"Los espacios asociativos normalizan la democracia, haciendo que las personas la experimenten en su vida cotidiana", afirmaba su coordinadora, Luisa Vaquero
La tarde de un martes de febrero del año 1995 se reunía un grupo de amigos en la Cafetería "La Regenta", ubicada en la calle Espoz y Mina de Salamanca. Allí nació "La Tertulia", y llevaría el nombre de la cafetería que les acogió en aquel momento. Después pasó a la cafetería Los Escudos y, finalmente, el Hotel Rona Dalba cedió un espacio en sus instalaciones y el nombre con el que hoy la conocemos.
Con motivo del 25 aniversario de su fundación, se ha celebrado en el Hotel San Polo de Salamanca un encuentro para homenajear a quienes se esforzaron para que siguiera adelante, a pesar de las dificultades acaecidas en su dilatada trayectoria.
Luisa Vaquero, luchadora incansable para mantener vivo el espíritu de La Tertulia, como coordinadora de la misma, pronunció unas palabras resaltando el valor de este foro cultural. Destacó, de forma especial, el compromiso y esfuerzo de Luis y Eduardo Gutiérrez Barrio, a quienes les fueron entregados sendos obsequios como reconocimiento.
"Hay que valorar el haber mantenido la llama de esta asociación cultural durante tantos años, alimentada con entusiasmo, indispensable para que el motor de la constancia no se detuviera", afirmaba.
También destacaba que "los espacios asociativos normalizan la democracia, haciendo que las personas la experimenten en su vida cotidiana". Además, Vaquero recordaba que por el citado foro han pasado "personas de todos los ámbitos de la cultura, permitiendo que fluyera el conocimiento que ofrece la Universidad a personas que no han tenido posibilidad de acceder a ella". Finalmente agradecía la colaboración de esos invitados y "en especial a todos y cada uno de los tertulianos porque, sin ellos, La Tertulia no hubiera sido posible".
Fotos de Manuel Lamas