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Celia Corral, contar en clave de mujer el cuento en Castilla y León
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Cuentos en clave de mujer

Celia Corral, contar en clave de mujer el cuento en Castilla y León

Actualizado 03/06/2022 09:44

Esta poeta, narradora y profesora universitaria es la responsable del recorrido más completo de la narrativa breve de las autoras castellanas y leonesas

Tiene Celia Corral cualidad de pájaro y constancia de vuelo. Alas académicas y parábolas de verso, narrativa que surca la tarea tenaz de la profesora e investigadora, de la autora y la crítica, la antóloga y la relatora. Férrea capacidad de trabajo que culmina ahora en un volumen indispensable para conocer a las narradoras castellanas y leonesas que publica Castilla Ediciones de su mano maestra, cuentos donde contamos todas y donde teje la cartografía de las autoras, traza el horizonte de lo nuestro, una pluma con conocimiento de causa, Celia Corral Cañas.

Charo Alonso: Celia ¿A estas alturas hace falta una antología de mujeres?

Celia Corral: Esta pregunta me ha acompañado durante todo el proceso de construcción de la antología -que, por cierto, pretende más ser un muestrario o una recopilación que una antología- y la respuesta viene en forma de nuevas y plurales preguntas: ¿Realizar un libro de escritoras supone una separación tan sexista como la invisibilidad de escritoras en tantos periodos de la historia de la literatura? ¿Hemos superado ya el debate de la separación de género, lo estamos superando? ¿No prefieren las escritoras –no preferimos las escritoras– que sus cuentos –nuestros cuentos– se integren en los cuentos de todos –entiéndase en sentido genérico–, sin etiquetas, sin discriminaciones? ¿Por qué hay que dividir los cuentos según el género de sus autores? ¿Qué tienen en común las escritoras de cuento vinculadas a Castilla y León, además de ser escritoras de cuento vinculadas a Castilla y León?

Ch.A.: Hay que leer tu prólogo para responder a estas preguntas…

C.C.: Está claro que es un tema delicado sobre el que reflexionar. Vivimos en un contexto de contradicciones constantes en el que conviven en un mismo espacio, en un mismo tiempo, pensamientos y comportamientos muy diferentes e incluso opuestos con respecto a esta cuestión dentro y fuera del ámbito literario. En este sentido, una antología de escritoras se puede leer como una propuesta feminista o como una propuesta antifeminista. Mi intención es muy simple: coordinar una recopilación (representativa, pero nunca total) de escritoras vinculadas a Castilla y León. Un libro con relatos que nos ayude a conocer y a dar visibilidad a autoras muy distintas que tienen alguna conexión con esta tierra y que resulte atractivo y novedoso para el lector. La justificación de este libro se encuentra, por tanto, en la originalidad y el interés de cada cuento. El motivo por el que se ha elegido a cada autora y el objetivo de ‘Contamos todas’ es estrictamente literario. El propósito no es clasificar, disgregar; el propósito es emprender una búsqueda, una exploración a un territorio narrativamente fascinante.

Ch.A.: ¿Has sido una antóloga muy integradora? ¿O es que nuestra comunidad es muy grande?

C.C.: Son veintinueve nombres y podrían ser (y ojalá en proyectos futuros) muchos más. Hay muchas escritoras de cuento representativas vinculadas con Castilla y León: las que participan en este libro no son todas, por supuesto, pero son veintinueve escritoras de cuento representativas vinculadas con Castilla y León.

Ch.A.: En un mundo que se mueve constantemente, donde la gente viaja, deja sus lugares de origen ¿Es necesario hablar de las escritoras, los escritores de una zona determinada?

C.C.: No, claro que no es necesario, pero puede ser un punto de partida para conocer mejor a los escritores de un lugar, una buena excusa para leer cuentos que despierten algo nuevo en nosotros, seamos de donde seamos, estemos donde estemos.

Ch.A.: ¿Nos determina la tierra?

C.C.: Yo no creo en los determinismos. La tierra nos influye y afecta porque es el ángulo desde el que observamos el mundo. No es lo mismo nacer en un espacio que en otro, igual que no es lo mismo nacer en un tiempo o en otro; nuestras experiencias vitales cambian según nuestras coordenadas espaciotemporales. Sin embargo, no pienso que sean determinantes, ni en un sentido literario ni en un sentido vital.

