Este joven salmantino demuestra con valentía a la sociedad que se puede tener una vida normal con VIH
Oliver Marcos como cualquier chico de su edad sostiene metas e ilusiones. Con 27 años es Graduado en Ciencias Ambientales y tiene estudios para ejercer de profesor de instituto aunque no lo hace todavía. Anteriormente había trabajado en muchos ámbitos: extraescolares, ocio y tiempo libre, o comercio, entre otros.
Un día inesperadamente sintió que quizá su destino se truncaba, pues un revés de la vida le enseñó que ahora su camino sería diferente. Sin tener conocimiento de los obstáculos que iba a tener que saltar, su persona fue más fuerte que el contratiempo que había llegado a su vida y aprendió a vivir con una enfermedad como el VIH.
Una enfermedad tabú que sigue causando escalofríos y temor cuando se nombra en sociedad. Sin embargo, en el Comité Antisida de Salamanca llevan 30 años trabajando para intentar aplacar los temores de las personas a consecuencia de la falta de información y poder ayudar a las personas con SIDA a mejorar su calidad de vida.
La educación e información sobre esta infección es esencial para que la población en general no tema relacionarse con personas portadoras de esta enfermedad y sea consciente de las acciones que deben realizar para su prevención. Lo que está claro es que son personas con sentimientos, que necesitan como todos los demás, cariño, comprensión, abrazos, besos. Algo que pueden recibir sin el temor de la otra persona a contagiarse si se toman las medidas adecuadas.
Almudena Merino. Usted es educador de la asociación Antisida de Salamanca. ¿A quién le cuesta más educar, al usuario con la enfermedad, a sus familiares y amigos o a la sociedad?
Oliver Marcos: La educación en salud sexual sigue siendo un tema tabú actualmente. Muchas personas piensan que esto no va con ellas, que es algo que siempre pasa a otras. Cuando alguien recibe un diagnóstico de VIH, se implica mucho en informarse y aprender. Es muy habitual que las personas recién diagnosticadas y allegadas (pareja, familia,?) me suelan decir que apenas sabían cosas sobre el VIH y las ITS (infecciones de transmisión sexual).
A.M. ¿Cómo aprende alguien joven a aceptar que quizás no vuelva a besar a alguien el desconocimiento hacia esta enfermedad?
O.M. Bueno, lo primero que me gustaría dejar claro es que una persona con VIH puede seguir besando a quien quiera. El virus no se transmite tan fácilmente. Es cierto que nadie nos enseña a afrontar una noticia así, pero la información es poder y con el tiempo te vuelves a hacer dueño del cuidado de tu salud de una manera mucho más consciente y responsable.
A.M. Como cualquier persona necesita cariño. ¿Se sienten discriminados por el desconocimiento existente, incluso a veces por familiares y amigos?
O.M. El estigma asociado a la infección por VIH sigue presente y eso hace que muchas personas sufran discriminación en el entorno familiar, de pareja, laboral, sanitario? Es muy importante concienciar a la población de la realidad del VIH, de una manera cercana y que todo el mundo pueda entender, a través de personas que comparten su día a día. Esta realidad no es lejana para nadie; las personas con VIH podemos ser sus compañeros de trabajo, de clase, vecinos, amigos,?
A.M. Usted es una de las personas afectadas por VIH y trabajador. ¿Es difícil integrarse en el mundo laboral padeciendo una enfermedad como ésta?
O.M. Para mí no ha sido ninguna dificultad, todo lo contrario. Empecé como usuario en la asociación y gracias a los espacios de participación que me ofrecieron, he empezado a encargarme de algunos programas. Pero es cierto que hay muchas personas que sufren en el trabajo por tener que ausentarse para recoger medicación o ir a consulta y tienen miedo de que el justificante diga dónde han estado, personas que sufren discriminaciones y despidos por ello,? Nos queda mucho por avanzar.
A.M. Me gustaría que les explicara a nuestros lectores ¿Cuál es la reacción de la gente cuando les comunican que tienen VIH?
