Se quiere tener tanto a toros como a cabestros en buena forma física además de que obedezcan a los caballistas
Nadie pondrá en duda que el espectáculo estrella del Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo es el encierro a caballo. Un acontecimiento que dada su vistosidad y dificultad atrae a miles de personas llegadas de todos los puntos de España y países vecinos.
El encierro a caballo no es de poca enjundia, sobre todo a la hora de ponerlo en escena a las 11 de la mañana del día estrella. Hubo años atrás en los que no se consiguió traer el ganado desde el campo hasta la Plaza Mayor, con la decepción del público foráneo exacerbada en los propios mirobrigenses.
Para que el encierro sea todo un éxito, los responsables del Centro Ecuestre Casasola, Juan Luis y Manuel Montero Perita encargados de la organización del evento, llevan varios días de trabajos de campo con los toros de la ganadería zamorana de Villalpando y bueyes del propio Centro Ecuestre. Se trata del encabestramento de los toros para que se unan a los bueyes y a la vez estos que ya obedecen a los caballistas, guíen al ganado bravo desde el campo hasta la Plaza Mayor, donde serán capeados y recortados por mozos valientes.
Además del trabajo de encabestrado hay que tener las reses en buena forma física, pues son alrededor de cinco kilómetros los que separan los corrales de la finca donde se ubican, hasta el coso taurino en pleno corazón mirobrigense. Recorrido que hacen a galope prácticamente al completo al escuchar el bullicio del gentío y ver el colorido de los atavíos del personal, hace florecer la bravura que caracteriza a este tipo de animal.
Según palabras de Juan Luis Perita, los toros se han unido muy bien a los cabestros desde que llegaron hace una quincena de días, dejando acercar también a los caballos respetando a los mismos. Según Perita, los toros del Domingo además de ser bravos, tienen que ser atletas, para llegar con fuerzas a la plaza y seguir embistiendo y corriendo en el ruedo, y dar juego a los recortadores; por eso “hace falta mucho entrenamiento para que cojan fondo físico”.
En cuanto al equipo de caballistas, es de vital importancia la sincronización en el equipo, “saber cuál es el lugar de cada uno y donde tiene que estar” apunta el organizador.
Cualquier fallo o algo mal hecho puede llevar al traste todo el conglomerado que hace posible este espectáculo tan vistoso.
Hay que señalar que es un encierro a campo abierto, amparado por algún mallazo hasta que se llega a las primeras urbanizaciones ya muy cercanas a la ciudad, donde se mezclan corredores, aficionados encaramados a las talanqueras o “agujas” con toros y caballos, todo ello envuelto en el griterío y el bullicio de miles de personas que han esperado pacientemente para ver pasar el encierro a caballo.
Video: Emilio Estudio
Rep. Gráfico: Adrián M. Pastor