La Congregación de Jesús Nazareno y del Santo Entierro estrenará el Viernes Santo el estandarte bordado y las nuevas andas del Santo Entierro
Será una Semana Santa “más especial” porque después de dos años marcados por la pandemia “hay muchas ganas de salir a la calle”, tal y como apunta el Hermano Mayor, José María Santiago, de la Ilustre y Venerable Congregación de Jesús Nazareno y del Santo Entierro. “No solo la Semana Santa en sí” se ha echado de menos, “sino todo lo que a lo largo del año vamos haciendo y que es importante”, añadiendo que “estamos muy contentos por la respuesta de la gente, han respondido muy bien en estos dos años que no hemos salido y ahora también”. Y eso se refleja, por ejemplo, en los ensayos que han contado “con mucha afluencia de gente”.
La tarde del Viernes Santo la Iglesia de San Julián y Santa Basílica, sede de la Congregación, abrirá sus puertas por las que saldrá el paso que forma parte de la Procesión General del Santo Entierro. Lo hará a las 18 horas, escoltado por los hermanos que portarán, al igual que en los últimos 200 años, los mismos hábitos, un detalle que forma parte de su identidad.
Como novedad, este año la procesión incluye la Plaza Mayor en el recorrido de ida, “y a la vuelta no la hacemos”. Por otra parte, este año por fin estrenarán el estandarte del Santo Entierro, y que quedó pendiente en 2020 al no poder procesionar, “y que fue donado por las bordadoras que hicieron la túnica y el estandarte de Jesús Nazareno”. También se estrenarán las andas del Santo Entierro, “que tampoco pudimos estrenar hace dos años”.
La Ilustre y Venerable Congregación de Jesús Nazareno y del Santo Entierro custodia, desde hace más de tres siglos, un valioso legado escultórico. Fundada en 1689, no sería hasta 1716 cuando procesiona, por primera vez, con la que es su imagen titular, la talla de Jesús Nazareno, perteneciente al grupo de cinco figuras de Jesús en la Calle de la Amargura que representa el encuentro de Cristo con la Virgen camino del Calvario.
La imagen de Jesús Nazareno es obra de José de Larra Churriguera, y la Virgen, arrodillada ante él, de Antonio Hernández (1797). Completan el paso el Cirineo ayudando con la cruz, un sayón, con los clavos para la crucifixión en el cinturón, en la delantera tirando del cíngulo que lleva el Nazareno al cuello y un soldado romano, todas de autores anónimos e incorporadas a lo largo del siglo XVIII.
La otra imagen titular es el grupo escultórico del Santo Entierro, tallado por el imaginero Francisco González Macías en 1942, representando el entierro de Cristo con siete figuras. El motivo principal lo forman José de Arimatea y Nicodemo portando el cuerpo de Cristo en el sudario. Detrás aparece San Juan que consuela a la Virgen. Una mujer mayor con un ánfora, que puede representar a María de Cleofás o a María Salomé, y María Magdalena completan el grupo. El conjunto recuerda el entierro de Cristo conforme lo narran los Evangelios.
Tradición de la mañana del Viernes Santo documentada en el año 1695. Los hermanos parten desde la Iglesia de San Julián hasta la Catedral Nueva, encabezados por la Cruz Guía y los hermanos maestros de ceremonia portando varas.