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Sentido homenaje de Monsagro a todos aquellos que les echaron una mano durante el incendio
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MONSAGRO | HOMENAJE

Sentido homenaje de Monsagro a todos aquellos que les echaron una mano durante el incendio

Actualizado 25/09/2022 01:27
David Rodriguez

Paco Comuñas resaltó que “nunca ha habido un incendio de una magnitud tan bestial en la provincia de Salamanca”

> Reportaje gráfico: Adrián Martín

La localidad de Monsagro rindió durante la tarde-noche del sábado un sentido homenaje a todas aquellas instituciones y personas que “estuvieron con nosotros” –como mencionó su alcalde, Ángel Mateos- durante los días en que tuvieron que luchar contra las llamas el pasado mes de julio. Dentro de este homenaje, el momento culminante fue la entrega de unas placas a todas esas instituciones y personas, subiendo poco a poco representantes de las mismas al escenario montado a tal efecto.

La ronda comenzó con el reconocimiento a las “decenas de voluntarios que estuvieron ayudando sin pedir nada a cambio a Monsagro y a los otros pueblos afectados”, recogiendo la placa en nombre de todos ellos un joven de la propia localidad de Monsagro, Diego González. A continuación, se distinguió a la “multitud de personas desplegadas para combatir el fuego de Castilla y León y otras comunidades”, representadas en Paco Comuñas, agente medioambiental “cuya labor fue muy destacada”; Alfonso Sarmiento, jefe de la Reserva; y Juan Antonio Mateos, “que estuvo a nuestro lado con la máquina”.

Paco Comuñas fue quién hizo la intervención más sentida de la tarde, evocando en primer lugar que “se luchó y trabajó con todas nuestras fuerzas; poniendo incluso en peligro nuestra integridad física” con “jornadas de 15, 16 horas,... descansando solo un poquito”. Asimismo, quiso remarcar que “en todo momento hemos tenido presentes a todas las localidades, no hemos priorizado a unas sobre otras, no se ha abandonado absolutamente a nadie”, incidiendo en que “era un incendio de una magnitud bestial, como nunca ha habido en la provincia de Salamanca, y eso es muy difícil de gestionar”.

Dirigiéndose a los vecinos del pueblo, Paco Comuñas explicó que “para vosotros ha sido muy duro”, pero para él también, porque “el apego que tengo por Monsagro es más personal que profesional; mi padre también estuvo aquí”, por lo que “me ha dolido mucho”. Eso sí, quiso lanzar un mensaje de esperanza: “aunque en los días posteriores estábamos derrotados, ahora con el paso del tiempo veo el vaso medio lleno porque, al igual que los vecinos de otras localidades, os podéis asomar a la ventana y ver sierra verde; se ha quemado parte, pero ha quedado mucho, cuando en un momento pintaba que no iba a quedar nada”.

Al respecto, remarcó que ese salvamento “ha sido gracias a todos; todos hemos colaborado en proteger a Monsagro y al resto de los pueblos”, mostrando su agradecimiento a todos los vecinos, porque “nunca ha habido una mala cara”. Sus compañeros de extinción (se evocó “a los que nunca salen en las noticias, porque a ellos no llega la prensa”) apuntaron asimismo que “nos tenemos que quedar con lo que hemos sido capaces de lograr”, teniendo en cuenta “las condiciones meteorológicas, la simultaneidad de incendios, algo que yo no había vivido”, resaltando que “hasta el último recurso lo hemos intentado emplear de la forma más eficiente”.

El siguiente en subir al escenario fue Fernando Carabias, concejal del Ayuntamiento de Salamanca responsable de su servicio de Bomberos, que envió al incendio medios y personal. Carabias explicó que era “un motivo de orgullo” que el Ayuntamiento de Monsagro organizase este homenaje, que el Ayuntamiento de Salamanca tenga un servicio de extinción “tan importante y con tan buen equipamiento”, y que, además de disponer del servicio, “estén siempre dispuestos a ayudar a aquel que lo necesita; están ahí los primeros”.

Los homenajes continuaron con uno muy especial, al Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo personificado en su alcalde Marcos Iglesias, “que tanto nos ayudó y tanto estuvo con nosotros”, según recordó Ángel Mateos. Marcos Iglesias estuvo acompañado por otros concejales, miembros de la Policía Local, o personal de mantenimiento del Ayuntamiento que se vieron involucrados en aquel “reto para nosotros” de acoger a los evacuados.

