Representado por el grupo teatral Lazarillo de Tormes
El Ayuntamiento de Santa Marta de Tormes en colaboración con la Diputación de Salamanca programó el viernes 18 el montaje teatral "Buscando a Nebrija" en la iglesia parroquial de la localidad en un día de homenaje a este lebrijano ilustre ya que se le daba su nombre a la biblioteca municipal.
La obra brilló con luz propia gracias al magnífico guión de Denis Rafter encargado por el Área de Cultura de la Diputación Provincial. El montaje tenía que versar sobre el ilustre humanista Elio Antonio de Nebrija, del que celebramos el quinto centenario de su fallecimiento, el escenario prioritario tenían que ser las iglesias y además debía de estar interpretado por el grupo de teatro "Lazarillo de Tormes" que tantos éxitos había cosechado con otra obra del mismo autor "Teresa, la jardinera de la luz" y cuya última representación se celebró precisamente en esta iglesia santamartina.
Pues lejos de defraudar las expectativas del encargo de la Diputación salmantina, Denis Rafter ha conseguido mostrar la vida y obra de Nebrija de forma muy amena y respetando los lugares sagrados donde es representada. Además, como director del montaje, ha utilizado en su puesta en escena prácticamente todas las técnicas teatrales cosidas en un precioso tapiz: metateatro, comedia, tragedia, mimo, teatro pedagógico, teatro griego, romano, religioso, clown, musical, parodia, clásico español, implicación y participación del público... Se puede decir que los cuadros escénicos que consigue no son de un artesano, son de un verdadero artista, no en vano Rafter ha dedicado más de 50 años de su vida a trabajar en el teatro español y siempre ha mostrado su interés y deseo de llevar a escena obras sobre España, su rica historia cultural y sus grandes figuras.
El público, entre el que se encontraba una representación de Lebrija, llenó la iglesia del pueblo con más habitantes de la provincia, y supo apreciar el mensaje de la puesta en escena y no perdió detalle durante toda la función como se pudo apreciar por las risas y aplausos en los distintos pasajes de la representación. Al finalizar la obra el entusiasmado público premió al autor y director con una sonora y larga ovación que recibió con orgullo el grupo de teatro Lazarillo de Tormes que con tanta maestría había sabido trasladar, en este caso al altar, todo el esfuerzo creativo de un grande de la escena, Denis Rafter. ¡Todo un lujo!