Es sabido entre los inversores más veteranos que los inicios de los mercados alcistas tienen lugar en momentos de gran pesimismo. En la mayoría de ocasiones coincidiendo con grandes crisis como sucedió con la de 2008 o el circo al que estamos asistiendo actualmente.
Pero la situación actual podríamos decir que no tiene precedentes. Tras presenciar hace ya 18 meses la caída más rápida de la historia de los mercados, estamos asistiendo también a la recuperación más rápida de la historia.
Hasta aquí todo es normal y hasta predecible, dado que la situación económica para nada es como nos la venden los medios de comunicación y se ve potenciada además con un aumento muy considerable de dinero en circulación.
Lo realmente llamativo y halagüeño a la vez es que estos movimientos alcistas se están produciendo durante el escenario de pesimismo inversor más absoluto.
El Nasdaq a 23 de agosto, hace a penas dos días, se situaba en nuevos máximos históricos. Alcanzando a cierre los 15.300 puntos, con una revalorización superior al 120% desde los mínimos marcados en marzo de 2020.
El Dow Jones a su vez cerraba el mismo día en 35.335 puntos. A solamente un 1% de sus máximos históricos alcanzados días antes y acumulando revalorizaciones superiores al 90% desde mínimos de hace 18 meses.
Por último, el SP 500, el índice más representativo de la situación general del mercado cerraba también en máximos históricos, muy cerca de los 4.500 puntos. Atrás quedaron los 2.200 puntos vistos en marzo del pasado año. Desde entonces acumula subidas superiores al 100%, conservando aún potencial alcista por análisis técnico hacia zonas de los 4.900 puntos.
Estas subidas, ya de por sí inusuales, son aún más llamativas por la divergencia entre los índices americanos y los niveles que está marcando a su vez el índice de miedo y codicia. El Fear & Greed oscila desde hace semanas entre niveles de pánico y pánico extremo, habiendo visitado los 17 puntos durante la semana pasada. Niveles no vistos desde febrero de 2020 durante la gran barrida de minoristas que el mercado llevó a cabo con la excusa del inicio de la crisis Covid.
Cabe mencionar también el buen comportamiento del índice de la volatilidad o VIX que mantiene una correlación inversa con el comportamiento del SP500. Las subidas en el VIX, se traducen en aumento de la volatilidad y caídas en el SP500 y viceversa. Desde los niveles de volatilidad extrema alcanzados por el VIX hace año y medio por encima de los 85 puntos, no ha parado de fluctuar entre los 15 y los 25 puntos entre los que se mueve ahora. Superar los 25 puntos supondría un descanso en las subidas generalizadas que llevamos meses disfrutando los alcistas y perforar a la baja los 15 puntos anticiparía un nuevo tramo de subidas para el mercado americano.
Continúo insistiendo como ya llevo haciendo 15 meses en que el mercado se encuentra con una salud extraordinaria y continuará así mientras reine el pánico entre los inversores. Correcciones sanas y rápidas a parte, que podrían aparecer en cualquier momento e incluso resultarían positivas tras las subidas de récord a las que estamos asistiendo, la tendencia de fondo es firme y alcista.
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