A lo largo de los 17 kilómetros de la ruta se cruzan 20 túneles y 10 puentes de hierro construidos para salvar la orografía de las Arribes del Águeda
En la próvincia de Salamanca se encuentra la única vía férrea reconocida como Bien del Interés con categoría de Monumento, la línea Boadilla-Barca de Alva, que comunicó Salamanca con Oporto durante casi un siglo, desde 1887 a 1985.
Se trata de una impresionante obra de ingeniería de finales del siglo XIX que partiendo de La Fuente de San Esteban discurre por el Campo Charro y la penillanura de la comarca del Abadengo y en su último tramo atraviesa el escarpado terreno de Las Arribes, antes de unirse con la línea portuguesa en Vega Terrón. Para salvar la complicada orografía de barrancos y empinadas laderas hubo que construir una auténtica línea alpina en los últimos kilómetros del recorrido que discurre desde los 527 metros de altitud de la Estación de La Fregeneda a los 133 de Barca D’Alva, y oradar los berrocales de granito con túneles.
Este último tramo de la vía ferrea, se ha acondicionado recientemente para su recorrido peatonal con el atractivo nombre de 'El Camino de Hierro'. En apenas 17 kilómetros se recorren y atraviesan 20 túneles y 10 puentes metálicos que nos transportan a la época del ingeniero Eiffel y nos acercan al espectacular paisaje de las Arribes del Águeda. Las vistas a lo largo del recorrido, en paralelo a los ríos Morgáez y Águeda, son impresionantes, especialmente en primavera y otoño.
El Camino desde La Fregeneda a Vega Terrón
El Camino se inicia en la estación de Valdenoguera, tras pasar por el vagón -centro de recepción de visitantes- instalado en la vía. A pocos metros se alcanza el primer túnel, el del Pingallo, construido para salvar la montaña sobre la que discurre la carretera Salamanca-La Fregeneda, y el más largo del recorrido con sus 1.540 metros de longitud. A su salida se encuentra el puente del Pingallo y pocos metros después, el Puente Morgado, situado entre los túneles 2 y 3. Este tercer tunel, el del Morgado es conocido como 'el de los murcielagos' por la importante colonia de dos especies de este pequeño mamífero que habitan en sus paredes en curva, y cuya protección provoca el cierre al paso de caminantes durante la época de reproducción y crianza. En esas semanas la ruta se hace por un camino habilitado en torno al tunel.
Entre los túneles 4 y 5 se localiza el Puente de Poyo Rubio, con sus 133 metros de longitud y 25 metros de altura. A la salida del tunel 6 el caminante se sorprende con el impresionante puente de Poyo Valiente, construido en curva.
3 kilómetros más adelante, entre los túneles 11 y 12, se encuentra el Puente del Lugar, que luce una bella estructura de piedra y hierro sobre el arroyo del mismo nombre. En el kilómetro 12 de la vía se llega al arroyo Los Poyos, que se atraviesa a 50 metros de altura por un puente de 135 metros de longitud. El último puente de este tramo es el de Los Riscos.
En la parte final del trayecto se encuentra el último arroyo importante llamado de las Almas y que se cruza a 26 metros de altura por un viaducto metálico de 132 metros de longitud. Pasado dicho arroyo, alcanzamos una curva y llegamos al último túnel, el del Muelle, de una longitud de 328 metros, que desemboca en el puente internacional sobre el Águeda que comparten España y Portugal. En el punto medio de este bello y elegante viaducto se celebró la inauguración oficial de la Línea férrea Boadilla-Barca dÁlva, la también llamada 'Línea del Duero', con el tope de dos locomotoras, una hispana y otra lusa, el día 8 de diciembre de 1887. Una fecha que supuso la apertura de una vía de comunicación internacional que hoy se ha convertido en un atractivo turístico para senderistas y que en un futuro, tal vez no muy lejano, pueda recuperarse como vía de circulación de pequeños vehículos ferroviarios, biclonetas, vagonetas o pequeñas locomotoras.