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Juan Pedro Melgar celebra 25 años como sacerdote en localidades de Las Arribes y Las Villas
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el próximo 7 de julio

Juan Pedro Melgar celebra 25 años como sacerdote en localidades de Las Arribes y Las Villas

Actualizado 26/06/2021
Redacción

En localidades como Aldeadávila de la Ribera, Masueco o Zorita de la Frontera

El próximo 7 de julio, Juan Pedro Melgar celebrará sus bodas de plata sacerdotales. Este presbítero fue ordenado en Masueco de la Ribera, donde realizó su etapa pastoral dentro de la preparación al sacerdocio.

"El proceso de mi vocación tiene un arranque, y es el sacramento del Bautismo, con el que mis padres me presentaron a la Iglesia, y recibí la gracia del Bautismo, la gracia de la fe", detalla. Para él, ahí empezó todo, "la aventura de creer", detalla Melgar en la web de la Diócesis de Salamanca.

En su proceso vocacional, le influyeron sus padres, y en la educación de la fe, en la comunidad parroquial en la que vivieron, en un pueblo", insiste. Cuando Melgar tenía 12 años llegó a la capital salmantina, "incorporándome a la parroquia de San Juan Bautista, donde fui creciendo en la adolescencia y en la juventud, en la llamada a ser creyente, y después, descubrir la llamada al sacerdocio". Juan Pedro Melgar valora que además de todo el acompañamiento y el proceso de fe en la parroquia, "la educación en el Colegio Marista, donde me formé en las distintas dimensiones de la vida".

La llamada del Señor

Después de terminar el Bachillerato y entrar en la Universidad, vio cada vez más claro que el Señor le llamaba, "como un regalo a la vocación sacerdotal". En 1987 dio el paso para entrar en el Seminario diocesano, y se incorporó a la comunidad de Villamayor de la Armuña.

De aquellos años recuerda que fue una experiencia "muy rica", y considera que la experiencia de Villamayor, "era evangélica, de vivir esta llamada al seguimiento con una comunidad cristiana que nos acogía y nos acompañaba, además de los formadores".

Melgar recuerda su etapa pastoral del Seminario, en las comunidades parroquiales de Aldeadávila de la Ribera, Masueco, Corporario y la Zarza de Pumareda. "Una experiencia en la que fui muy acompañado de aquellas comunidades cristianas, y por su pastor en aquel momento, don Gregorio". Después, llegó ordenación diaconal en Aldeadávila de la Ribera, en 1995, y un año después, el 7 de julio de 1996, fue ordenado sacerdote.

Participación del Pueblo de Dios

De su ordenación, subraya la participación del Pueblo de Dios, "de aquellas gentes sencillas donde viví la fe en aquel momento", matiza. Ya como presbítero de la Diócesis de Salamanca resalta tres etapas de su tarea sacerdotal. "Mi primer envío fue a unas comunidades de la misma zona de Vitigudino-Ledesma, y estos primeros años de inicio de la vida apostólica me marcaron mucho", argumenta Melgar.

En una segunda etapa fue destinado a las comunidades de Aldeaseca de la Frontera, Zorita de la Frontera y el Campo de Peñaranda, "una experiencia muy rica, un nuevo conocimiento de otra parcela de la Diócesis, con comunidades vivas, marcadas por una alegría a la hora de la vivencia de la fe, que me siguieron acompañando".

Y la última etapa, en la que ahora está, es en la zona de Las Villas, "donde también he aprendido a caminar con ellos, y a trabajar mucho la dimensión social de la fe". De todos sus envíos destaca que cuando fue ordenado, "lo hice para hacer las veces de Cristo, maestro, sacerdote y pastor".

Anunciar el Evangelio

Juan Pedro Melgar considera que el Señor, "nos ha llamado para estar con él, y para anunciar el Evangelio, por eso creo que en este momento de mi vida sacerdotal, siempre tenemos que vivir la experiencia de Nicodemo, cuando Jesús le invita a nacer de nuevo". Este sacerdote diocesano insiste en que es una llamada a nacer de nuevo en la vida apostólica, "una llamada a vivir de nuevo en nuestras comunidades".

Por último, agradece mucho el regalo de la vocación cristiana, "agradezco mucho el regalo de la vocación sacerdotal y quiero que deis gracias conmigo estos días toda la comunidad diocesana y agradezco mucho también vuestro acompañamiento.