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Vindicación de un periodismo ambiental
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LA OPINIÓN DE SANTIAGO CORCHETE GONZALO

Vindicación de un periodismo ambiental

Actualizado 25/03/2022 13:11
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Y al hablar de seres humanos no estamos únicamente aludiendo a los actuales residentes del planeta azul

Se suele hablar y escribir del medio ambiente con excesiva ligereza, superficialidad y hasta en ocasiones empleando cierto sesgo de frivolidad. Tan frecuente está resultando oir tales términos al común del público no especializado, que pareciera un invitado a nuestra mesa familiar aunque como un elemento decorativo tal que un florero. Y no, no es eso. Porque el medio ambiente incluye todo cuanto nos rodea y afecta como seres humanos, y por consiguiente su concepto abarca a cuanto directa e indirectamente repercute en el planeta Tierra incluidas la biosfera y la troposfera, en una interacción dialéctica con ella y sus pobladores de manera permanente. Y al hablar de seres humanos no estamos únicamente aludiendo a los actuales residentes del planeta azul, sino que resulta obligado garantizar asimismo el bienestar de cuantas generaciones constituirán el devenir de la humanidad. Es de advertir que de tanto ser mencionado y oído el sintagma Medio Ambiente, quizá se haya llegado a la banalización de un concepto tan sustancial y de vital trascendencia. ¿Cuál es en estos momentos el estado de la cuestión?

Nos consta que la escuela institucionalizada actual en sus diversos grados y niveles está poniendo sus empeños para evitarlo: curricular, metodológico, competencial, salidas al campo, viajes, etcétera, mas la realidad global constata su insuficiencia: ¿qué queda por hacer? Veamos. Existe un elevado tramo de la población no escolarizable y situada en edades mayores de 40 años, que nunca recibió formación ni información suficientemente reiterada y explícita que les haya permitido “descubrir” la magnitud de tal concepto y, cuando le llega de forma algo enrevesada, automática e inconscientemente lo introduce en el saco roto de los incumplimientos, el cual suele tener la boca muy amplia y siempre abierta. Esa es a nuestro juicio la situación que obliga a hacerles llegar el mensaje con claridad para lograr la comprensión y el cambio de actitud por tantos millones de personas desinformadas que, por razones de edad, son muy poco favorables hacia los cambios de costumbres muy arraigadas que frenan la adopción de los nuevos modelos a introducir. ¿Quiérese decir que nos hallamos inermes como sociedad ante tan numeroso sector poblacional?; ni muchísimo menos, porque disponemos de dos herramientas formidables que cubren sendos flancos estratégicos: la Educación Ambiental (E.A.) como metodología a emplear y el Periodismo Ambiental como vehículo de transporte de tal información.

La E.A. cuya definición conceptual ya resultó definida por la UNESCO en su Cumbre celebrada en Tblisi (Georgia- URSS) el año 1977, fue recomendada su urgente aplicación en todas las naciones del orbe, ha ido experimentando progresos, avances y adecuaciones acorde con las peculiaridades e idiosincrasia de cada país. La bibliografía española que desarrolla cada faceta alcanzaba ya en 2002 la cifra de 70 títulos recopilados por la investigadora Concepción Cánovas, cuyos títulos se hallan en el Vol.5 del Observatorio Medioambiental, el cual dedica por vía de ejemplo una de sus entradas a nuestro modesto trabajo “Educación Ambiental en el Medio Rural”, del que fueron editados 35.000 ejemplares por el antiguo M.A.P.A. (ISBN 84-341-0561-6).

En cuanto al Periodismo Ambiental se refiere y también dentro del Estado español, debe ser citada la celebración de las Jornadas Nacionales de E.A. cuya primera edición tuvo lugar en Sitges (Tarragona-1983); las segundas Jornadas Nacionales se desarrollaron en Valsaín (Segovia-1987), que también sirvieron para inaugurar oficialmente el valiosísimo Centro Nacional de E.A. (CENEAM). En el desarrollo de tales Jornadas tuvimos el honor de ser invitado para formar parte del Comité Organizador y, posteriormente, asumir la responsabilidad de coordinar las deliberaciones del Grupo de Trabajo “E.A. y Periodismo”, cuyos debates, reflexiones y propuestas prácticas resultaron aprobadas por la Asamblea general. Destacaron las aportaciones de las CC.AA. de Andalucía y Asturias, quienes iban muy por delante de todas las demás aunque aplicando sendos modelos diferentes. Pues bien, al día de hoy podemos afirmar que resultan preocupantes tales déficits informativos que, opinamos, debieran ser motivo de honda preocupación para sus cuadros directivos. Porque España, la UE y restantes países del primer mundo nos hallamos frente al reto de proporciones históricas propiciado por el obligado cambio de paradigma en los vigentes modelos de producción y consumo, que en brevísimo plazo de tiempo deberán ser sostenibles en el marco operativo de una economía verde y circular. Todo lo cual no puede llevarse a cabo a base de leyes y decretos, sino a través de la lenta y activa persuasión participativa y colaborativa del conjunto de la ciudadanía.

Queda referido más arriba el potencial apoyo metodológico y los medios existentes a través de la E.A. En cuanto al cómo trasladar el mensaje al conjunto de la sociedad, será el periodismo ambiental quien deberá definir y decidir las estrategias profesionales informativas más convenientes y estimulantes, capaces de persuadir a sus potenciales audio-visu-lectores ante la gravedad de las agresiones ambientales que se cometen a diario y el cambio climático que afecta a nivel mundial, cuyas gravísimas repercusiones atentan en grado extremo no solo contra el bienestar de sus actuales moradores, sino que compromete hasta la extinción de la especie humana sobre el planeta Tierra.