En la Fundación Luna cuidan de alrededor de 200 perros y gatos, un trabajo “agotador” que realizan “por amor”
Auxiliar, rescatar y acoger animales en situación de maltrato o abandono hasta encontrarles un nuevo hogar es una de las misiones de la Fundación Luna. Fue fundada en 2011, pero desde 2018 a su cargo se encuentra otro grupo de voluntarios. “Va cambiando de gente, se van quemando, porque es agotador, y así se va manteniendo”, afirman.
En su refugio cuentan con unos 120 gatos y 40 perros, a los que hay que sumar diez perros y 30 gatos en casas de acogida; en total, unos 200 animales. Una cifra desbordante, porque “sí sale algún animal adoptado, pero el problema es que se abandonan más de los que se adoptan”. Está aumentando, añaden, “mucho más el número de personas que tiene mascota en su casa y con cualquier excusa dice que ya no la puede tener y que se la recojamos”, por lo que más que abandono es “cesión”.
Un arduo trabajo que realizan sin ayudas y “llega un momento en el que dices ‘ya no puedo con más’, ni a nivel humano, que no hay voluntarios, ni a nivel económico ni a nivel psicológico”. Pero lo hacen “por amor a los animales”. Son una veintena los voluntarios que “venimos cuando podemos”, solo tres lo hacen diariamente, y cuentan “con gente que colabora o realizan donaciones”.
Mantener todo esto es “duro y costoso”. Y no acaba nunca, porque “los propietarios de animales, que asumen la responsabilidad de tenerlo en su momento, cuando no los quieren, nos llaman para traerlo, y te amenazan con abandonarlo o matarlo, saben que te ablandan”. Es “un círculo vicioso que no cambia nunca; a la otra parte, a la que ama a los animales, psicológicamente, nos agota”.