"Aunque sea por unos momentos, los trasladan a los mundos de princesas y superhéroes que dejaron atrás, y lo hacen gracias a una simple golosina"
"El poder de una chuche no tiene límites… Las historias de las calamidades de los adultos para llegar hasta la frontera y convertirse en refugiados son horribles (mucho frío, poca agua, kilómetros y kilómetros de caminata y, sobre todo, miedo a no perder a los hijos…), pero más grave es que los menores no puedan exteriorizar el estrés y los traumas que sufren". Es el testimonio del periodista salmantino Alberto López, que está trabajando en la frontera de Ucrania con Polonia, a través de Misiones Salesianas.
"Muchos voluntarios disfrazados son los artífices de trasladarlos de nuevo, aunque sea por unos momentos, a los mundos de princesas y superhéroes que dejaron atrás en las últimas semanas en Ucrania, y lo hacen gracias a una simple golosina y a un gesto sincero de solidaridad", añade.
Mientras tanto, los misioneros salesianos están trabajando día y noche para ayudar a la población tanto en Ucrania, como en las fronteras a las que están llegando miles de personas cada día. "Estamos trabajando para poder acompañar y ayudar a las familias que dejan sus hogares en todo el país huyendo de las bombas", explican.