Ch.A.: ¿Cuál ha sido la mayor dificultad como antóloga de este volumen?

C.C.: La mayor dificultad ha sido enfrentarme a algunas de las preguntas de esta entrevista, no en este momento de la entrevista, sino durante todo el proceso de creación de este libro. ¿Tiene sentido realizar una antología de escritoras? ¿Por qué? ¿Por qué la tierra? ¿Por qué las etiquetas, las categorías? ¿No estamos luchando precisamente contra todo lo que nos señala y nos limita? Por suerte, he encontrado una buena razón para seguir adelante: los cuentos de cada una de estas veintinueve escritoras, que justifican la importancia de este libro. Igualmente, ha sido esencial el apoyo de las propias escritoras, en cuyo diálogo sobre estos aspectos, he encontrado mucha luz.

Ch.A.: Siento que has sabido engarzarnos…

C.C.: Todo lo demás han sido facilidades: la editorial Castilla Ediciones, Juan Antonio Rodríguez Lozano, el editor, y el director de la colección “Cuentenario”, José Ignacio García, me han ayudado constantemente en todo lo que he necesitado. También tú, querida Charo Alonso, me has ayudado a comprender el molde como una oportunidad para cuestionar el molde y transformarlo.

Ch.A.: Yo lo veía así porque también tenía mis dudas… ¿Hay alguna autora que se haya negado a participar en un proyecto solo de nombres femeninos?

C.C.: No, ninguna, todo lo contrario: en general he encontrado una muy buena disposición a participar en este proyecto de escritoras, quizá porque el enfoque no pretende ser discriminatorio.

Ch.A.: ¿Cuándo vamos a superar estas diferencias?

C.C.: Comparto el deseo implícito de la pregunta y la pregunta también. ¿Cuándo?

Ch.A.: Escribes poesía, has ganado un importante concurso de novela con “Tiempo para los pájaros” y practicas el cuento ¿Cómo abordas este género que ya hemos decidido que no tiene nada de menor?Carmen Borrego: Quizás el cuento nos remite al mundo infantil, cuando hablamos de cuentos para adultos usamos la palabra “relato” ¡y de menor, ninguno de ellos!

C.C.: Como muchos escritores, empecé escribiendo cuento y, aunque después me haya adentrado en la novela y en la poesía, nunca he dejado de hacerlo. El cuento -que, como dices, no tiene nada de menor- tiene sus propias reglas y un atractivo muy singular. La propia palabra “cuento”, como señala Carmen Borrego, es muy diferente a la palabra “relato”, y nos remite a nuestros primeros contactos con la literatura como lectores o como oyentes, tiene un gran potencial evocador, parece que abraza.

Ch.A.: Autoras diversas y con una gran heterogeneidad de propuestas, leyéndolas ¿Qué te ha sorprendido? ¿Qué conclusiones has sacado?

C.C.: Me ha sorprendido precisamente eso: la heterogeneidad de las propuestas, la diversidad de las voces. Las autoras que recoge ‘Contamos todas’ tienen vínculos dispares con la tierra castellano y leonesa -que, a su vez, es también diversa y heterogénea-, han nacido en hasta cinco décadas diferentes, tienen distintas trayectorias profesionales y literarias y sus cuentos no podrían ser más variados: diversos estilos, diversos enfoques, diversas temáticas, diversas idiosincrasias. Una pluralidad dialogante. La principal conclusión es que cada autora construye su propio mundo y que las diferencias nos enriquecen a todas, a todos. Que quizá lo que tenemos en común las escritoras de cuento vinculadas a Castilla y León, además de ser escritoras de cuento vinculadas a Castilla y León, es que presentamos personalidades muy distintas, lo que complejiza y engrandece el panorama literario y nuestra propia mirada sobre el mismo.

C. B.: ¿Qué va a encontrar el lector, no solo castellano y leonés, en este libro?

C.C.: Veintinueve cuentos singulares, originales, únicos. Veintinueve cuentos por descubrir, explorar y habitar. Veintinueve cuentos que no le dejarán indiferente, cada universo iluminado por el brillo de una voz propia.

Ch.A.: Es una apuesta, tanto este libro como la antología de cuentistas publicada hace dos años, de una editorial con raigambre que se inició hace cuarenta años precisamente publicando cuentos ¿Qué significa para ti la colección “Cuentenario”?

