Martes, 28 de enero de 2025
Volver Salamanca RTV al Día
Se cierra un atípico período de tres años y medio de pocas explicaciones desde la espantada de Berzosa
X

Se cierra un atípico período de tres años y medio de pocas explicaciones desde la espantada de Berzosa

Actualizado 15/11/2021

Al poco de llegar a España visitó Ciudad Rodrigo el Nuncio Apostólico del Papa, Bernardito Auza

El nombramiento de José Luis Retana como Obispo de Ciudad Rodrigo al mismo tiempo que de Salamanca supone cerrar casi tres años y medio de escasas explicaciones y muchos silencios en torno a la Diócesis Civitatense tras lo que se puede considerar una espantada en toda regla del que fuera su Obispo desde abril de 2011, Raúl Berzosa, que a la postre pasa a la historia como último prelado exclusivo de la Diócesis de Ciudad Rodrigo.

Precisamente, para evitar la situación que se ha vivido durante estos casi tres años, con continuos rumores sobre la unión de un modo u otro de la Diócesis de Ciudad Rodrigo a la de Salamanca, el nombramiento de Berzosa se produjo, en un movimiento muy poco habitual, el mismo día que se anunció la marcha de Atilano Rodríguez a la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara (el 2 de febrero de 2011). Berzosa llegó del puesto de Obispo Auxiliar de Oviedo, de tal modo que fue en Ciudad Rodrigo donde hizo su 'debut' como Obispo titular, siendo por el momento la única cátedra episcopal que ha ocupado.

Durante sus años como Obispo, Berzosa se mostró como un prelado bastante activo, impulsando nada más llegar, coincidiendo con el 850 Aniversario de la Diócesis, una importante reforma del Palacio Episcopal, centrada en la zona de oficinas, y que incluyó la creación del Salón Obispo Mazarrasa en unas dependencias casi abandonadas. Mientras, en la Catedral, promovió que se moviese la Sede Episcopal al primer plano del altar (hasta entonces estaba al fondo). Además de publicar una ingente cantidad de libros de temática religiosa (y un poemario en torno a espacios de Miróbriga), Berzosa organizó una Asamblea Diocesana que duró todo el Curso Pastoral 2013/2014 para 'repensar' el funcionamiento de la Diócesis.

En otras facetas, se destapó como un destacado pianista (como se pudo comprobar en varios eventos solidarios), habilidad que compartía con una de las dos mujeres que vivieron con él en el Palacio Episcopal, lo que hizo levantar todo tipo de rumores a lo largo de los años. Con el tiempo, esas dos mujeres fueron acompañado a Berzosa a eventos (como actos en el Teatro o cenas benéficas), considerándose que su extraña presencia en el Palacio tuvo mucho que ver en la marcha de Berzosa, que a día de hoy sigue sin ser explicada, cuando justamente durante sus años de Episcopado usó la metáfora de los puntos cardinales de las brújulas para explicar las distintas vertientes de infinidad de cosas.

Una sorpresiva marcha en dos fases

Se cierra un atípico período de tres años y medio de pocas explicaciones desde la espantada de Berzosa | Imagen 1Como recordarán todos los civitatenses, la salida de Berzosa de la Diócesis se produjo en dos fases. En junio de 2018, un viernes por la tarde, de forma totalmente sorpresiva (aunque es cierto que se le había echado de menos un día antes en un acto del Seminario, justamente después de haber presidido el domingo anterior las confirmaciones de ese centro), se anunció que el Papa le había concedido un retiro temporal por motivos personales, abandonando físicamente la Diócesis (con el tiempo se supo ?gracias a la publicación de otro libro- que se marchó a un convento en Francia a meditar).

En el momento de esa salida, fue nombrado Administrador Apostólico de la Diócesis de Ciudad Rodrigo con Sede Plena Francisco Gil Hellín, arzobispo emérito de Burgos, quién recaló en la Diócesis por ser amigo personal de Berzosa (éste había sido su Vicario Pastoral en Burgos). En su estancia en la Diócesis, que se prolongó durante 7 meses, Francisco Gil Hellín pasó bastante desapercibido (además de no estar de una forma tan permanente como ha estado Jesús García Burillo).

El segundo momento de la salida de Berzosa se produjo el 16 de enero de 2019, cuando la Santa Sede comunicó que el Papa Francisco había aceptado su renuncia a continuar como Obispo de Ciudad Rodrigo. En los días siguientes, volvió a Miróbriga a despedirse, en una concurrida misa en la Catedral en la que no dio las explicaciones oportunas (hasta dijo que iba a ser "breve" porque "hace frío"). Desde entonces, se sabe que Berzosa ha estado en Colombia, en Roma y en la República Dominicana, donde está -sin un cargo definido- desde octubre de 2020 (salvo que se haya marchado en las últimas semanas).

Justo cuando se anunció la renuncia de Berzosa, se designó como Administrador Apostólico Civitatense, ahora con Sede Vacante, a Jesús García Burillo, quién se acababa de jubilar como Obispo de Ávila, tras haber estado en el cargo un año y medio más de los 75 que marcan la jubilación eclesiástica. Desde su llegada a Miróbriga, Burillo se mostró como Obispo 'a todos los efectos', incluido para algo muy poco habitual en un Administrador Apostólico (que no suelen 'tocar nada'): la renovación de los principales cargos diocesanos (Vicario General, Vicario de Pastoral y Rector del Seminario), cuando apenas llevaba medio año, en el verano de 2019.

Se cierra un atípico período de tres años y medio de pocas explicaciones desde la espantada de Berzosa | Imagen 2Justo cuando se cumplía un año, hubo otro momento relevante, cuando Jesús García Burillo invitó a tomar parte en la festividad de San Sebastián de Ciudad Rodrigo al recientemente nombrado Nuncio Apostólico del Papa en España, Bernardito Auza, que asistió ?con una temperatura heladora- a los actos programados, a los que asistieron más fieles de lo habitual para demostrar la viveza de la Diócesis. Por cierto, que apenas dos meses antes, con motivo de los actos de celebración de los 250 años del Seminario, también había estado en Miróbriga el que era presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez.

Las estancias de los administradores apostólicos no tienen una duración determinada, pero la de Burillo se ha alargado ?obviamente algo habrá influido la pandemia- muchísimo más de lo habitual y posiblemente de lo previsto (de hecho el pasado mes de mayo cumplió 79 años en Ciudad Rodrigo). Como es normal, según iba pasando el tiempo, se iban acrecentando los rumores de una unión con la Diócesis de Salamanca, más aún cuando en noviembre de 2020 su prelado, Carlos López, cumplió los 75 años que marcan la edad de jubilación eclesiástica.

La aceptación de su renuncia por parte del Papa Francisco se ha producido un año después, en el momento de producirse el nombramiento de José Luis Retana como Obispo tanto de Salamanca como de Ciudad Rodrigo, siendo en las próximas semanas (antes de dos meses) cuando tomará posesión de ambos puestos. Así, la Diócesis Civitatense volverá a tener un Obispo propio, además de seguir contando desde enero de 2019 con un Obispo emérito en la figura de Raúl Berzosa (lo dejaría de ser si es nombrado Obispo de otra Diócesis).