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Comienza la temporada de cangrejos con un bajo nivel de los ríos
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Comienza la temporada de cangrejos con un bajo nivel de los ríos

Actualizado 27/05/2022 11:49
Miguel Corral

Desde el 1 de junio y hasta el 31 de diciembre está permitida la pesca de este crustáceo, sin modificaciones en la normativa a pesar de algunas lagunas e incongruencias en la ley

Por tercer año consecutivo la Consejería de Medio Ambiente no ha reparado en aquellos que tienen obligaciones laborales y al contrario de como venía legislando los últimos años, a sugerencia de los aficionados a su pesca, el inicio de la temporada de cangrejos arrancará de nuevo el 1 de junio, en esta ocasión miércoles, y no el último sábado de mayo o primero de junio.

Teniendo en cuenta el momento en el que nos encontramos, el nivel de los ríos se encuentra en estado óptimo para la pesca de cangrejos, con bastante menos caudal de lo que suele ser habitual. Esta circunstancia podría beneficiar su pesca en el inicio de la temporada, aunque aquí surge la primera laguna de la ley al respecto de la prohibición de pescar en pozas aisladas.

Además de que en 2019 se aprobara la norma que autoriza el transporte de los cangrejos vivos desde el lugar de pesca hasta los domicilios, hay que recordar que se pueden utilizar trozos de pescado como cebo, a excepción de carpa o black bass por ser especies consideradas exóticas invasoras en la totalidad de los ríos cangrejeros de la provincia y teniendo en cuenta que el objetivo es pescar otra especie exótica invasora como es el cangrejo rojo o cangrejo señala. Sin embargo, sí se podrán utilizar trozos de barbo a pesar de ser una especie autóctona y en clara regresión, hasta el punto de que todos los ejemplares capturados los meses de mayo y junio deben devolverse al agua. Otra laguna más de la ley pendiente de eliminar, aunque lo mejor sería siempre recurrir a los cebos de carne de pollo o vísceras de otros animales, que aunque menos llamativos para ‘los americanos’, cumplirán de sobra con el objetivo.

Por el contrario, hay que recordar que cada pescador podrá utilizar un máximo de 20 reteles, de no más de 50 cm. de diámetro, en un espacio no superior a 100 metros lineales sobre la orilla del río, y que todos los retales deberán estar identificados con los datos del pescador.

Su pesca

Su voraz apetito le hace caer en los reteles con facilidad, aunque son los momentos de menos luz en los que se siente más seguro, por lo que su pesca suele ser más efectiva a primera hora la mañana y última de la tarde. El estado de los ríos este año facilitará su captura en estos primeros días de la temporada, pues el nivel de agua es menor que otros años, lo que motiva una mayor concentración de los cangrejos al ser el cauce más estrecho.

Como en cualquier arte de pesca, la mejor arma del pescador es pasar desapercibido, por lo que es fundamental ser sigilosos a la hora de colocar el retel o levantarlo, cuanto menos ruido, mucho mejor. Evitaremos su desconfianza y facilitaremos su entrada al cebo sobre la red.

Otra cuestión importante es que el retel se encuentre asentado correctamente. Cualquier hueco entre la base de este y el lecho del río lo aprovechará para meter sus pinzas por debajo y despedazar el cebo para llevárselo a la boca. Por este hecho, dependiendo de la conformación del lecho del río, no conviene utilizar reteles de grandes diámetros, pues esta circunstancia impide en ocasiones que asienten por completo en el fondo y los cangrejos no entren en su interior.

En cuanto al equipo, además de los reteles, es necesaria una vara o palo finalizado en forma de horquilla (Y) para que nos facilite la colocación del retel, la longitud dependerá de la fuerza de nuestro brazo para una vez que comencemos la recogida podamos tirar hacia arriba del retel con los cangrejos. Unas botas de goma también ayudarán. Y como cebo, unos trozos de cuerpo de pollo servirán.

En el plato, su mejor sitio

Pero sin duda, donde mejor están los cangrejos es en la mesa. En su preparación, unos optan por su capadura, es decir, la retirada de su tripa interior mediante la extracción de su aleta central de la cola tras un giro de 180º; otros se muestran en contra, pues esta operación le resta consistencia a la carne y pérdida de sabor.

Una vez bien limpios con agua corriente, se procede a la capadura si elegimos esta opción, operación que acaba con la vida de los cangrejos en escasos minutos. A continuación se echan en una olla con agua hirviendo y con sal al gusto, también podemos echar una hoja de laurel u otra hierba aromática.

De cualquier forma, el cangrejo es uno de los crustáceos más sabrosos que se pueden degustar, bien con tomate o solos, picantes o no, en una paella o sus colas peladas o sin pelar, hechas al ajillo, son un manjar.