La Diócesis de Salamanca rinde homenaje a la patrona ahondando en sus orígenes
La Diócesis de Salamanca quiere rendir homenaje a la patrona de Salamanca, la Virgen de la Vega, en plena celebración de las ferias y fiestas de la ciudad. Para ello ha publicado un interesante reportaje en el que se ahonda en su iconografía e historia. La patrona de Salamanca debe su nombre a su primera ubicación, en un monasterio junto a la vega del río. Más tarde, se trasladó a la desaparecida iglesia de San Polo, y antes de llegar a su ubicación actual en la Catedral, estuvo bajo los muros del convento de San Esteban.
El historiador del Arte y técnico de la Catedral de Salamanca, Raúl Benito, recuerda los orígenes de una talla que en estos días se ubica a los pies del altar mayor de la Catedral Nueva para celebrar su tradicional novena previa a su festividad, el 8 de septiembre. "Primero ocupó la capilla del presidente, en la Catedral Nueva, hasta que el obispo Barbado Viejo colocó la imagen de la Virgen en el retablo de la Catedral Vieja, porque creía que era el lugar para la patrona", apunta. Además, impulsó la devoción a esta imagen mariana, "con una novena, los nueve días antes de la fiesta, y una ofrenda floral, el día 7, que ahora no se puede celebrar por la pandemia", aclara Benito.
Con anterioridad, en el retablo de la Catedral Vieja estaba colocada la Virgen de la sede, del siglo XIV, que da nombre al templo más antiguo, "y que se conserva en las salas capitulares del claustro". Esta imagen sustituyó a una anterior parecida, del siglo XII.
En cuanto a la iconografía de la Virgen de la Vega, como detalla este historiador del Arte, "hay que fijarse en tres aspectos". Por un lado, que la Virgen es reina, "es madre y sede a la vez". En concreto, está sentada en un trono, "y es trono a la vez en el que está sentado sobre sus rodillas el niño Jesús". Además, la Virgen es idea de sede de la sabiduría, "aunque está sentada en su propio trono, se muestra como intercesora entre Dios y los hombres".