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Babilafuente, buen agua y buena gente
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Nosotros no tenemos grandes torres, ni grandes y artísticos edificios que llamen la atención. Pero tenemos el agua

Babilafuente, buen agua y buena gente

Actualizado 19/08/2021
Quintín García

Todos los veranos el grupo LETRAS CON LUZ organiza en Babilafuente una velada literaria. Es una noche de imágenes y sonidos mágicos a la luz de mil velitas encendidas. Este año el tema central ha sido el agua, la riqueza mayor del pue

Hay ciudades famosas por sus torres. Nueva York, por ejemplo, por sus Torres Gemelas. O París por su torre Eiffel. Hay ciudades con edificios grandiosos, como Barcelona con la Sagrada Familia; o Roma y el Coliseo romano. O más cercana a nosotros, Salamanca, con esa joya preciosa y dorada de la Plaza Mayor.

Hay pueblos como La Alberca, Miranda del Castañar, y en general la Sierra de Francia, que despiertan mucho interés por la belleza de sus construcciones y plazas. Hay pueblos de Rivera del Duero o de La Rioja llenitos de viñedos y bodegas untuosas porque su producto autóctono, el vino, ha empezado a dar frutos económicos cuantiosos.

Nosotros, el pueblo de Babilafuente, no tenemos grandes torres, ni grandes y artísticos edificios que llamen la atención. Pero tenemos el agua. Sin duda, junto con el aire que respiramos y la tierra que pisamos, la sustancia más básica de la naturaleza. Básica quiere decir que es imprescindible para mantener y desarrollar su vida los humanos. Dicen los científicos que nuestro cuerpo es en un 65-75 % agua. La sangre que recorre nuestro organismo y nos mantiene con vida es agua en un 80%.

Así que nuestras calles y plazas no serán tan bonitas como otras muchas de la geografía salmantina o mundial, pero nuestra agua es más importante, más necesaria, más básica, más imprescindible y más saludable que las torres, catedrales, calles, plazas y bodegas que he citado anteriormente.

Importante nuestra agua, necesaria, básica y saludable en primer lugar para nosotros que la bebemos continuamente, que sacia nuestra sed de cada día y lava nuestra cara. Pero también para tantos y tantos que desde hace más de un siglo vienen a las fuentes abiertas del pueblo a llenar sus garrafas gratuitamente por su fama de agua medicinal.

Realmente son un orgullo para este pueblo de Babilafuente las dos cosas: su agua buena y esa generosidad de ofrecerla gratuitamente. Bien es verdad que damos gratuitamente lo que nosotros gratuitamente recibimos de la naturaleza. Tan generosamente que los caños de nuestras fuentes no paran de echar y echar, día y noche, año tras año, siglo tras siglo. Y todo lo que rebosa va a engrosar el Tormes y purificar luego el Duero hacia la mar.

Con esta idea de la madre naturaleza termino: nos dicen los científicos que se acerca un ciclo, está aquí ya, de cambio climático, una de cuyas características empieza a ser el aumento de las temperaturas, las tormentas desatadas e inundaciones, o, por el contrario, sequías prolongadas. No sé cuánto tardará en afectarnos a nosotros significativamente tanto las sequías como la contaminación grave de acuíferos y manantiales por la filtración de sustancias químicas, pero entiendo que habría que empezar ya a educarnos y comportarnos conforme a las pautas ecológicas que nos van marcando los entendidos porque nuestra naturaleza se está deteriorando a pasos agigantados. Y la naturaleza es nuestra madre. Y vivimos en ella y gracias a ella.

Fotos de Sofía Valle Sánchez.