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Proyecto ?Edades?, el abordaje precoz del deterioro cognitivo y el Alzheimer
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Proyecto ?Edades?, el abordaje precoz del deterioro cognitivo y el Alzheimer

Actualizado 08/10/2021
Isabel Rodríguez

"Hacer un diagnóstico lo más precoz posible" y cuidar el estilo de vida son claves, subraya el coordinador del proyecto, Ángel Luis Montejo, máxime sabiendo que enfermedades como el Alzheimer empiezan "de manera silente muchos años antes"

"Hacer un diagnóstico lo más precoz posible", porque la detección del deterioro cognitivo cuando se producen los primeros síntomas -esas pequeñas pérdidas de memoria a las que no damos importancia, por ejemplo- es "tremendamente importante", máxime si tenemos en cuenta que la enfermedad de Alzheimer "empieza sin que nos demos cuenta, de manera silente, muchos años antes". Así lo explica el doctor Ángel Luis Montejo, coordinador del proyecto 'Edades', dirigido a la detección y estimulación cognitiva de pacientes con deterioro cognitivo leve y Alzheimer precoz, fruto de la colaboración entre la Universidad de Salamanca y el Ayuntamiento, y que ya ha evaluado a más de 150 participantes desde su puesta en marcha, hace 10 meses.

La palabra Alzheimer todavía asusta, ¿cambiar esta percepción es uno de los objetivos del proyecto 'Edades'?

Lo estamos intentando. Debemos tener en cuenta que la enfermedad de Alzheimer empieza por lo general muchos años antes de que se haga el diagnóstico, tal y como está estructurado el sistema sanitario de hoy en el que no se tiende a estudiar a las primeras quejas de memoria, sino que se espera que los trastornos de memoria, orientación o trastornos funcionales sean muy evidentes. Es en ese momento cuando la gente se preocupa, porque al principio puede pensar que son problemas de la edad y no le da más importancia. Entre que se consulta, se hacen pruebas y las listas de espera se puede tardar hasta 2-3 años, pero el Alzheimer empieza sin que nos demos cuenta, de manera silente, muchos años antes, hasta 20 años antes.

Tendemos a asociar el Alzheimer con las personas mayores, pero ¿esto no siempre es así?

A esa edad es cuando los síntomas son más evidentes, pero nosotros lo que queremos es detectar aquellas personas que tienen sus primeros síntomas muy leves, y que casi siempre suelen ser pequeñas perdidas de memoria, pero que son repetidas y que no están asociadas a otros factores, como puede trastornos depresivos y los medicamentos que se utilizan. ¿Cómo se hace? De tres maneras. Una, haciendo caso a la queja subjetiva de los pacientes, sobre todo de aquellos que han tenido antecedentes de enfermedad de Alzheimer, que no tiene por qué transmitirse genéticamente, pero sí hay una heredabilidad y factores que hacen que sea más probable en aquellas personas que tienen antecedentes familiares. Otro medio de diagnóstico son las pruebas neuropsicológicas, pruebas realizadas por expertos y que analizan de manera pormenorizada las capacidades cognitivas (memoria, atención, cálculo, capacidad del lenguaje?). Y tenemos también los biomarcadores, las pruebas médicas que nos pueden decir si una persona tiene los factores biológicos que causan la enfermedad. Esos son la presencia a algunas proteínas en nuestro cerebro que, de alguna manera, no puede eliminar. Las neuronas se van desgastando, y ese desgaste neuronal se va eliminando por unos sistemas que tienen unas células del cerebro, pero cuando se produce mucha proteína beta amiloide o el cerebro no está en condiciones de eliminarla adecuadamente se produce acúmulo de esta proteína y esta es la causa de la enfermedad. Y estos acúmulos se pueden ver mucho tiempo antes.

¿Hasta qué punto la detección precoz es clave para ralentizar la evolución del deterioro cognitivo o del Alzheimer?

Es tremendamente importante, porque hoy por hoy no tenemos tratamientos que sean útiles comercializados cuando la enfermedad de Alzheimer ya se ha desarrollado y da síntomas importantes. Tenemos que hacerlo antes porque se ha visto que otros procedimientos, incluso no farmacológicos, pueden ayudar a las neuronas a recuperarse o a no perderlas tan deprisa. Por ejemplo, tener una buena salud física (evitar el sedentarismo, obesidad, hipertensión arterial?), y segundo, hay que hacer ejercicio. Que nuestro cerebro no se pare, y que siga trabajando, incluso en cuestiones emocionales. Las personas que se aíslan, que se quedan en soledad y no reciben estímulos cognitivos, tienen más probabilidad de desarrollar más tempranamente y formas más graves de la enfermedad.

Tras diez meses de andadura, ¿el balance es positivo?

Es muy positivo porque nos han derivado en torno a 150 personas, y hemos detectado al menos un 30% con síntomas que pueden ser compatibles con deterioro cognitivo leve. Les hemos estudiado desde el punto de vista médico y a algunos les hemos podido hacer biomarcadores a través de una colaboración con ensayos clínicos con la industria farmacéutica, porque son pruebas muy caras y todavía no se hacen de manera generalizada. En muchos de ellos estamos viendo que hay deterioros cognitivos leves que están asociados a la toma de medicamentos, que en España se consumen con mucha frecuencia, por ejemplo, los hipnóticos y las benzodiacepinas.

Han empezado el resto de las acciones del programa que por motivos de la pandemia aún no habían podido iniciarse.

Sí, ya hemos empezado las actividades de la estimulación cognitiva, y no hemos parado los diagnósticos y las evaluaciones. Tenemos capacidad para hacer 2 grupos al día, de dos horas cada uno, y que van a ir dos veces por semana, y luego los viernes los reservamos, vamos a empezar a ahora, para hacer otro tipo de actividades socioculturales (actividades para mayores conferencias, visitas a museos, viajes?). Queremos hacer un diagnóstico lo más precoz posible, y aquellas personas que son más susceptibles de mejorar son aquellas que empiezan con sus primeros síntomas y los más sanos desde el punto de vista físico.

Y luego crear un estilo de vida, la gente ya sabe que hay que tener una vida activa, sana y feliz. El programa dura un año, y durante ese tiempo intentamos que la gente cambie muchos de los estilos de vida que pueden ser nocivos y que se asocian al deterioro cognitivo.

¿Desde dónde se derivan los pacientes que acceden al proyecto?

Llegan desde las asociaciones de vecinos, estamos en contacto con Famasa y con diferentes concejalías del Ayuntamiento, y también nos llegan a través de los médicos de Atención Primaria.