Los agentes tuvieron que tirar la puerta abajo con un ariete ante las peticiones desesperadas de la mujer
La Policía Nacional ha salvado hace unos días a un matrimonio amenazado con ser asesinado a puñaladas por su propio hijo en su piso del madrileño distrito de Chamartín, ha informado a Europa Press un portavoz de la Jefatura Superior de la Policía de Madrid.
Los hechos ocurrieron el viernes a las 6 de la mañana en una vivienda cercana a la estación de Chamartín, en la calle Esteban Terradas. En un posible brote psicótico, un joven de 28 años se despertó y acudió a la habitación del matrimonio, de unos 61 y 62 años, y empezó a asfixiar a su padre. Pero su madre se despertó y lo impidió.
En ese momento, el chico cogió un cuchillo de 30 centímetros e intentó degollar al padre y acuchillar a su madre quienes, heridos, lograron refugiarse en una habitación de la casa, colocando los muebles en la puerta para que su hijo no lo abriera.
Ante los gritos del matrimonio, los vecinos llamaron a la Policía Nacional, cuyos agentes tuvieron que tirar la puerta abajo con un ariete ante las peticiones desesperadas de la madre de que "entraran ya porque si no les mataba". Cuando accedieron al piso, el agresor se abalanzó hacia ellos con el mismo cuchillo, pero los agentes le frenaron, le desarmaron y le detuvieron.
Hasta el lugar acudieron sanitarios del Summa-112, quienes atendieron a un varón de 62 años con heridas por arma blanca leves. Tiene lesiones en los ojos, ya que al parecer el chico además le debió apretar con los dedos. Fue trasladaron al cercano Hospital de La Paz para saturar las heridas, que no eran graves y para que le valore el oftalmólogo.
La madre, de 61 años, tenía una herida pequeña en labio por un puñetazo. Fue evacuada también a La Paz, ha indicado a Europa Press un portavoz de Emergencias Comunidad de Madrid 112.
Por su parte, el joven fue trasladado a la Unidad Psiquiátrica hospitalaria. Padece esquizofrenia y había tenido un brote psicótico. De hecho, no era la primera vez que sufría un brote, pero no tan violento. Los padres ocultaban los cuchillos en la casa para evitar que pudieran ser utilizados por su hijo, han indicado a Europa Press fuentes de la investigación.