O.M. Cuando una persona recibe una noticia así, lo más habitual es que se sienta confusa, se haga muchas preguntas, tenga miedo e incluso sienta vergüenza de ello, por la idea que nos siguen repitiendo de "tú sabrás lo que has hecho para acabar así". Desde el Comité Antisida de Salamanca ofrecemos acompañamiento y apoyo psicológico para todas las personas que lo puedan necesitar. Consideramos que es muy importante poder hablar con otras personas que pasen por lo mismo por lo que desarrollamos el programa de pares en el que personas con VIH se encargan de hablar y acompañar a las personas con diagnóstico reciente.
A.M. El covid está afectando mundialmente a que otros temas de salud no sean atendidos debidamente. ¿En qué les está afectando a ustedes, las consecuencias pueden ser graves?
O.M. Siempre defenderemos que la aparición de una pandemia no es motivo para desatender la salud de muchas otras personas. En nuestro caso, hemos sufrido retrasos en las consultas, pero queremos agradecer al equipo del hospital universitario de Salamanca lo rápido que se han reorganizado para que suframos las menores esperas. Con respecto al covid, no se ha encontrado ninguna evidencia de que afecte en mayor o menor medida a personas con VIH con respecto a personas que no lo tienen.
A.M. ¿Qué necesitan y desearían conseguir para normalizar una enfermedad como la suya ante una sociedad que tiene miedo?
O.M. Desearíamos poder visibilizarnos sin que eso suponga tener que pagar la discriminación y las opiniones moralistas de la sociedad. Desearíamos no tener tratos diferentes en un entorno sanitario, que contarlo en el trabajo no fuese un problema, que se hablase de VIH en las escuelas y universidades,? En general, que la salud sexual y la sexualidad dejase de ser un tema tabú para que las personas que tenemos VIH no tengamos que vivir con los problemas de salud mental que nos provoca la invisibilización y el estigma.
A.M. Su trabajo es educar, nos podría explicar que se consigue educando sobre el VIH. ¿Actúa un poco de psicólogo sin serlo?
O.M. En nuestra entidad, tenemos a una psicóloga que es quien asume las funciones de apoyo psicológico. En mi caso, acompaño e informo a las personas diagnosticadas sobre aspectos de su calidad de vida, su tratamiento o cómo comunicar su diagnóstico a otras personas.
A.M. Una vez que ustedes y su entorno tienen pleno conocimiento de la situación. ¿La vida social de los usuarios con VIH se limita a relacionarse solo con gente portadora de la enfermedad o hay personas que no la tienen y no tienen miedo a mantener una amistad con ustedes?
O.M. Por supuesto que nos relacionamos con todo tipo de personas, no somos un peligro para nadie (risas). Conocer mejor lo que implica vivir con VIH nos ayuda a entendernos, pero también nos ayuda a que podamos educar a nuestro entorno sobre una realidad que en muchas ocasiones pasa desapercibida.
A.M. Actualmente se puede llevar una vida normal con VIH, como educador y portador de esta enfermedad. ¿Cuál es su objetivo con respecto a este tema?
O.M. Pues diría que mi objetivo principal es que la función que yo realizo deje de ser necesaria, que las personas con VIH tengan una buena calidad de vida y que no necesiten de apoyos específicos por las dificultades que la infección supone.
A.M. ¿El sueño de formar una familia se trunca cuando te viene un percance así en la juventud o conoce algún caso que aún así lo haya conseguido?
O.M. Muchísimas personas diagnosticadas de VIH han construido relaciones y familias sin ningún problema. Tenemos que quitarnos la idea de la cabeza de que tener sida va a hacer que nos quedemos solos. Hay mucha gente que continúa con su vida sin que esto sea un problema. Y ojalá en el futuro nadie se plantee que vivir con SIDA puede significar quedarse solo toda la vida porque nadie te va a querer.
A.M. Muchos usuarios con VIH no se atreven a hablar en público de su enfermedad, por miedo al rechazo de los demás. ¿Usted qué le diría al mundo, qué pensamientos le gustaría decir en voz alta?
O.M. Detrás del sida hay historias de vida, hay personas, cosas del día a día. Debemos dejar de entender el VIH como datos estadísticos que saca el ministerio todos los años. Debemos dejar de entenderlo como un tema tabú. Cuando entendamos la sexualidad como algo libre y diverso, que todas las personas nos debemos respetar y no debemos juzgar a nadie por lo que decide hacer, entonces vivir con VIH será algo que no habrá que vivir en silencio.