hizo Jesucristo). Mientras, en la parte superior, a los laterales del Cristo, se va a contar con dos figuras en relieve simbolizado a Dios Padre y al Espíritu Santo.

Según explica Rafael Caño, inicialmente habían pensado en realizar una reforma consistente en dotar de unas hornacinas a las imágenes del presbiterio, que hubiera costado unos 28.000€, pero finalmente se ha decidido dotar a la Parroquia de un retablo completo, ya que un donante se ha ofrecido a sufragar la mitad de los 82.000€ que iba a costar, que finalmente será un poco más, ya que se ha visto que el expositor precisa de una restauración antes de que luzca en el centro del nuevo retablo. En lo que respecta al resto del coste, la Parroquia va a aportar de sus ahorros 20.000€, ya se están recibiendo donaciones más pequeñas, y habrá alguna colecta específica.

Como este retablo llega ‘hasta el suelo’, va ser necesario retirar la estructura de piedra sobre la que asentaba hasta ahora el expositor. La intención, según señala Rafael Caño, es darle un nuevo uso a esa estructura, creando por ejemplo con una de sus columnas un nuevo atril para la proclamación de la palabra (denominado ambón). De este modo, se retirará la actual estructura de madera que hay para ese fin, lo mismo que ocurrirá con la ‘Sede’ situada en el otro lateral del altar, que actualmente tiene capacidad para tres personas, y que será sustituida por un único sillón para el oficiante de las celebraciones.

La intención de la Parroquia de San Cristóbal es que el nuevo retablo sea “el regalo de Navidad”, es decir, que se coloque justo coincidiendo con esa fecha (el montaje en la propia Iglesia llevará apenas un día).