A sus 26 años, la salmantina graduada en Periodismo, se ha convertido en la sensación de la décima edición de uno de los programas más visto en toda España
Verónica Gómez de Liaño es una salmantina que se ha convertido en la sensación de MasterChef10 a sus 26 años de edad. Estudió Periodismo en la Universidad Pontificia de Salamanca antes de irse a Madrid a terminar sus estudios y emprender su carrera laboral. Sin embargo, su pasión por la gastronomía le ha llevado a que millones de personas estén pendientes de ella durante la emisión de cada programa en La1 de Televisión Española. Así, SALAMANCA AL DÍA ha entrevistado a la figura mediática del momento a nivel local.
¿Cuál ha sido el camino profesional que has seguido desde que estudiaste periodismo hasta llegar aquí?
Durante la carrera, y justo al terminarla, estuve trabajando en agencias de comunicación, de RRPP, en Madrid. Sin embargo, al poco tiempo comencé a estudiar creatividad en una escuela creativa en Madrid, Brother. Me di cuenta de que era un mundo que me interesaba mucho más. Allí encontré a mi dupla, Mikel, trabajamos el portfolio y a los pocos meses estábamos trabajando ya en una agencia de publicidad como creativos (como directora de arte, en mi caso). Estuvimos allí dos años hasta que llegó la pandemia y entramos en un ERTE. Realmente fue ahí cuando empecé a replantearme toda mi vida y mi futuro. Sin embargo, pasamos por otra agencia más antes de dar el paso de dejarlo para dedicarme a la cocina.
¿Por qué motivo optaste por ir hacia el lado de la gastronomía si tus estudios han ido más por otro lado?
No lo tengo claro, la verdad. Creo que se nos obliga a tomar decisiones importantes cuando aún somos muy jóvenes (al acabar el colegio) y no tenemos mucha idea de lo que queremos hacer. Sería buenísimo que, como en otros países, fuera común tomarse un año sabático para explorar tus habilidades, qué te gusta, qué se te da bien, descubrir tu lado creativo… Periodismo me encantó y a priori en ese momento sentía que era ‘lo mío’, pero quizá si hubiera tenido más tiempo de pensar, investigar, conocer, hablar con gente, habrían salido también otras cosas interesantes, como quizá la cocina.
¿De dónde te viene el gusto por la cocina? ¿Algún familiar, interés propio…?
En mi casa siempre se ha cocinado, desde mis abuelas hasta mis padres. Es algo que he tenido en casa desde pequeñita. Me he movido siempre en un entorno muy gastronómico que me ha permitido estar en los mejores restaurantes del mundo desde muy muy joven. ¡Supongo que todo eso al final va calando!
¿Cómo está siendo la experiencia de concursar en MasterChef 10?
Brutal. La mejor experiencia de mi vida, sin duda. Hace años jamás pensé que fuera a ser capaz de participar en un proyecto como este y sentirme cómoda. Y mira ahora… Hay un trabajo detrás por parte de todo el equipo que el espectador no se puede ni imaginar. Y todo eso al final es lo que hace que la experiencia no sea un 10, sino un 11. Estoy feliz porque puedo vivirla dos veces: durante la grabación y ahora durante la emisión. Tengo muchísimas ganas de descubrir qué vendrá en los próximos meses, tras la emisión, y trabajar duro para que todos mis proyectos salgan adelante.
¿Por qué decidiste a presentarte al programa?
La primera vez que me presenté (2020) acababa de salir de un ERTE bastante largo que me metió mucho en el mundo de la cocina. Pensé que era una oportunidad para darle un giro a mi vida y dedicarme a ello. Llegué al casting final, pero no me cogieron y aun así decidí dejarlo todo para emprender y abrir un proyecto de delivery. Me di cuenta de que tu vida la cambias tú, no puedes esperar a que nadie lo haga por ti. Pero cuando estás en esa situación de miedos, inseguridades, incertidumbre… tomar tú mismo la decisión cuesta mucho así que le ‘pasas el marrón’ a otro para que lo haga por ti… (ríe). Estuve casi un año preparando todo para lanzar el proyecto y, de repente, llegó MasterChef 10. En un inicio no tenía intención de probar suerte de nuevo, estaba centrada en mi negocio. Le di muchas, muchas vueltas, hablé con mi familia, mis amigos… y todos lo veían claro: debía intentarlo de nuevo porque era una experiencia única que además me podía ayudar mucho en mis proyectos futuros. ¡Así que fui de cabeza!
