A la hora de alquilar una vivienda, entre otras cuestiones, hay que dejar claro quién se hará cargo de las reparaciones por averías
Septiembre suele ser un mes de cambios -inicio de la etapa universitaria, nuevo puesto de trabajo...-. Cambios que pueden implicar el cambio de residencia, optando en muchos casos por el alquiler de una vivienda. En nuestro país, según los últimos datos publicados por el INE, más de 3,2 millones de hogares viven de alquiler.
A la hora de alquilar una vivienda, entre otras cuestiones, hay que dejar claro quién se hará cargo de las reparaciones por averías que puedan producirse durante el tiempo que estemos viviendo en ella. No es una cuestión menor, máxime si tenemos en cuenta que 4 de cada 10 hogares sufre al menos una avería al año, lo que equivale a más de 800.000 reparaciones en pisos de alquiler, según un estudio de HomeServe. Por tanto, más de 800.000 situaciones en las que propietario y arrendatario deben estar de acuerdo en la responsabilidad de las mismas.
Averías más comunes en las viviendas de alquiler
Los problemas de fontanería, seguido de las reparaciones de pintura, albañilería y electrodomésticos, son los más comunes en las viviendas de alquiler en nuestro país.
Grifos y cisternas que pierden agua. Esta es una de las averías más comunes de fontanería en los pisos de alquiler. En estos casos, aunque la responsabilidad sea del propietario, mientras se estén produciendo pérdidas de agua, se va incrementando la factura y, por tanto, el inquilino asume un mayor coste. Por ello, lo recomendable, es buscar una solución lo antes posible. Otras de las incidencias de fontanería más habituales son los atascos de inodoro, fregadero y bañera.
Calefacción y aire acondicionado. El uso intensivo que se hace de la calefacción y el aire acondicionado en determinadas zonas, o la antigüedad de los aparatos hace que, a partir de los 5 años, las averías sean más habituales. Salvo infracción por parte del inquilino, es responsabilidad del propietario el mantenimiento y buen estado de estos aparatos. Por ello, es recomendable revisar el estado de la instalación y sus componentes una vez al año a fin de detectar a tiempo fugas o roturas. Así, todos los propietarios podrán evitar grandes desembolsos de dinero no previstos.
Mal funcionamiento de electrodomésticos. En los hogares hay que diferenciar entre los electrodomésticos esenciales y los que no lo son. Una vivienda no podría habitarse sin un frigorífico, pero no ocurre lo mismo con el lavavajillas. De ahí, que puedan producirse malentendidos a la hora de abordar las reparaciones de los mismo. En caso de enfrentarnos a una reparación costosa, es importante decidir si merece la pena o directamente se opta por sustituir aquellos electrodomésticos antiguos por modelos más eficientes que generen menor consumo.
Pintura, albañilería y bricolaje. Hemos quitado un cuadro y se ven demasiado los orificios en la pared, la lámpara se ha descolgado? Son pequeñas tareas ocasionadas por el uso de las instalaciones y de las que debe hacerse cargo el inquilino.