Marcos Iglesias, que subrayó que hablaba “desde la emoción y el sentimiento”, evocó que “fueron días difíciles, pero de mucha amistad; me quedé impresionado con el carácter de la gente de Monsagro”. Como conclusión de lo vivido, además de que “nos llevamos muchos amigos”, mencionó que “somos comarca y ahí está Ciudad Rodrigo para cuando tenga que echar una mano”.

Escalando de nivel administrativo, el siguiente reconocimiento fue a la Diputación de Salamanca, “por los medios aportados y por la decisiva aportación del Parque de Bomberos de Ciudad Rodrigo”, subiendo al escenario los diputados provinciales Marcelino Cordero, Manuel Rufino García y Román Hernández. Marcelino Cordero dijo que “la Diputación no ha hecho más que cumplir con su obligación: estar al lado de los pueblos y del mundo rural, más aún en los momentos difíciles”. Ángel Mateos también dio las gracias a Javier Iglesias, “que cogió el teléfono en momentos decisivos”.

Por parte de la Junta de Castilla y León asistió por un lado su delegado territorial en la provincia de Salamanca, Eloy Ruiz, quién se centró en lo que está por venir, asegurando que “la Junta es competente y sabe que un incendio no se apaga cuando se apaga el último rescoldo; hay que recuperar lo perdido”, mencionando que “ya se están haciendo trabajos”, como la subasta de la madera quemada o la preparación del terreno para evitar problemas con las lluvias. Eloy Ruiz pidió a los vecinos que tengan “constancia; entre todos tenemos que trabajar y no os vamos a dejar de lado”. Por último, reconoció el “sacrificio, trabajo y dedicación” de todos los alcaldes de las localidades afectadas.

A nivel de Junta también intervino Jesús, del Colegio Oficial de Psicología de Castilla y León, quién comentó que “es muy agradable eso de que te digan que haces las cosas bien”. Según explicó, “con vosotros hemos confirmado que las generaciones de los años 30, 40, 50 ó 60 tienen una dureza y una capacidad de adaptación que las nuevas generaciones no tienen”, añadiendo que “también hemos confirmado que cuando hace falta, la solidaridad social de la gente está ahí y es impresionante”.

En lo que se refiere al Gobierno de España, se contó por un lado con la subdelegada del Gobierno en la provincia, Encarnación Pérez, quién confesó que “cuando he venido por el camino hasta aquí he venido triste, porque es ahora cuando te das cuenta de la magnitud; es como una ratonera [la huella de las llamas], por eso valoramos mucho más el trabajo que se hizo desde todas las instituciones”, subrayando que “la coordinación fue intensa”, hablando por teléfono incluso a las tantas de la madrugada, ante una situación “que era nueva, como paso con el Covid”.

Encarnación Pérez hizo hincapié en que no hubo víctimas personales y que se pudo ver “un comportamiento ejemplar”, antes de lanzar un mensaje de cara al futuro: “tenemos que intentar por parte de todas instituciones que no se repita, o que bajemos el nivel de riesgo; tiene que haber un compromiso firme, porque prevenir es lo importante”, concluyendo que “o cuidamos y mimamos el monte, o se volverá contra nosotros por el abandono”.

También a nivel de Gobierno intervino un miembro de la Guardia Civil, que hizo un relato de lo que vivieron aquellos “días difíciles, complicados”, desde que, “estando de servicio, bajando el Puerto de Las Batuecas, vimos desde lejos una tormenta impresionante, y antes de acabar de bajar, ya nos llamaron para decir que había que evacuar Ladrillar”, a lo que siguieron varias evacuaciones más en Cáceres y Salamanca, apuntando que “nos encontramos un verdadero infierno”.

En especial, recordó cómo la gente mayor “no quería evacuar sus casas, nos superaba aquello, y fue un poco difícil convencerlas, pero se consiguió”. Asimismo, defendió que “se tomaron las mejores decisiones posibles para salvar a la población” y que estuvieron “al pie del cañón” todo lo que pudieron, con turnos mucho más largos de lo habitual. Por último, agradeció a todo el mundo “la colaboración ciudadana y el saber estar; la Guardia Civil estamos ahí para lo que necesitéis”.

Una vez entregadas todas las placas en el acto (que duró casi una hora), hubo una foto final de grupo de todos los distinguidos. Ese acto también incluyó una serie de bailes tradicionales al son de la gaita y el tamboril. Tras ello, los congregados en Monsagro pudieron disfrutar de una cena popular, completándose el programa con la actuación del grupo Folk On Crest.