Los drásticos recortes en la plantilla de estos dos grandes bancos supondrán la pérdida de casi cuarenta empleos, sumándose a los ajustes de otras entidades bancarias
La banca recorta drásticamente empleos y reduce el número de sucursales en toda España, y Salamanca no es una excepción. El BBVA ha sido el último en poner encima de la mesa un expediente de regulación de empleo (ERE) que afectaría a 3.798 trabajadores -el 16% de su plantilla- y al cierre de 530 oficinas bancarias. De estas, 59 están ubicadas en la zona noroeste de España (Castilla y León, Galicia y Asturias). La mayoría de los despidos que el banco quiere acometer afectan a la red de oficinas (3.025 trabajadores).
Por provincias, y atendiendo a los ajustes en la red de sucursales incluidos en la propuesta que la dirección del banco ha trasladado a los sindicatos, en Salamanca afectaría a 15 empleos, y en el conjunto de Castilla y León a más de un centenar de empleos (111).
Este ERE, tal y como han argumentado desde el BBVA, se produce en el contexto de profunda transformación para el sector, marcada por una enorme presión competitiva, bajos tipos de interés, la adopción acelerada de los canales digitales por parte de los clientes y la entrada de nuevos actores digitales.
Un expediente de regulación de empleo que se conocía tan solo unos días después de anunciarse que la factura de la fusión entre CaixaBank y Bankia es un ERE implicará el recorte de 8.291 empleos -21 de ellos en Salamanca- y el cierre de 1.534 oficinas.
Hay otros bancos que también han recurrido a los ajustes de plantillas. Es el caso del Banco de Santander, cuyo último expediente de regulación de empleo prevé la salida de 3.572 trabajadores. En el Sabadell, por su parte, se prevé la prejubilación de 1.800 empleados.
Cada vez menos oficinas bancarias
El cierre de oficinas bancarias no es, ni mucho menos, un fenómeno nuevo. Las entidades financieras ya llevan tiempo reduciendo el número de sucursales abiertas para reducir costes, a lo que se suma la cada vez mayor digitalización del sector, un proceso que además se ha visto acelerado por la pandemia de la Covid-19, y las inevitables fusiones para su propia supervivencia.
Sin embargo, además del impacto que tienen estos expedientes de regulación en el empleo, el cierre de oficinas puede perjudicar a la población, especialmente en el medio rural y en lo relativo al acceso de los clientes al efectivo que no puede ser cubierto, como otros servicios bancarios, a través de la banca online.