El Diverteatro está dedicado a conmemorar el 25º aniversario de la Feria de Teatro
No eran todavía las 10.00 horas (hora fijada para la apertura) cuando unos cuantos niños ya hacían cola para poder disfrutar del programa de animación infantil de la Feria de Teatro de Ciudad Rodrigo, el Divierteatro, que como ya se ha comentado en varias ocasiones, este año está dedicado a celebrar el 25º cumpleaños de la Feria, luciendo una gran tarta la fuente del espacio principal del programa, la Plazuela del Buen Alcalde.
Aparte de esta celebración, la mejor noticia que tiene este Divierteatro 2022 es que está de vuelta, tras dos años de ausencia por culpa de la pandemia del coronavirus (ya que allí hubiera sido imposible mantener la distancia social), el Palabreando, el espacio en la Plazuela del Conde destinado a los niños y niñas de entre 3 y 6 años, que pueden disfrutar de canciones, juegos, cuentacuentos con Pilar Borrego a través de su compañía Katua Teatro, talleres plásticos, y por supuesto maquillarse la cara antes de ser recogidos por sus familiares.
Ese recorrido ordenado por los espacios del Palabreando (de alrededor de una hora de duración) es el modelo que tiene también este año el espacio principal del Divierteatro, manteniendo el formato que se implantó durante la pandemia en 2020, ya que permite un mejor control (aunque los chavales pueden entrar las veces que quieran). En este sentido, los chavales realizan en la Plazuela del Buen Alcalde una ruta ordenada de alrededor de 75 minutos de duración, en la que son guiados por los miembros del equipo de apoyo, jóvenes de 16 y 17 años que complementan el trabajo que hacen los monitores (jóvenes con los 18 años cumplidos) y los profesionales de las compañías en los distintos puntos de interés.
Por un lado, está el gran área de juegos en el corredor derecho de la Plazuela, en el que se puede encontrar un taller de percusión de la mano de la compañía WeTumTum, las singulares piezas artesanales con manivela o pedales denominadas Kinético de Xirapaús de la compañía gallega Trécola Produccions, o varios elementos circenses de la compañía de Valladolid Nuevo Fielato, que dirige la escuela de circo más grande de Castilla y León.
Éste punto llamó especialmente la atención en la primera mañana, ya que los chavales tienen la oportunidad de probar la experiencia de enredarse en las telas en las cuales se hacen acrobacias en espectáculos como el que puso en escena en la tarde del martes la compañía Capicúa en Bolonia. Además de esas telas, los chavales pueden hacer malabares con mazas, probar el diábolo, o dar volteretas en una colchoneta.
En el otro corredor de la Plazuela, bajo los soportales, está el habitual área de talleres, en el que se ha apostado por las actividades más exitosas de la historia del Divierteatro: maquillaje, caracterización (por ejemplo los chavales pudieron ‘hacerse heridas’ ficticias en la primera mañana), peluquería creativa, títeres, colgantes o globoflexia.
Y como tercer gran elemento del Divierteatro están las actuaciones de pequeño formato. En este apartado, la compañía Nuevo Fielato mostró varios números de acrobacias aéreas a los niños que se situaron en una grada montada en la propia Plazuela. Por otro lado, el patio de la Guardería Mi Otra Casa acoge a Cucko, el tierno payaso a la vez que gamberro del extremeño Francis J. Quirós. Y por último, en el Patio de Cerralbo se encuentra el mago Óscar Escalante, pasando por allí unos cuantos niños en la mañana del miércoles para disfrutar de números mágicos en los que también tienen la oportunidad de tomar parte.
Como ya se resaltó en la presentación de los contenidos del Divierteatro de este año, el habitual inquilino del Patio de Cerralbo, Denis Rafter, ha sido este año ubicado, con motivo de los 25 años de la Feria, en el Palacio de Montarco, donde en la mañana del miércoles ofreció los dos primeros pases de Elio y Eloísa, un montaje que conmemora el V Centenario del fallecimiento de Elio Antonio de Nebrija, padre de la gramática en castellano. En la mañana del miércoles, todos aquellos niños recibieron un plantón de un árbol según se marchaban de la Plazuela, para que cada uno lo plante donde quiera.