¿Qué sentiste al saber que eras una de las elegidas?
Por un lado, felicidad máxima y liberación, sentía que por fin se cumplía un sueño. Y por otro lado, miedo, el miedo que me acecha siempre que me enfrento a algo nuevo y desconocido. Soy muy exigente conmigo misma y a veces salir de la zona de confort es duro, porque no lo dominas. Y cuando no dominas algo es muy probable que falles, vamos, 100% probable. Y el fallo cuesta. Pero a la vez intento siempre exponerme a ese tipo de situaciones desconocidas porque sólo ahí puedes aprender. Y ese es mi gran aprendizaje de MasterChef.
¿Qué tal es la relación con tus compañeros?
Buenísima. La experiencia no habría sido la misma sin ellos. Suena a tópico, pero es la realidad. Ha habido momentos mejores, peores… pero al final son meses muy intensos y eso te obliga a generar piña y grupo. Estas semanas de emisión voy quedando con unos, con otros... y me hace muchísima ilusión. A veces cuando estamos juntos pienso que seguimos en la casa y me entra una nostalgia brutal.
¿Cuál es el concursante con el que has hecho mejores migas?
Adri y Paula. Encajamos desde el primer día y desde entonces no nos hemos separado. Es fuerte porque son personas que probablemente jamás habría conocido fuera de MasterChef, somos muy, muy diferentes. Pero de repente entran en tu vida y te das cuenta de lo guay que es conocer a gente nueva, distinta, salir de lo de siempre. ¡Estoy súper agradecida de tenerles!
¿Quién es el juez más duro para ti?
A pesar de que he recibido veredictos regulares no creo que ningún juez sea “duro”. Es verdad que Jordi Cruz siempre ha tenido esa imagen y el espectador le percibe como el duro, pero mi experiencia con ellos para nada ha sido así. Al revés, son personas súper humanas, cercanas, con muchísima empatía, sinceros… Todos los veredictos ‘malos’ para mí han sido lecciones y aprendizaje, así que les estaré siempre agradecida también.
¿Cómo se maneja la presión de estar en televisión delante de millones de personas y teniendo que cocinar en un tiempo express?
Pfffff… Cuando estás grabando ni de broma piensas que estás delante de millones de personas, porque si lo haces no cocinas directamente (bromea). Ya bastante tienes con la dificultad de las pruebas como para encima ponerte la presión de cuánta gente te está viendo y analizando cada cosa que haces. Los primeros cocinados son más duros, en mi opinión, porque, aunque las pruebas sean más ‘sencillas’, tu cuerpo y cabeza todavía se están haciendo a la dinámica, estás un poco en shock. A medida que avanza el tiempo ganas mucha más confianza, te sientes mucho más cómoda, y aunque la dificultad de las pruebas vaya ‘in crecendo’, tú estás más fuerte.
¿Cuál es tu plato favorito a la hora de cocinar?
Me gusta cocinar de todo. Hay cosas que domino más, otras que menos… El programa es brutal precisamente por eso, porque te obliga a enfrentarte a cosas que en casa jamás habría hecho. Pero diría que cualquier plato “plant-based”, a base de verdura… también la cocina libanesa me fascina. Arroces… en general, cualquier cosa que haga felices a mis amigos y familia.
¿Qué le dices a la gente que te ha mostrado su cariño al ver que estabas participando en Masterchef?
¡Gracias! Y no me cansaré de decirlo. Porque es realmente increíble cómo la gente se vuelca contigo sin ni siquiera conocerte. Es algo a lo que todavía me estoy acostumbrando y no sé si algún día dejará de sorprenderme tantísimo, Antes contestaba a absolutamente todos los mensajes que me llegaban, siento que es lo mínimo que puedo hacer. Y ahora lo sigo intentando, pero cada vez es más difícil.
¿Te ves ganando la décima edición?
Sí, claro. Si no confías en ti mismo, ¿quién lo va a hacer?