"No podríamos entender Salamanca sin la filigrana, sin esa platería, sin esa minuciosidad de una belleza que necesita ocupar cada milímetro del espacio. Es la apoteosis de la filigrana, presente en tantas fachadas de nuestros monumentos..." (José Luis Puerto) / Foto de Carlos Santiago
No podríamos entender Salamanca sin la filigrana, sin esa platería, sin esa minuciosidad de una belleza que necesita ocupar cada milímetro del espacio.
Es la apoteosis de la filigrana, presente en tantas fachadas de nuestros monumentos, como en este de la catedral nueva, que plasma desde el nacimiento, la adoración de los reyes, hasta culminar en la crucifixión.
Pero fijémonos en las tres partes de esta fachada: es una simbolización de la Trinidad cristiana, como también las tres naves de catedrales e iglesias. Apoteosis de la filigrana. Apoteosis de la piedra. Triunfo de la belleza sobre una materia dorada, tan dúctil, como es la piedra de Villamayor.
José Luis Puerto / Foto de Carlos Santiago