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El riguroso programa de control de la legionela en más de 130 instalaciones municipales y fuentes de Salamanca 
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El riguroso programa de control de la legionela en más de 130 instalaciones municipales y fuentes de Salamanca 

Actualizado 11/11/2021
Redacción

Inspecciones continuas de los espacios y análisis de muestras de agua no solo garantizan la prevención de la legionelosis, sino que permiten adoptar con prontitud las medidas correctoras oportunas

La prevención es clave para evitar el desarrollo de la legionela, una bacteria ambiental que puede causar legionelosis, y aunque la prevalencia de esta enfermedad es baja puede tener un importante impacto en la salud pública. La legionela habitualmente se encuentra en las aguas superficiales (lagos, ríos, estanques?). "Que esté ahí no es malo", de hecho, es su nicho natural. "Pero la bacteria puede pasar a los sistemas de abastecimiento de agua y, a través de la red de distribución, llegar a los sistemas de agua sanitaria fría o caliente, a los humidificadores, a los sistemas de refrigeración, a las fuentes? y ahí es donde puede ser un problema, sobre todo si hay lodo, materia orgánica, es decir, que no haya un adecuado mantenimiento", explica la concejala de Salud Pública de Salamanca, María José Fresnadillo.

El Ayuntamiento de Salamanca tiene un programa específico de control de legionela y prevención de la legionelosis. Un programa exhaustivo y que, como vamos a ver, permite un control continuo de 139 instalaciones municipales, a las que se suman las fuentes ornamentales. Instalaciones que incluyen los centros cívicos, de participación ciudadana, escuelas de música, colegios, instalaciones deportivas, edificios administrativos, centros de mayores, bibliotecas, la Fundación Salamanca Ciudad de Saberes, la Casa de las Asociaciones, el albergue, centros de día, entre otros. "Y está previsto que si se incorpora algún centro a la red de edificios municipales pasa directamente a formar parte de este programa", explica la concejala Fresnadillo.

Este programa de control y prevención ha incluido una evaluación de todas las instalaciones municipales, teniendo en cuenta no solo su estado actual sino los antecedentes de cada instalación (por ejemplo, si se han producido averías previas o cualquier característica en las que legionela es capaz de proliferar y diseminarse). "De acuerdo con el Real Decreto 8/65 de 2003, que está revisado en el año 2010, las instalaciones municipales se han clasificado en función del riesgo de probabilidades de proliferación y dispersión de legionela", explica. Se han establecido tres niveles: alto, medio y bajo. En el caso de las instalaciones municipales de Salamanca capital, el 12% son de riesgo alto, el 31% de riesgo medio y el 51% de riesgo bajo.

Inspecciones y análisis

El programa de control de la legionela incluye un riguroso calendario de inspecciones y mantenimiento de las instalaciones municipales y fuentes públicas, así como análisis diarios y mensuales de las muestras del agua para consumo humano y sanitario. Esto permite adelantarse a cualquier posible problema de la aparición de la bacteria y adoptar las medidas correctoras oportunas en cada momento.

Tal y como detalla la concejala de Salud Pública, "todos los meses se realiza una inspección de todos los sistemas de agua de estas instalaciones municipales". Además, "diariamente el personal municipal realiza medidas de cloro y de temperatura, tanto en el agua de consumo humano como en el agua caliente sanitario, y mensualmente se hacen análisis microbiológicos". La normativa específica que estos análisis se pueden hacer anualmente, "pero consideramos que es mejor hacerlo todos los meses. Nos da una idea muy fidedigna de cómo están las instalaciones en cada momento y además te permite actuar de manera rápida en caso de que se produjera algún problema", añade al respecto.

Por su parte, en las fuentes ornamentales se lleva a cabo una limpieza profunda cada tres semanas. Esto es importante, porque el hecho de que haya "acumulación de materia orgánica o suciedad es un factor que puede favorecer que aparezca una legionela". Además, cada tres meses se actúa sobre las superficies "para que no se puedan colonizar fácilmente, y cada 8 meses se realiza un tratamiento específico y muestreo para legionela".

En resumen, un minucioso control y la adopción de medidas higiénico-sanitarias garantizan la prevención de la legionelosis. Como apunta la concejala, "el garantizar la salud obliga a un trabajo muy exhaustivo, organizado y cuidadoso".