La capilla en la que habitualmente descana en la iglesía parroquial acogia el solemne acto, seguido por multitud de fieles
La emoción ha sido la gran protagonista en la tarde de este sábado para vivir el histórico ritual del cambio de ropas al Santo Cristo de la Cama, tradición que finalmente se ha podido recuperar este año, tras el parón obligado por la pandemia, y que simboliza la inminente llegada de la Semana Santa a Peñaranda.
La iglesia parroquial San Miguel Arcángel ha sido nuevamente el lugar en el que multitud de fieles han podido asistir al ritual, desarrollado por las camareras de la querida imagen, quienes sacaron del ataúd de cristal al Cristo para proceder a este cambio, que ha sido seguido una vez más con gran devoción, acompados por los nuevos mayordomos de la imagén, Paula Gil Encinas y Abel Martín Gil.
Tras ello, llegaba el momento de mostrar el cariño a la venerada talla, formándose una gran cola en la capilla en la que habitualmente descansa, que fue desfilando ante él pidiendo sus deseos y pasando pañuelos y telas por sus pies, algo que continua siendo una tradición que ha pasado de generación en generación, además de la inclusión en su féretro de diferentes peticiones y plegarias ofrecidas por los fieles.
El Cristo de la Cama es el protagonista de la vigilia que cada Jueves Santo se lleva a cabo en la parroquia, a la que acuden cientos de peñarandinos con velas para acompañar a la imagen. Tan sólo desfila en la procesión general del Santo Entierro, en la tarde-noche del Viernes Santo, en uno de los momentos más emotivos de la Semana Santa local. Hay que recordar que esta imagen ha permanecido fiel a Peñaranda a través de los siglos y de las desgracias, como la del incendio de la parroquia en 1971, suceso del que finalmente fue rescatada como si de un milagro se tratara.