Nebrija, centro argumental y eje central de esta singular obra, deja de manifiesto la altura personal, intelectual, teológica y lingüística de este humanista español
La tarde del viernes 6 de mayo, Vitigudino o Viti, como se le conoce más popularmente y cuyo nombre procede de ‘Alvito Godino’, teórico fundador del pueblo en el S.X, acogió en su iglesia de San Nicolás de Bari (S.XV) la obra teatral Buscando a Nebrija de Denis Rafter. La importancia de que el marco escénico sea precisamente los altares de las iglesias aumenta aún más el interés del público por acudir a un escenario que tanta carga emocional y vital encierra para cada uno de ellos.
Nebrija, centro argumental y eje central de esta singular obra, deja de manifiesto la altura personal, intelectual, teológica y lingüística de nuestro humanista español que perdura a través de los tiempos. Los estudios que tanto de él como de sus obras se han hecho dan muestra del gran hombre ante quien estamos. Este año del V Centenario de su muerte son muchas las manifestaciones culturales que giran en torno a la figura de Elio Antonio de Nebrija, siendo el mundo del teatro uno de los mejores escaparates para rendirle su merecido homenaje.
Buscando a Nebrija es un compendio de grandes cuadros escénicos, que bellos en su forma sostienen un texto lleno de autenticidad, sencillez o complejidad dotándole de fuerza y originalidad. Particularmente sobrecogedor es el momento escénico en el que Nebrija sufre los ataques de una Inquisición dura y despiadada que, con el gran inquisidor Diego de Deza y su Santo Oficio, estuvo a punto de llevarle a la horca.
Vitigudino, localidad amante del teatro, agradeció con sus emocionados aplausos la profesionalidad ya indiscutible que está demostrando el grupo Lazarillo de Tormes que gracias a la Diputación de Salamanca, sigue recorriendo con esta obra los caminos que la llevan allá donde nuestros pueblos se interesan por ella.
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