Gracias a esta iniciativa, a lo largo de las cinco primeras ediciones alrededor de 1.650 jóvenes con discapacidad intelectual han podido conocer la realidad universitaria
Una treintena de universidades españolas, entre ellas las de Burgos, Valladolid y Salamanca, desarrollarán programas de formación para el empleo de jóvenes con discapacidad intelectual en el marco de la sexta convocatoria de ayudas de Fundación ONCE, publicada recientemente y diseñada para el curso académico 2022-23.
Tal y como ha señalado la entidad, la iniciativa, que se lleva a cabo por sexto año consecutivo, cuenta con el apoyo financiero del Fondo Social Europeo (FSE), a través del Programa Operativo de Empleo Juvenil (POEJ), y está dirigida a todas las universidades españolas y centros adscritos.
De las 32 universidades seleccionadas en total para el próximo curso académico, figuran las madrileñas de Alcalá de Henares, Camilo José Cela, CEU San Pablo, Complutense, Politécnica, Francisco de Vitoria y Rey Juan Carlos.
Además, participan las andaluzas de Almería, Granada, Jaén, Córdoba, Málaga, Sevilla, Huelva y Pablo de Olavide; las valencianas de Alicante, Miguel Hernández y Jaume I; las catalanas de Barcelona, Pompeu Fabra, Ramón Llull y Rovira i Virgili; las gallegas de A Coruña y Vigo; además de las de Castilla-La Mancha, Universidad Pública de Navarra y la Universidad de Extremadura.
También impartirán cursos la Universidad de Murcia, la Universidad Católica de Murcia y las castellanoleonesas de Salamanca, Valladolid y Burgos.
Todas ellas deberán ofrecer cursos que proporcionen al alumnado formación universitaria enfocada a mejorar su autonomía, conocimientos humanísticos y su preparación laboral, y dotarle de habilidades necesarias para aumentar sus posibilidades de encontrar un trabajo, accediendo a puestos en la modalidad del empleo con apoyo.
Del mismo modo, los centros tendrán que proporcionar a estos jóvenes experiencias inclusivas y de normalización dentro de la comunidad universitaria y facilitarles una formación integral y personalizada.
Gracias a esta iniciativa, a lo largo de las cinco primeras ediciones alrededor de 1.650 jóvenes con discapacidad intelectual han podido conocer la realidad universitaria. Además, han mejorado su perfil profesional gracias a las prácticas laborales que se incluyen dentro del programa, lo que en muchos casos ha supuesto una contratación posterior.
Fundación ONCE ha explicado que quiere lograr la inclusión social por medio de la formación y el empleo de las personas con discapacidad. Dentro de este colectivo, los jóvenes con discapacidad intelectual representan un grupo con especiales dificultades de inserción laboral, debido a su bajo nivel formativo, por lo que es precisa la realización de actuaciones concretas para invertir esta situación y mejorar su empleabilidad.
Según ha indicado, diversas investigaciones ponen en evidencia que la formación de personas con discapacidad intelectual en el entorno universitario en competencias profesionales generales, contando con una titulación emitida por la universidad, incide positivamente en su inserción laboral en diferentes sectores empresariales y supone un crecimiento mutuo para el alumnado con y sin discapacidad.