Cerca de 150 teresianos vuelven a recorrer la comarca de Peñaranda rememorando el último viaje de Santa Teresa antes de morir, y que recala en la localidad para celebrar la Comunión de los Higos
La tradición ha vuelto a cumplirse en Aldeaseca de la Frontera donde un año más ha tenido lugar la Comunión de los Higos, uno de los momentos más emotivos de la Marcha Teresiana que este año ha cumplido su 36ª edición, un acto, celebrado en la plaza del municipio y en el que se rememora la llegada a Aldeaseca de Santa Teresa, cuando ya se encontraba muy enferma y completaba su último viaje entre Medina del Campo y Alba de Tormes, travesía en la que no recibió para comer otra cosa que unos higos.
Ambiente, bailes, música y alegría acompañaron a una multitud de peregrinos y fieles en esta sentida celebración en la que además Luis Romero, alcalde de la localidad, hacia un sentido homenaje a los andariegos fallecidos durante este último año, y que generaba uno de los momentos de mayor emoción del acto. Antes de comenzar la Comunión, la imagen de Santa Teresa descansó en la bella iglesia del pueblo, acompañada siempre por su particular comitiva en oración.
En torno a 150 personas participan este año en el recorrido, de cuatro días de duración, y que pasa por varias localidades: Cantalapiedra, donde siempre se vive un emotivo momento en el convento de las Madres Clarisas, Palaciosrubios, Zorita de la Frontera, Aldeaseca, Nava de Sotrobal -lugar en el que los caminantes hacen hoy noche y celebran el Festival de los Peregrinos-, Coca de Alba, Peñarandilla, Garcihernández y, finalmente, Alba de Tormes, donde la imagen de la Santa que acompaña a los caminantes será devuelta a las Madres Carmelitas para que la guarden en clausura, tras celebrar la eucaristía y la cena de hermandad y despedida.
El lema de este año, 'Eterna es su Misericordia', un lema que según los organizadores "viene animado por la bula de convocatoria del año de la Misericordia del Papa Francisco, el estribillo que acompaña cada verso del Salmo 136 mientras se narra la historia de la revelación de Dios, la misericordia de Dios era central en la vida de Teresa por lo que nos muestra en sus escritos".