El servicio de ludoteca para los niños ucranianos: “Es fundamental darles presencia”

Mientras los adultos acuden a clases de español en la Universidad de Salamanca, los más pequeños tienen un servicio de ludotecas donde pueden hacer lo más acorde a su edad: reír, jugar y disfrutar. Los 22 menores del albergue Lazarillo de Tormes cada mañana juega, dibujan, ríen… con cuatro profesionales que van hasta el centro.

El servicio lleva activo tan solo uno semana y hay que destacar que los primeros días no fue sencillo. “No nos aceptaban mucho, les costaba. Con el paso de los días la cosa ha ido a mejor, ya van cogiendo más confianza y entre ellos se juntan mucho para jugar”, nos cuenta Miriam Bartolomé, una de las profesionales.

Tienen claro cual es el objetivo. “Lo primero es darles presencia, no intervenimos en ningún tipo de juego ni les estamos dirigiendo en actividades, les proponemos todos los días la misma pregunta ¿qué os apetece hacer hoy?”. Miriam destaca que al principio solo dibujaban la bandera de Ucrania pero después ya han ido “soltándose”. Un día han dibujado la silueta de su cuerpo, otro día juegan, salen al patio…. “Que ellos sigan mostrando que siguen teniendo identidad, aunque estén lejos de su casa es importante, les intentamos que sigan creando grupo, que formen parte de un todo”.

La comunicación es difícil, una “barrera” como dicen Miriam. Sin embargo, añade que “son súper rápidos aprendiendo el idioma porque nuestro alfabeto se escribe como se lee, entonces les está siendo muy sencillo. Ya saben muchas palabras, ya nos piden y nos dicen cosas".

Que sigan siendo niños es muy importante, pero también a veces acuden gente más mayor. “Hay una abuela que viene mucho y nos pide que les digamos muchas cosas en castellano para que aprendan”. Una guerra, una vida que han tenido que dejar atrás siendo tan pequeños. Pero un momento donde siguen siendo niños, y con este servicio, lo pueden ser.