Unas 80 cabras machorras limpian de arbustos una parcela municipal en el paraje del Encinal, en plenas arribes del Duero, delimitada por un pastor eléctrico
El proyecto de caprino puesto en marcha por el Ayuntamiento de Aldeadávila comienza cumplir algunos de los objetivos por los que surgió hace ya algo más de una década: servir como ejemplo de un nuevo modelo de explotación ganadera de acuerdo con los aprovechamientos tradicionales del campo, crear empleo en el medio rural, servir como nuevo reclamo turístico, y procurar la limpieza arbustiva del monte.
En la actualidad, la cabría municipal cuenta ya con algo más de 400 cabezas de raza malagueña de alta calidad genética, muchas de ellas ya nacidas en esta explotación, aunque las primeras llegaron de una granja situada en la provincia de Ávila. En estos momentos, “200 cabras están ya en producción y las sacamos alrededor de la granja”, señala el alcalde de Aldeadávila, Santiago Hernández.
Por otro lado, en estas instalaciones se encuentran las chivas que aún no han alcanzado la madurez para su reproducción, y en una parcela situada en el paraje del Encinal permanecen unas 80 cabras machorras y que desde hace unas semanas ejercen ya como ‘bomberos’ en Las Arribes, pues en este tiempo han eliminado prácticamente la totalidad del material arbustivo que había crecido en el terreno.
Hay que señalar que la principal causa de los grandes incendios que se están produciendo se debe al abandono del campo. La ausencia de ganado mediante sistemas tradicionales como el pastoreo está provocando el desarrollo de masa arbustiva que con la llegada del verano se convierte en el combustible perfecto para la propagación de las llamas a gran velocidad.
Los motivos de la desaparición del pastoreo con cabras y ovejas son dos, fundamentalmente, la atención y sacrificio que requiere su cuidado y manejo en el campo, y la baja rentabilidad de este tipo de explotaciones, pues la producción es menor que en el sistema de estabulación.
El proyecto de caprino impulsado por el Ayuntamiento de Aldeadávila se asienta sobre un sistema mixto, con animales en granja y otros en parcelas delimitadas por pastores eléctricos, una herramienta esta última que facilita el manejo en exteriores. El objetivo inicial del proyecto es alcanzar las 1.200 cabezas en producción.
En estos momentos, la nave central está siendo provista de un sistema automático de reparto de pienso, y el próximo peldaño del será la construcción de una quesería, pues es este otro de los pilares de proyecto, “transformar nuestro propio producto”, recuerda el regidor. Pero para dar este nuevo paso, junto con la construcción de una nueva nave para ampliar el número de cabezas, es necesario obtener financiación externa.
Hasta la construcción de la quesería, el Ayuntamiento de Aldeadávila vende la leche obtenida de sus cabras “a la fábrica de Filloy en La Fregeneda”, pequeña empresa que elabora uno de los mejores quesos que se producen en Las Arribes. Aunque su desarrollo está siendo más lento de lo que al alcalde le gustaría, Santiago Hernández confía en obtener financiación para lo que resta de instalaciones y completar el ciclo productivo del proyecto, a día de hoy ya con tres empleados.