Este crecimiento le ha posibilitado ganar cuota de mercado en todas las provincias en las que opera (Salamanca, Ávila y Valladolid)
Caja Rural de Salamanca cierra el año 2021 con un beneficio neto de 5,62 millones de euros, un 44% más que el ejercicio anterior proveniente del aumento en su actividad y de no realizar provisiones extraordinarias como ocurrió en el año 2020.
Destaca el margen ordinario, que se eleva hasta los 22,22 millones de euros, superior en un 4,78% a la misma cifra del ejercicio 2020. El margen de explotación se sitúa en 6,65 millones, lo que supone un incremento del 11,36% con respecto al cierre del año anterior.
La cartera de crédito a la clientela ha alcanzado los 566 millones de euros, cifra un 1,79% superior al ejercicio anterior demostrando el compromiso con empresas y particulares. Aun así, el margen de intermediación ha tenido un crecimiento negativo de un 2,64% causado por el peso en balance de las operaciones a tipo de interés variable sin suelos, en un año con un Euribor con mínimos históricos.
La buena calidad de sus activos crediticios ha permitido recuperar provisiones y, además, mantener prácticamente en su totalidad el fondo constituido el pasado año para posibles insolvencias derivadas de la crisis Covid.
De esta forma, el resultado bruto este año alcanza la cifra de 7,35 millones de euros del cual, detrayendo el impuesto sobre el beneficio y la partida correspondiente a la dotación al Fondo de Educación y Promoción, se obtiene un beneficio neto de 5,62 millones de euros.
A pesar de que 2021 ha sido un año nuevamente marcado por la pandemia, "Caja Rural de Salamanca ha gestionado de forma eficaz un escenario de incertidumbre, en el que se ha ralentizado la inversión productiva y se ha multiplicado el ahorro de los particulares y las empresas, incrementando su volumen de negocio (que incluye tanto crédito a la clientela, como depósitos de la clientela y recursos de terceros captados fuera de balance) en un 4,96% alcanzando la cifra de 1.974 millones de euros", explican desde la entidad. Este crecimiento le ha posibilitado ganar cuota de mercado en todas las provincias en las que opera (Salamanca, Ávila y Valladolid).
Los depósitos de la clientela presentan una cifra de 1.074 millones de euros que supone un incremento del 4,04%, reflejando así la confianza que los clientes tienen depositada en la Caja. Confianza que se demuestra una vez más en el importe en fondos de inversión y gestión de carteras que se ha incrementado un 18,94% alcanzando los 249,12 millones de euros para rentabilizar el dinero de sus clientes.
El activo total asciende a 1.217 millones de euros, importe que refleja un incremento del 4,39% sobre la cifra de balance del ejercicio anterior.
La morosidad de la Entidad al cierre del ejercicio es del 2,15 %, cifra sensiblemente inferior de la del año anterior que fue de un 2,47%, muy por debajo de la media del sector que a noviembre fue del 4,30 %.
La ratio de cobertura de los saldos considerados como dudosos se sitúa en el 83,30%, superior en 2,48 puntos porcentuales al año anterior.
La ratio de solvencia se eleva en el ejercicio 2021 hasta el 25,40 %, cifra muy superior a los requerimientos mínimos exigidos, mostrando superávits de recursos propios de 86 y 71 millones de euros sobre las necesidades de capital de nivel I ordinario y de capital total
En cuanto a la ratio de apalancamiento, se sitúa en el 11,50% mientras que la ratio de liquidez (LCR - Liquidity Coverage Ratio) alcanza el 1.114,18%.
Todas estas cifras son indicativas de la fortaleza financiera que presenta Caja Rural de Salamanca y que refuerzan a la entidad para afrontar los retos y desafíos que vengan en el futuro.
En relación con el futuro Caja Rural de Salamanca ha elaborado un ambicioso Plan Estratégico 2022-2024 para seguir apoyando a la sociedad. En él que han participado miembros de la Plantilla, el Equipo Directivo y el Consejo Rector.
El pilar fundamental del plan estratégico es el crecimiento que esperan conseguir aprovechando las oportunidades de su actual estrategia digital pero sin perder el factor humano que siempre les ha caracterizado y que forma parte de su ADN.
Tienen clara la importancia de la eficacia pero sin que ello se traduzca en una desatención a los colectivos más vulnerables. “Tanto en venta de productos como en prestación de servicios no todo vale. Trabajamos por y para las personas. Hemos estado, estamos y estaremos ofreciendo y dando servicio donde ninguna otra entidad financiera lo hace”, apuntan.
Sus reconocidos valores basados en la cercanía, ética, transparencia e integridad configuran un cóctel que demanda cada día más la sociedad. Consiguiendo así ser la entidad local de referencia en Ávila, Valladolid y Salamanca.
La Entidad se ha marcado como objetivo un incremento en volumen de negocio de un 18% enfocado principalmente en apoyar proyectos tanto personales como profesionales, obteniendo así un incremento en inversión crediticia de un 27,06%.
El capital humano es clave para cualquier actividad y en Caja Rural son conscientes de que es su principal fortaleza. Su plantilla altamente cualificada la capacita para proyectar un incremento en productos de fuera de balance de un 28,53%, continuando así el esfuerzo de buscar la rentabilidad en las inversiones de los clientes pero teniendo la seguridad siempre muy presente
Comienzan este 2022 con un nuevo Plan de Igualdad que fue aprobado a finales de año por unanimidad tanto de los representantes sindicales como de los representantes de la Entidad siendo referencia en paridad e igualdad de derechos. El 51% son mujeres y el 49% son hombres con una edad media de 45 años.
Gracias a su Fondo de Educación y Promoción, al cual aporta todos los años el 10% del resultado, consigue impulsar los factores ASG: mejora del medio ambiente, atención a fines sociales y por supuesto una gobernanza que apuesta por la calidad de la gestión y la transparencia que es de donde parten las directrices a realizar.