El consejero de Medio Ambiente apuntó que la Sierra de Francia conforma junto al Tiétar los enclaves “más peligrosos” de Castilla y León
El salón de plenos de la Casa Consistorial de Ciudad Rodrigo acogió en la mañana del lunes una reunión de trabajo del consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de la Junta de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, con responsables políticos de las localidades que se vieron afectadas por el incendio que el pasado 11 de julio entró en la provincia de Salamanca por Monsagro procedente de tierras cacereñas, que acabó afectando a cerca de 9.000 hectáreas en territorio salmantino.
En concreto, asistieron representantes de 8 localidades: Juan Rodríguez, teniente de alcalde de Monsagro; Cristian Vicente Pérez, en representación del alcalde pedáneo de Guadapero; Fermín Mangas, alcalde de Serradilla del Llano; Rosa María Rubio, concejala de Morasverdes; Heliodoro Sánchez, teniente de alcalde de Tenebrón; Manuel Francisco Sánchez, alcalde de Dios le Guarde; Juan Manuel Villarón, alcalde de El Maíllo; y Miguel Ángel Luengo, alcalde de La Alberca.
A estos representantes Suárez-Quiñones les agradeció su “apoyo” durante los días que estuvo activo el incendio (principalmente con acciones de logística “en momentos difíciles para ellos”), explicándoles que se va a reformar el Plan de Protección Civil para que en cada localidad haya alguien designado (el alcalde o algún experto) que pueda suministrar información a los equipos de extinción cuando se declare un incendio.
Asimismo, el consejero de Medio Ambiente mostró su agradecimiento al alcalde de Ciudad Rodrigo, Marcos Iglesias, por el papel desempeñado durante los días que duró el fuego, así como por acoger esta reunión, en la que también tomaron parte el secretario territorial de la Delegación Territorial de la Junta en Salamanca, Fernando Díaz; y el responsable a nivel regional del Servicio de Extinción de Incendios, Ángel Sánchez.
Según explicó posteriormente a los medios de comunicación Suárez-Quiñones, la reunión se desarrolló en un “clima agradable y constructivo”, comenzando, tras el agradecimiento a las localidades, con un repaso a cómo se desarrolló el incendio, que “costó apagar” pese a movilizarse un “operativo complejo”, con medios de la Junta de Castilla y León, del Gobierno de España y de otras comunidades autónomas, lo que llevó a que afectase a cerca de 9.000 hectáreas, 4.000 de ellas de superficie arbolada.
El Plan
Suárez-Quiñones incidió en que “desde el día después” se vienen manteniendo reuniones con las localidades afectadas (se quiere tener una “relación permanente” con las Alcaldías desde las Administraciones), siendo el objetivo principal de la celebrada en la mañana del lunes dar a conocer el Plan a 10 años (“y lo que sea necesario”) de restauración ambiental que ha diseñado la Consejería para la zona, con un presupuesto de 5 millones de euros, y con algunas acciones de urgencia y otras a medio-largo plazo.
Como acciones más inmediatas, este Plan recoge por un lado el evitar erosiones y arrastres por las lluvias torrenciales que se puedan producir en otoño, de ahí que se pretenda “asentar el terreno”, especialmente para “garantizar la calidad del agua”, evitando que haya afecciones a acuíferos. Por otro lado, se quiere retirar lo más rápido posible la madera quemada, para así “evitar plagas”. Según mencionó el consejero, ya se ha publicado la orden para facilitar la saca por parte de particulares de sus terrenos, mientras que en lo referente a los árboles quemados en montes públicos, se va a proceder a subastar la madera.
El tercer punto relevante de este Plan es la reconstrucción de caminos, pasos de agua, sendas o charcas, lo que implicará acciones de clareo o resembrado, considerando importante la reconfiguración de espacios con agua por la biodiversidad y para que los medios de extinción puedan emplearlos en el futuro en otros incendios.
Respecto a la parte ‘económica-social’, Suárez-Quiñones apuntó que en el caso del incendio de Monsagro ha habido “menos daños agrícolas y ganaderos” que en otros, aunque en todo caso se ha suministrado alimento para el ganado, y en cuanto nazcan los pastos, se levantará el acotado de los mismos para que el ganado pueda volver a pastar en ellos. Donde sí se han producido más pérdidas en este incendio es en los “negocios turísticos”, apuntando que “habrá que restaurar infraestructuras de uso público” que son usadas por los turistas, como los caminos, y que esos negocios pueden acceder a varias líneas de ayuda para autónomos y Pymes que ha puesto en marcha la Consejería de Economía y Hacienda.
El futuro
Durante sus declaraciones a los medios de comunicación, el consejero de Medio Ambiente resaltó que quieren “lanzar un mensaje de esperanza, porque la Junta está ahí y vamos a estar con todos los medios para restaurar y evitar las consecuencias económicas; estamos a vuestra disposición”.
De cara al futuro, resaltó que el trabajo en torno a los incendios es “algo conjunto” entre la Junta y las localidades, “producto de la nueva realidad climática que vive el mundo”, recalcando que “hay que extremar las precauciones”, porque la mano humana está detrás, voluntaria o involuntariamente del 92-93% de los incendios (el resto son por causas naturales, como ocurrió con el de Monsagro).
Esperando que “no nos veamos en otra como esta ni de lejos”, el consejero sí pronosticó que “incendios va a haber” (de hecho alertó de que el verano no ha acabado, ya que queda casi todo el mes de septiembre), remarcando que la Sierra de Francia es uno de los enclaves “más peligrosos de Castilla y León” en materia de incendios junto al Valle del Tiétar por sus características.