C.C.: Un gran descubrimiento. “Cuentenario” es una colección de gran calidad que reivindica un género tan importante como el cuento con libros magníficos. La colección “Cuentenario” es necesaria y José Ignacio García, gran escritor de cuento y gran lector de cuento, está emprendiendo una labor valiosísima. Este libro nace, de hecho, en conexión con otros libros, como la antología Cuentos pendientes. Cuarenta y tres voces del cuento castellano y leonés del siglo XXI, coordinada por José Ignacio García y publicada en Castilla Ediciones en 2021. Seis de las ocho escritoras que publicaron en Cuentos pendientes han repetido participación en este libro: Charo Alonso, Susana Barragués Sainz, Yolanda Izard, Marta Muñiz Rueda, Noemí Sabugal y Mar Sancho.

Ch.A.: Ha sido una tarea ingente, coordinar una obra coral siempre lo es ¡Veintinueve autoras! Es justo recordar sus nombres…

C.C.: Claro que sí. Contamos todas. Veintinueve narradoras de cuento de Castilla y León es el fruto de las aportaciones de Charo Alonso, Nieves Álvarez, Susana Barragués Sainz, Isabel Bernardo, Ana Isabel Conejo, Celia Corral Cañas, Ajo Diz, Cristina Flantains, Pilar Fraile, Macu García González, Ángela Hernández, Yolanda Izard, Clara Martín Muñoz, Ana Merino, Marta Muñiz Rueda, Yolanda Nava, Carmen Elena Ochoa, Esperanza Ortega, Victoria Pelayo, Silvia Pérez, Felicitas Rebaque, Marta del Riego Anta, Gloria Rivas, Noemí Sabugal, Pilar Salamanca, Mar Sancho, Sara Tapia, Concha Torres y Noemí Valiente.

Ch.A.: Me gusta que hayas sido integradora a la hora de incluir autoras vinculadas, aunque no nacidas, como es tu caso, en Castilla y León.

C.C.: Era un tema complejo. Hay diez autoras de León, diez de Salamanca, tres de Valladolid y Ávila, una de Burgos, Palencia y Zamora. También hay autoras vinculadas a más de una provincia, como Susana Barragués Sainz, que vivió su infancia en León, de padre salmantino y madre burgalesa y que reside en Palencia; Ana Isabel Conejo, cuyos padres son de Zamora aunque crecieron en León donde ha vivido ella; Macu García González, que nació en León pero ha vivido siempre en Valladolid; Yolanda Izard, bejarana que vive en Valladolid; Esperanza Ortega, que es palentina y ha vivido entre Palencia y Valladolid; Silvia Pérez, que desciende de Prádena (Segovia), aunque ella viva en León; o Gloria Rivas, que nació en la provincia de Salamanca y vive en Valladolid. A veces la relación es más indirecta, como en el caso de Carmen Elena Ochoa, que vive en Salamanca, aunque los ancestros de su familia nacieron en Arévalo del Rey (Ávila), y ella nació en San Cristóbal (Táchira, Venezuela), una ciudad fundada por un conquistador y explorador español que se cree que era originario de la provincia de Ávila.

Ch.A.: Para terminar no puedo por menos de preguntarte por la portada, es una maravilla…

C.C: ¡Sí! La portada que ha creado Rosana Largo representa de forma excelente el espíritu del libro: esta pequeña Alicia atemporal aúna literatura y ciencia, imaginación y conocimiento, flora y fauna, ludismo y saberes, espacio y tiempo. Y, además, cuenta, ¡está contando!, tiene en el brillo de su mirada y en la curiosidad de su boca el gesto de la magia de contar. Es un trabajo impresionante por el que siempre le estaré agradecida a Rosana Largo. También, por supuesto, a las veintinueve escritoras que forman parte de este proyecto, a Castilla Ediciones, a José Antonio y a José Ignacio. Y muchas gracias también a ti, a vosotras, por esta entrevista.

Y vuela de nuevo al nido de sus quehaceres, tejedora de nombres que se suceden, páginas que se amontonan, nombres que conforman un mapa de letras. Una cartografía de paralelos y meridianos que cuentan y conforman el abrigo de la palabra. Tenaz como su vuelo, Celia Cañas, golondrina del aire, tejedora del cielo, exquisito arabesco en el horizonte de una tierra de cuentos.